Muertes civiles y la legalidad de la guerraMuertes civiles y la ley de guerra – New York Times International Weekly – Internacional


JERUSALÉN — Las leyes internacionales que rigen la guerra son insensibles. Dan más prioridad a la ventaja militar que al daño a civiles. No toman en cuenta cifras comparativas de muertos o heridos.

Piden a los comandantes en el campo que evalúen, a menudo muy rápidamente, la ventaja militar de un ataque, la naturaleza de la amenaza que enfrentan, los medios que tienen para contrarrestarla y qué medidas factibles pueden tomar para reducir el daño anticipado a civiles e infraestructura civil.

Ese cálculo complicado, conocido como “proporcionalidad”, es sumamente defectuoso porque hace un balance entre cosas incompatibles, explican abogados. Y cada ataque debe ser evaluado por separado, para decidir si está dentro de los límites de un acto de guerra legal.

“La ley de la guerra es fría”, aseveró Emanuela-Chiara Gillard, investigadora asociada en Chatham House, un grupo de expertos en Londres, quien anteriormente trabajó como abogada para la Cruz Roja y la ONU. No aborda, “nuestras inquietudes e indignación moral por las muertes civiles”, agrega.

Luego de que Hamas invadió Israel y abatió a unas mil 200 personas, Israel tomó represalias con vigor. Pero las imágenes de devastación en Gaza y la enorme asimetría en muertes han generado indignación en el mundo árabe y en Occidente.

Sin embargo, en la guerra, simetría y proporcionalidad no están relacionadas.

La proporcionalidad es un componente clave para determinar la legalidad de un acto de guerra. Abogados dijeron que no es meramente un asunto de equilibrar de forma justa el número de muertes. Es cuestión de determinar si, en el momento en que se toma la decisión de lanzar cualquier ataque, la ventaja militar esperada supera el daño anticipado a civiles una vez que se toman medidas factibles para reducirlo.

Sin embargo, no existe un consenso sobre cómo hacer dicha comparación.

Un ejemplo son los ataques israelíes en  hospitales y escuelas o cerca de ellos: ¿acaso se usaban realmente los edificios para propósitos militares, y se dieron las advertencias debidas antes de un ataque? ¿Ha hecho Israel lo suficiente para proteger civiles?

Muchos diplomáticos, funcionarios de la ONU y grupos de derechos humanos argumentan que la respuesta es no. Algunos han llamado a que se abran investigaciones sobre posibles crímenes de guerra.

No obstante, las muertes civiles son una cuestión política, no legal, dijo Daniel Reisner, ex director de la división de derecho internacional del Ejército israelí. “El número de muertos en ambos bandos es trágico, pero si limitas el debate a legalidad, los números no son lo que se mide. Es por qué murieron y en qué circunstancias, no cuántos de ellos murieron”.

Israel afirma que alrededor de mil 200 personas perdieron la vida y 240 más fueron tomadas como rehenes en los ataques terroristas liderados por Hamas el 7 de octubre. Funcionarios de salud de Gaza señalan que casi 20 mil palestinos, muchos de ellos mujeres y niños, han sido ultimados en Gaza, que está bajo control de Hamas.

De hecho, la gran cantidad de civiles muertos, más que en cualquier conflicto anterior en Gaza, plantea en su conjunto dudas sobre si los cálculos de proporcionalidad de Israel han cambiado en esta guerra.

Funcionarios israelíes insisten en que sus estándares de proporcionalidad se han mantenido constantes.

Hamas también está obligado a respetar las leyes de la guerra, aseveró Cordula Droege, directora jurídica para el Comité Internacional de la Cruz Roja.

“Si optas por librar una guerra, aun así tienes que respetar exactamente las mismas reglas de la ley humanitaria internacional como una parte en el conflicto”, expresó.

Dos elementos determinan la proporcionalidad. La primera es la legalidad de la campaña, que debe corresponder al tamaño de la amenaza. En lo que respecta a la guerra de Israel contra Hamas, la ley es clara, indicó Gillard. Dadas la magnitud y la naturaleza de los ataques del 7 de octubre, Israel tiene el derecho a una autodefensa que puede incluir el objetivo de destruir a Hamas.

El segundo elemento juzga cada ataque con base en sus propios méritos, ya sea el bombardeo planeado de un blanco o la rápida decisión de un comandante durante un intercambio de fuego, y es más complicado.

La proporcionalidad se define como una cuestión de criterio en el momento, no en retrospectiva. ¿Acaso el riesgo para los civiles es excesivo en relación con la ventaja militar anticipada? Eso favorece la ventaja militar, ya que el riesgo civil se da por hecho y basta con que no sea “excesivo”.

El otro principio legal clave es el “discernimiento”. ¿Ha buscado un Ejército ser discerniente, atacando sólo combatientes y blancos militares mientras que busca evitar el daño a civiles? Descifrar eso requiere una investigación que no puede ser llevada a cabo en el frenesí de la batalla, y tales criterios son particularmente difíciles en conflictos de guerrilla urbanos, cuando combatientes como Hamas viven entre la población civil y se refugian ahí.

Omar Shakir, director de Human Rights Watch para Israel y Palestina, coincide en que la proporcionalidad es difícil de evaluar sin una investigación detallada de los hechos. Pero argumenta que el conteo total de muertes civiles, el uso de armas poderosas en barrios densamente poblados y los ataques a hospitales donde se refugian civiles “plantean serias interrogantes” sobre si Israel ha cometido crímenes de guerra.

Human Rights Watch no juzga la legalidad de toda la campaña, solamente de ataques militares individuales. “Los números definitivamente importan al brindar un indicio de tendencias generales, y una proporción elevada de muertes de mujeres y niños es indicativa”, aseveró.

Aunque Israel tiene el deber de intentar evacuar ciudadanos, “con demasiada frecuencia existe la suposición de que cuando se han dado órdenes de evacuación, todo aquel que se queda atrás es un blanco”, apuntó Shakir. “No puedes tratar los campamentos de refugiados como zonas de tiroteo libres”.

Sin embargo, lo que importa no es la evacuación por sí misma sino “las condiciones que la rodean”, señaló Droege.

Justo desde el inicio de la guerra, hubo “la imposición de un asedio sobre toda la Franja de Gaza”, declaró. Eso significó “que la población fue, y sigue siendo, privada —en un principio por completo y ahora casi por completo— de alimentos, agua, combustible, luz y suministros médicos, y no consideramos que privar a toda una población civil de bienes esenciales para su supervivencia sea compatible con la ley humanitaria internacional”, añadió.

Los hospitales son sitios particularmente protegidos bajo la ley, y la carga de presentar pruebas recae sobre Israel para mostrar que Hamas los convirtió en blancos militares legítimos. Israel asegura que los hospitales son un laberinto de túneles de Hamas. Funcionarios israelíes dicen haber advertido una y otra vez al personal de hospitales que evacuara.

Reisner dijo que no hay una medición que pueda ser el denominador común para calcular la ventaja militar contra el daño a civiles.

“Nadie sabe cómo resolver esa ecuación”, manifestó. “Pero es mejor tener una regla mala que no tener ninguna regla”.

Por: STEVEN ERLANGER

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