Migrantes capturados por delinquir en Bucaramanga solo son el 13 por ciento


Toda una polémica se ha generado por la expulsión de más de 120 migrantes venezolanos desde Bucaramanga, operativo que ha realizado el alcalde de la ciudad de los parques, Jaime Andrés de Beltrán, cada semana, con el apoyo de Migración Colombia.

Esta situación ha causado un poco de rechazo en la Gobernación de la Guajira y también en algunos representantes a la cámara debido a que catalogan a Beltrán como alguien xenófobo e incluso nazi.

EL TIEMPO tuvo acceso a cifras de cómo y de qué manera delinquen los migrantes venezolanos. A la fecha  se han capturado a 5.654 personas por los diferentes delitos con un aumento de 445 casos en comparación del 2023.

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Pero, el dato curioso es que de estas capturas reportadas tan solo 752 son venezolanos, que es el aporte del 13%, es decir, que en su mayoría quienes delinquen en Bucaramanga son colombianos y quienes aportan a que la ciudad se vuelva más insegura son ciudadanos de este país.

Los delitos con más capturas son tráfico de estupefacientes, receptación y porte ilegal de armas de fuego, sin embargo, expertos dicen que, aunque las cifras son muy bajas de los migrantes capturados hay un panorama muy amplio de que sí están delinquiendo  en la ciudad, pero no se tiene el subregistro porque no son capturados, siguen hurtando a los ciudadanos y las víctimas no denuncian. 

cifras migrantes capturados en Bucaramanga

Foto:Suministrada a EL TIEMPO

Juan Carlos Mantilla, profesor, investigador y director del departamento de estudios socio humanísticos de la Universidad Autónoma de Bucaramanga, Unab, destacó que hay un riesgo inminente de estigmatizar a la población venezolana, que en buena medida viene huyendo de una crisis humanitaria, económica y buscando oportunidades. 
 
“El riesgo de calificar a una población como si fueran todos delincuentes es muy importante, porque mucha gente viene buscando nuevas oportunidades. Es un riesgo en pensar que, aplicando estas medidas fuertes contra estas personas se controlan realmente la seguridad, solo se controla una parte, se puede engañar a la población con una falsa percepción de seguridad, cuando realmente no se contiene el fenómeno”. 

Mantilla sugiere que para corregir la criminalidad se puede proponer visitar los barrios más neurálgicos y plantear programas sociales hacia los jóvenes con enfoque de educación y laboral con el fin de que los disuadan de participar en bandas criminales. 

Uno de los problemas que ha tenido que enfrentar Bogotá es la invasión de un terreno cerca de la Terminal de Transportes El Salitre.

Foto:César Melgarejo / EL TIEMPO

Asegura que a pesar de que haya cifras de la Policía sobre capturados no se sabrá cuantificar la proporción de venezolanos causantes de los crímenes. 

Puso como ejemplo la gestión de Sergio Fajardo cuando fue alcalde de Medellín en el que su equipo de trabajo fue a las casas, a barrios marginales a buscar qué sucedía con los jóvenes en el entorno familiar, brindando asesorías de psicología, ​entre otras propuestas. 

​”Él lo que hacía era quitarle la economía del crimen, es cambiar el sistema de incentivos con una política seria de ayuda a los jóvenes de estos barrios, entonces, nosotros esperaríamos ese tipo de programas que son los que van a ayudar a transformas la situación social y a prevenir el futuro que se presenten estas altas de criminalidad, sea cual sea la población”, enfatizó Mantilla

Para Julio Acelas, analista político reconocido en la región, indicó que en ocasiones el alcalde rompe los límites y la diferencia ente la campaña política y ya como gobernante. 

​”Me parece que abusa de sus anuncios para provocar efectos políticos, que le pueden estar beneficiando su carrera política o afectando. Gobernar es otra cosa, uno en campaña dice lo que quiere y en el gobierno hace lo que puede, hay un desconocimiento de la institucionalidad, los alcaldes no son autoridad migratoria”, dijo a EL TIEMPO. 

​Acelas se suma a las cifras entregadas anteriormente en el que el causante de la inseguridad y delincuencia no son los venezolanos, ya que son la minoría enfatizando que los que roban son locales.

 “Más que xenofobia es aporofobia, el que no tiene que comer, es un desprecio por el migrante pobre, el que no tiene que comer, el que roba, esa es una tendencia aporofóbica, más que xenofóbica”. 

Por su parte, el alcalde de Bucaramanga, Jaime Andrés Beltrán, dijo que son cerca de 600 personas con más de 7 anotaciones caminando por las calles libremente.

​Se mantiene en firme en la expulsión de migrantes. “Los bumangueses quieren seguridad y orden”. 

​Fue contundente en decir que la problemática de delincuencia por parte de los migrantes se origina en todo el país, en ciudades y departamentos, pero ninguno es capaz de hablar por miedo a ser catalogado como xenófobo.

​”Todos los alcaldes sufrimos de esto, solo que nadie se atreve a hablar y por el temor de ser catalogado xenófobo nadie dice nada, alguien tenía que hablarlo, el problema no es entre alcaldes y ni gobernadores, el problema es que tenemos una cantidad de migrantes delinquiendo y no podemos decir nada. Nos vamos a unir para buscar resultados seguros”. 

​Melissa Múnera Zambrano
​Corresponsal de EL TIEMPO – Bucaramanga 



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