Gracias al consumo de los hogares y de la reactivación plena de los conciertos, del transporte aéreo y del turismo, la economía colombiana creció un 7,5 por ciento en el 2022; sin embargo, en el último trimestre se registró un notable freno, según reveló ayer el Dane.
Para Piedad Urdinola, directora de la entidad estadística, este dato refleja que el país ya se está estabilizando después de la caída de 7,3 por ciento del 2020, en pleno pandemia, y de la recuperación posterior de 11 por ciento en el 2021.
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Antes del choque que supuso el covid-19, el PIB aumentó 3,2 por ciento en 2019, creció un 2,6 por ciento en 2018 y otro 1,4 por ciento en 2017.
Signos de desaceleración
Si bien la economía venía de un crecimiento de 7,8 por ciento en el primer trimestre del 2022, de 12,3 por ciento en el segundo y de 7,8 por ciento en el tercero, para el cuarto ya mostró signos de desaceleración con un aumento más suave, de solo 2,9 por ciento.
“Esta es una señal clara de que estamos frente a un proceso de desaceleración, que podría tener un efecto tanto en el 2023 como en el 2024”, recalcó Bruce Mac Master, presidente de la Andi.
Además, este dato estuvo por debajo de las expectativas de la mayoría de los analistas del mercado. Por ejemplo, BBVA Research proyectaba un 4,5 por ciento; el Banco de la República, un 4,1 por ciento, y Banco de Bogotá, un 3,4 por ciento.
Hay que recordar que debido a la alta inflación y la incertidumbre global, las proyecciones de crecimiento de Colombia ya han bajado para este 2023. Mientras que el Banco Mundial prevé que crecería un 1,3 por ciento, el Fondo Monetario Internacional habla de un 1,1 por ciento.
De momento, en el cuarto trimestre del 2022, tres de las 12 ramas de la economía que analiza el Dane cayeron. El sector más afectado debido al clima y los mayores costos de los insumos fue el agro, que perdió 4,2 por ciento frente al dato del mismo periodo del año anterior. Lo que más descendió fue el cultivo de café (-20,4 por ciento).
La rama de la construcción perdió otro 1,9 por ciento en el cuarto trimestre del 2022 y, en concreto, las obras civiles (-12,8 por ciento). La explotación de minas y canteras también cayó un 1,7 por ciento.
Otras ramas también ralentizaron su crecimiento. Por ejemplo, el clúster del comercio, transporte, alojamiento y servicios de comida, que venía creciendo a dos dígitos, en el cuarto trimestre apenas lo hizo en 1 por ciento.
En opinión de Jaime Alberto Cabal, presidente del gremio de los comerciantes Fenalco, lo preocupante es la tendencia a la baja que se observa desde finales del año y comienzos del presente. “Es evidente que a la economía le hizo falta el efecto dinamizador que habían producido anteriormente los días sin IVA, dado que el de diciembre fue cancelado”, sostuvo.
Freno del consumo
Esta desaceleración también se ve por el lado del gasto, pues si bien el consumo de los hogares creció en todo el año un 9,5 por ciento, en el cuarto trimestre tuvo un frenazo y aumentó un 4,3 por ciento.
Lo que más creció en el 2022 fue la compra de bienes semidurables (15 por ciento), es decir, carros, motos, muebles y celulares, por ejemplo. La adquisición de servicios creció otro 13,1 por ciento frente al 2021.
Los conciertos y juegos de azar impulsaron el PIB del 2022
Después de la pandemia, que prohibió las aglomeraciones, los conciertos de artistas como Coldplay, Bad Bunny, Rosalía Miley Cirus y Harry Styles, entre otros, fueron los grandes protagonistas del crecimiento del país en el 2022.
Según el Dane, la rama de la economía que más creció el año pasado fue la de las actividades artísticas, de entretenimiento y recreación, con un aumento de 37,9 por ciento frente a la cifra de 2021, muy por encima de las otras.
Dentro de esta, también se destaca la reactivación de los juegos de suerte y azar, sobre todo de las apuestas deportivas con el Mundial de Catar 2022, disputado del 20 de noviembre al 18 de diciembre.
Le sigue de lejos el crecimiento que tuvo la rama información y comunicaciones, con una variación de 14,2 por ciento; y la del comercio, transporte y alojamiento, que aumentó un 10,7 por ciento frente al 2021.
En concreto, lo que más creció de esta rama fue el transporte y almacenamiento (17,5 por ciento), seguido del alojamiento y servicios de comida (16,4 por ciento) y el comercio; reparación de vehículos y motocicletas (5,7 por ciento). “Es importante resaltar el dinamismo que tuvo el transporte aéreo y el turismo el año pasado, gracias a la reapertura después de la pandemia”, dijo la directora del Dane.
La industria manufacturera aumentó otro 9,8 por ciento en el 2022 y se destacaron los crecimientos de los productos textiles y la fabricación de productos de madera.
El crecimiento del resto de las ramas fue más moderado. Por ejemplo, las actividades financieras y de seguros aumentaron un 6,5 por ciento; la construcción un 6,4 por ciento y el suministro de electricidad, gas, vapor y aire acondicionado un 4,1 por ciento.
Las de menor crecimiento fueron la explotación de minas y canteras, con un 0,6 por ciento; y las actividades inmobiliarias, con un 2,0 por ciento. Y el único sector que acabó el año en terreno negativo, con una caída de 1,9 por ciento, fue el agro.
Según Anif, las condiciones climáticas redujeron las cosechas y la devaluación del peso repercutió en el costo de los insumos. Eso, además, significó un choque de oferta que llevó a la inflación de alimentos a ubicarse en 27,81 por ciento.
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