el papá de Lucho, todo un ‘rockstar’


Mane Díaz camina por las calles de Liverpool y despierta una admiración de celebridad. “¡Es el papá de Lucho!”, le dicen, y lo abordan en tumulto. En las tribunas de Anfield lo reconocen, porque ya es una cara conocida, como la de su hijo Luis. Le piden fotos, lo llaman leyenda. Cuando se pasea por los pasillos del estadio, saluda amistosamente a las estrellas, se abraza con Pep Guardiola o con Jürgen Klopp, como si los conociera de toda la vida. Nadie lo desprecia. El papá de Lucho parece papá de todos. Es un personaje que llegó a Inglaterra para brillar, como su hijo.

Mane, a sus 55 años, se ha convertido en un hombre entrañable, el nuevo ídolo de Liverpool. Es uno de esos padres ajenos que todos quieren abrazar. Quizá sea por su carisma, o tal vez por su alegría, o debe ser por ese entusiasmo que irradia su mirada, o su sonrisa permanente, o su cara de ser amigo de todos, de buena gente, de parrandero, o sencillamente porque es el papá de Luis, sea lo que sea, Mane genera admiración. 

Será porque es un valiente, dirán algunos, recordando el drama que vivió al ser secuestrado por la guerrilla del Eln durante 11 días, entre el 29 de octubre y el 9 de noviembre del 2023. Su cautiverio conmovió y su libertad fue muy celebrada, como todas las libertades, solo que en este caso fue el papá del mejor futbolista colombiano de hoy, del jugador que deslumbra en el Liverpool y en la Selección Colombia.

Mané Dïaz es leyenda en Liverpool.

Foto:Redes sociales

La vida a Mane le ha cambiado abruptamente. Antes era el ‘rey’ de Barrancas, en La Guajira, donde aún está su casa, sus raíces. Allí era un tipo normal, amigable, buen vecino, conocido como el profe por sus escuelas de fútbol, rumbero, alegre y querido por ser quien es: el papá de Lucho. Su vida, hasta antes de su cautiverio, era de ciertas extravagancias por ser un hombre al que le corre el vallenato por la sangre. Denle al Mane una guacharaca, un acordeón, suéltenle un micrófono, mándenlo al centro de la pista de baile, apláudanlo, que de fondo suenen Los Hermanos Zuleta o Silvestre Dangond –que es su gran amigo–, con un roncito en la mesa, y el Mane se transformará. Su cara sosegada será una sola sonrisa. Su cuerpo diminuto será un culto a la danza: será el Mane más auténtico.

Luego de su liberación, Lucho se lo llevó para Inglaterra, en pleno fin de año, para que esté más seguro, más cómodo, más cerca de él. El cambio tuvo que ser brusco. Pasar de los pantalones cortos al abrigo, al gorrito de lana que cubre su cabello gris, los guantes para el frío y una buena chaqueta, en tiempos de invierno europeo. Le han dicho en ese tono burlón de los memes que se lo ve aburrido, que su Navidad fue fría, que extraña su parranda, y quizá tengan razón, pero no hay duda de que Mane se adapta. Ahora se da el lujo de ver jugar a su hijo en cada partido, celebra desde la tribuna sus goles y las cámaras lo siguen, a ver cómo va a celebrar. Porque los festejos de Mane son tan memorables como los goles de Luis. Ya no llega al límite del desmayo, como casi le pasa en los goles que hizo Díaz contra Brasil en Barranquilla, tras su liberación y que lo convirtieron en un Mane meme. Ahora es más recatado, pero no deja de ser Mane.

Si en las tribunas lo asedian los hinchas, y las agencias de noticias le sacan fotos como si fuera un futbolista, en los pasillos de Anfield Mane desfila como parte del equipo, se saluda con los futbolistas, incluso con los rivales. Si es una estrella la que se le cruza, Mane pondrá su carita paternal y no recibirá desplante. Haaland, figura del Manchester City, se topó con él tras el reciente duelo entre ambos equipos. En la foto, muy difundida en las redes sociales, se ve a un Haaland que posa para la cámara y a un Mane que lo mira con admiración, cuan alto es, como quien no cree lo que está viviendo ahora.

Luis Díaz, Mane Díaz y Klopp.

Foto:EFE / X:

También se ha fotografiado con Klopp, y el alemán aparece muy sonriente abrazándolo. “Con mi amigo Jürgen Klopp. Felices por siempre” es la leyenda de la foto. Klopp estuvo muy pendiente de Mane durante su secuestro y fue apoyo para Lucho. “No me sentía bien con que jugáramos en este momento, pero teníamos que hacerlo”, dijo entonces.

Como si fuera poco, se fotografió con Pep Guardiola, tras el partido del Liverpool contra el Manchester City. “Un saludo fraternal, mi gente, con Guardiola, entre los mejores entrenadores del mundo”, escribió Mane, para envidia de cualquier futbolero. Pep no le niega el saludo, se abrazan, algo conversan y solo ellos saben qué. Un par de fotos testifican el encuentro.

La alegría de Mane

Mane ya no baila vallenato en público, seguramente lo hará en privado, no muy alta la música para no incomodar a los vecinos, pero se muestra en redes contagiado de otros ritmos, como la música de Dua Lipa, la estrella británica, tal como registró en uno de sus videos más compartidos. 

Dua Lipa canta y Mane baila en un gimnasio, con la camiseta roja de Luis Díaz. Tiene más videos virales. En uno de los más recientes, baila el tema El secuestro, de Daniel Maestre y Mono Zabaleta, y hace la coreografía: “Que te amarraron, que te vendaron, que no sabías dónde te llevaron…”, canta, como quien quiere hacer de su cautiverio una mala anécdota que no le quitó la gracia ni su energía ni su alma.

Hoy le toca vivir en Inglaterra, y lo hace por lo grande, lo llaman un ‘rockstar’, un Beatle colombiano, una celebridad de Liverpool, pero Mane anticipa que pronto estará de vuelta en su tierra, donde extrañan su presencia. Como él mismo dijo en un mensaje a sus allegados: “En cualquier momento nos reencontramos, así que vayan preparando la parranda”.

PABLO ROMERO

Redactor de EL TIEMPO

@PabloRomeroET

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