Un contador en una pantalla gigante azul revela el número de vehículos de una marca en China. Son las 10:08 de la mañana de un lunes laboral. El indicador se actualiza cada minuto y en la parte alta aparece un número de seis dígitos: algo más de 2,4 millones. De ellos, 2,3 millones usan energía tradicional y 85.369 nueva energía, como lo han catalogado. Para esa hora, 1,5 millones han sido activados y 896.000 permanecen apagados. Y casi 320.000 están en marcha y 1,2 millones parqueados. Justo al lado derecho aparece el mapa del país y en cada región se señala cuántos vehículos tiene. Es la entrada a una de las plantas de Foton en Changping, uno de los 16 distritos de Pekín.
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— ¿Por qué los cuentan?
— Las nuevas tecnologías permiten que todo esté interconectado de forma inteligente. Es una forma de saber si ha sido efectiva la producción— cuenta un vocero en el lugar.
El logo es uno de los que más se ven en Colombia, sobre todo en camiones y maquinaria amarilla. Es una empresa china creada en 1996 con fuerte presencia en el país desde hace una década, representada por el grupo Corbeta, que distribuye los vehículos a través de Corautos Andino y es reconocido por la logística de distribución de productos de consumo, hogar, ferretería y electrónica.
La planta es una de las 20 que hay en China. Llama la atención dos edificios con marcos rojos y muros blancos. Están dedicados de forma exclusiva a la fabricación de motores Cummins, una empresa estadounidense dedicada al diseño de este tipo de autopartes. En 2008 comenzó a funcionar la join venture —empresa conjunta o consorcio— entre ambas marcas. Sobre el techo tienen paneles solares que generan algo más del 15 por ciento de la energía que necesitan a diario.
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Están presentando los nuevos motores diésel para los vehículos que recorren largas distancias en carretera. Todo lo enmarcan en un mensaje: “Energía inteligente para el futuro”. Y es que la fábrica tiene cámaras especiales que junto con inteligencia artificial logra detallar cualquier error que se presente en alguna de las piezas. “Una de las reclamaciones más frecuentes que teníamos estaba relacionada con la pérdida de aceite. El sistema de esta planta determina de forma automática cuando la calidad del sellado de alguna pieza no es el adecuado y lo pasa a revisión. Si no pasa la inspección, se descarta”, relata el vocero.
En la fábrica hay líneas de mecanizado de bloques y culatas, líneas de montaje y prueba, y líneas de accesorios y pintura. En solo ese lugar se producen en promedio 275.000 motores al año. La mayoría está volcada en el desarrollo de su serie F que incluye motores desde los 2,8 litros para vehículos ligeros y en su serie X, que tiene motores de hasta 13 litros para vehículos medianos. “Los motores de la serie F son controlados totalmente de forma electrónica y cumplen con emisiones Euro IV, Euro V y Euro VI, y los de la serie X son los ideales para transporte de productos y tractores, camiones y volquetas”, aclara el vocero.
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El cerebro robotizado en Changsha
Esa línea de producción en Pekín es similar a la que está en Changsha, la ciudad principal de la provincia de Hunán, a dos horas en avión desde Shanghái, la capital económica de China. Es un territorio reconocido por ser el lugar en el que se inició Mao Zedong, el fundador del país en 1948, en la política, y por la exquisita y peculiar comida picante.
En la fábrica de Fotón en este lugar, el 96 por ciento del equipo está interconectado de forma inteligente con tecnología 5G. Usa robots de la empresa alemana KUKA para el desarrollo de cada parte de los vehículos. Hay 154 brazos robotizados que trabajan de la mano de operarios que no superan los 30 años de edad, aunque hay líneas, como las de soldadura principal, donde la automatización es del ciento por ciento.
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De forma coordinada y precisa, cada sector se encarga de algo puntual en el proceso de desarrollo. Es tan versátil que una línea de producción puede producir hasta 9 modelos diferentes de vehículos y es compatible con 26 tipos de plataformas y hasta 120 modelos de carrocería. Al año, la producción anual estándar es de 143.000 vehículos al año y las pantallas indican que la producción diaria promedio debe ser de 150 vehículos por cada turno de ocho horas. Se hacen tres turnos a diario.
Lo más impresionante es la precisión milimétrica a la que se ha llegado con el uso de inteligencia artificial y digitalización. Es como si un cerebro robotizado tuviera controlado todo. Por ejemplo, en el montaje final y acoplamiento de las últimas autopartes, el margen de error en el posicionamiento de las piezas es de 0,1 milímetros y de 0,2 milímetros en la posición de las juntas de soldadura.
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Cada objeto que se incluye en los nuevos vehículos tiene un código único que sirve para ser probado con anterioridad y rastreado al interior de la fábrica y las líneas de producción, gracias a sistemas que informan en tiempo real los datos de cada modelo con sus partes y accesorios.
Algo curioso que ha permitido que se estandarice este tipo de procesos inteligentes es que cuando hay requerimientos específicos se pueden hacer en el menor tiempo posible, como el cambio de color, que no tarda más de 30 minutos y se hace a partir de rocío de pintura automatizado.
Los motores con tecnología alemana en Weifang
Si se toma un vuelo de dos horas y media hacia el nororiente desde Changsha se llega a Weifang, en la provincia de Shandong, una ciudad reconocida por su desarrollo industrial reciente y por ser llamada la ‘capital de las cometas’.
La fábrica está en el distrito de Kuiwen y tiene un área de 54.000 metros cuadrados, lo que sería equivalente a la extensión total y media de la Movistar Arena de Bogotá. Allí, al año, se fabrican 240.00 vehículos tipo pick up, de gasolina y diésel, manuales, automáticos y eléctricos e híbridos, en tres talleres principales.
Los procesos también son en su mayoría automatizados. Solo la línea principal para la soldadura de las cabinas tiene 148 robots y se encargan por completo de la totalidad del proceso. En la línea de montaje y de mecanizado hay 29 robots, y trabajan junto con los operarios (ver galería abajo).
Un punto importante en este sitio es la fábrica de motores Aucan, de tecnología alemana, que son los predilectos para las imponentes Tunland G7 de Foton. Su desarrollo es automatizado y se realiza gracias a 17 brazos mecánicos de todos los tamaños y la integración de accesorios de cambio rápido. A cada motor se le asigna una identificación separada y toda la información del proceso de fabricación se registra en el archivo de la calidad del producto. Por turno se producen en promedio entre 300 y 400 motores.
Algo que es similar al de las otras fábricas tiene que ver con la rigurosidad en cada segmento. Al menos 200 sistemas de prevención de errores ayudan a verificar cada línea de producción y emplean un control con seguimiento láser para garantizar la precisión de la carrocería: el error máximo permitido es de menos de 95 micrómetros. Además se hacen pruebas en frío y caliente en tiempo real para probar cada parte del vehículo.
Lo que se produce en estas tres fábricas de Pekín, Changsha y Weifang representa gran parte del porcentaje de camiones livianos y pesados, camionetas y hasta buses que se exportan a 46 países del mundo, incluido Colombia. Y es una muestra de cómo la mano de obra humana y la tecnología pueden coexistir y ayudar a optimizar procesos, un reflejo de la verdadera cuarta revolución industrial.
DAVID ALEJANDRO LÓPEZ BERMÚDEZ
Enviado especial de EL TIEMPO
CHINA
En redes: @lopez03david
*Viaje por invitación de Corbeta y Foton.