Queja de la comunidad por la construcción entre la calle 142 y 146 – Bogotá

Desde hace varios años, la junta de acción comunal de Santa Helena ha manifestado su inconformismo por el proyecto de construcción de un puente peatonal en la autopista Norte, entre las calles 142 y 146.

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Según la comunidad, el IDU estaría pasando por alto normas sobre la distancia que debe haber entra cada puente y que protegen especies de árboles y arbustos.

De acuerdo con la queja, el artículo 6 del Decreto 279 de 09 de septiembre de 2003, establece una distancia mínima entre puentes peatonales: “En zonas industriales, en zonas con usos dotacionales y de alta concentración comercial, la distancia mínima entre puentes peatonales sobre una misma vía será de 250 metros. En zonas residenciales, la distancia mínima entro puentes peatonales sobre una misma vía será de 500 metros”.

La construcción de los puentes fue contratada en 2013 mediante cuatro contratos, los cuales tres, según el IDU, están fallidos, y el último está suspendido. El primer contrato presentaba deficiencias en el diseño geométrico, y se veía reflejado en la seguridad vial de los carriles en la autopista Norte.

El segundo contrato, adjudicado en el 2016, falló por falta de informes que demostraran un estudio de seguridad vial. El tercer contrato falló por la falta de informes e implementación de normas que protegieran la seguridad vial. El valor de los cuatro contratos sumaron más de 100.000 millones.

Frente a los árboles, que según líderes de Santa Helena van a ser talados, se encuentran varias palmas de cera. Citan que esta especie está resguardada por la ley 61 de 1958, “por la cual se declara la palma de cera como árbol nacional y símbolo patrio de Colombia y prohíbe su tala de manera indefinida”. Otro de los obstáculos es la importancia del arbolado urbano.

Varias de las Palmas de Cera que serían taladas al hacer la obra.

Además, agrega, mitigan la contaminación, ya que estos atraen el dióxido de carbono con las células ‘estomas’ y les dan un valor adicional a las propiedades del sector.

Agregando a la anterior limitante, el Plan de Ordenamiento Territorial ‘Bogotá Reverdece 2022-2035’ se reconoce y valora a la estructura ecológica principal en la cual hace parte los bosques urbanos.

Frente a esa situación, la Secretaria de Movilidad informó que “es necesaria la instalación de un PMT de manera indefinida para diseñar planes que garanticen la seguridad vial”.

Germán Cisneros, líder del barrio, indica que “en esta zona de la ciudad el arbolado actúa como regulador de la temperatura y la radiación solar, la combustión de los vehículos y la industria”.

REDACCIÓN BOGOTÁ

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