‘Castor’, el ‘Negro Óber’ y Digno Palomino, tres peligrosos criminales que se encuentran presos por múltiples delitos, siguen intimidando a Barranquilla.
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Están vinculados a las organizaciones criminales ‘los Rastrojos-Costeños’, ‘los Costeños’ y ‘los Pepes’, dedicadas al narcotráfico, la extorsión y el asesinato de comerciantes y personas del común en Barranquilla y su área metropolitana.
o que más asusta a muchos barranquilleros es que, pese a que se encuentran presos, eso no es impedimento para que sigan dando órdenes a sus hombres. Así se explica la guerra que se vive en Barranquilla por el control territorial, que en diez meses deja seis masacres.
En las últimas dos semanas la situación pareciera estar fuera de control y ha generado zozobra en las calles, con las amenazas de muerte contra comerciantes que alias el ‘Negro Óber’, lanzó desde la cárcel de máxima seguridad Palogordo, de Girón (Santander) por la captura de su compañera sentimental.
El ‘Negro Óber’

Así aparece alias Negro Ober en el video en el que extorsiona a un comerciante.
Captura de pantalla
Su nombre de pila es Óber Ricardo Martínez Gutiérrez y cumple una condena de 50 años por los crímenes cometidos al frente de la banda ‘los Rastrojos-Costeños’.
Alba Gutiérrez, madre de Martínez, dice que él no está bien de la cabeza, que consume drogas y está en tratamiento psiquiátrico.
Ha pasado por ocho cárceles y, al parecer, en todas ha encontrado la manera de burlar a las autoridades, ingresar celulares y seguir amenazando.
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Su primer crimen fue a los 34 años, y su primera captura, el primero de agosto del año 2010 en Zaragoza (Antioquia). Se habría desmovilizado de las Autodefensas Unidas de Colombia (Auc), y aparece como autor en el año 2013 de los atentados y muertes de conductores de buses y vendedores de chance en la ciudad.
“Le figuran capturas en Barranquilla y Soledad por tráfico y porte de armas, extorsión, amenazas y homicidios”, dice Arturo García, experto en seguridad.
En octubre de 2021 las autoridades ofrecían 100 millones de pesos por su captura, hasta que cayó en Melgar (Tolima).
Alias Castor y la paz

Jorge Eliécer Díaz Collazos, máximo líder y fundador de ‘los Costeños’.
Jorge Eliécer Díaz Collazos, alias Castor, es otro de los señalados de ser el responsable de la estela criminal en Barranquilla. Bajo su mando habría unos 500 hombres que se agrupan en la banda ‘los Costeños’, dedicados al microtráfico y la extorsión, y esta organización maneja el 80 por ciento de la criminalidad en la ciudad hace 11 años.
La Fiscalía los acusa de ser usurpadores de predios, extorsionistas, expendedores de estupefacientes, traficantes de armas y sicarios.
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Este hombre de 37 años, que estuvo en la Armada Nacional y manejó taxis, desde hace cuatro años está preso en Venezuela, donde asegura que nació, para luego ser traído a Colombia a los 5 años, por eso no lo han extraditado.
Mantiene una lucha por el control de barrios estratégicos y manejo de rentas ilegales con quien fue su gran amigo Digno Palomino.
Según ‘Castor’, su grupo se enfrentó y desterró a los paramilitares. Ahora dice estar dispuesto a desmovilizarse y entregar armas, y le envió una carta al presidente Petro para unirse a la ‘paz total’ y ser gestor de paz.
Digno Palomino, en casa

Digno José Palomino, jefe de ‘los Costeños’.
Digno Palomino también habría enviado un mensaje al presidente, pero con emisarios armados, al diario El Heraldo, en un ataque a la libertad de prensa.
Nacido en el barrio Barlovento, centro de Barranquilla, en el 2013, durante su detención en una cárcel por porte ilegal de armas, fue reclutado por Brayan y Juan Borré Barreto, quienes dejaron ‘los Rastrojos’ para pasar a conformar la banda ‘los Rastrojos Costeños’.
Comenzó con robos menores y a traficar con estupefacientes, además de organizar bailes de picó en la ciudad para lavar dinero, según las autoridades. En ‘los Rastrojos Costeños’ hizo amistad con Jorge Eliécer Díaz Collazos, alias Castor, con quien integró meses después la franquicia ‘los Costeños’, y se convirtió en el segundo al mando.
Es acusado, además de extorsiones, homicidios y microtráfico, de cometer desmembramientos.
En 2018 se conoció que junto con ‘Castor’ se alojaron en Venezuela, donde fueron capturados, gracias a una circular azul emitida por los delitos de concierto para delinquir, homicidio, tráfico o porte de estupefacientes, extorsión y porte ilegal de armas.
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El 30 de agosto del año pasado fue deportado. Al llegar a Colombia, Palomino ya estaba distanciado de ‘Castor’, al parecer por el homicidio en el 2022 de Dyango Cueto, quien era cercano a Díaz Collazos, presuntamente, por órdenes de Palomino Rodríguez.
Esta ruptura sería el origen de múltiples crímenes y masacres en la ciudad. Tras ser deportado, un juez de la República le dio en septiembre del año pasado casa por cárcel en su residencia, en el barrio Barlovento, al considerar que “no se ha comprobado que el imputado haya continuado delinquiendo”.
Palomino dice que tiene cáncer óseo en el brazo derecho y requiere un tratamiento y quiere entrar al proyecto de ‘paz total’.
Los reclamos a la justicia
Qué más tiene que pasar para que paremos el accionar delincuencial de tres bandas criminales
El alcalde de Barranquilla, Jaime Pumarejo, ha cuestionado las decisiones judiciales que “tienen a delincuentes como Digno Palomino fuera de las rejas”.
Pumarejo objetó que este tenga casa por cárcel y que alias Castor esté operando su organización criminal desde Venezuela, y “nadie lo pide en extradición”.
“Necesitamos que estos traslados de las cárceles signifiquen que estas personas no sigan delinquiendo desde allí”, dijo el mandatario.
Por su parte, los comerciantes, que son el blanco de estas organizaciones, aseguran que las amenazas del ‘Negro Óber’ no son nuevas.
“En el 2013, cuando se encendieron las alarmas, hicimos la primera marcha contra la extorsión, pero no se tomaron los correctivos. En el 2019 se recrudeció y volvimos hacer otra marcha. Nos dijeron que estábamos haciendo apología de una imagen negativa de la ciudad, que el problema no era tan grande”, dijo la directora ejecutiva de Asocentro, Dina Luz Pardo.
“Qué más tiene que pasar para que paremos el accionar delincuencial de tres bandas criminales”, dijo el personero de Barranquilla, Miguel Ángel Álzate, quien reconoció los esfuerzos de las autoridades locales.
Para el profesor e investigador de la Universidad del Norte Luis Trejo, se debe abrir una discusión sobre el fracaso de la política carcelaria en el país. Él señala que la cárcel no está cumpliendo su objetivo resocializador y que el Inpec se convierte en cómplice del delito.
“El Inpec, de manera reiterativa, ha estado envuelto en escándalos relacionados con fugas o condenados que salen de las cárceles a realizar gestiones personales. Sin duda, las fallas estructurales en el sistema carcelario colombiano tienen un impacto en el aumento de la delincuencia”, agrega el investigador de la Universidad Libre Alejandro Blanco.
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