20 días después de que el cese del fuego bilateral perdió vigencia, el proceso de negociación entre el Gobierno y el Eln llega a una fecha crucial para su futuro. El plazo que esa guerrilla le dio al presidente Gustavo Petro para que emita un decreto que los retire de la lista de grupos armados organizados (GAO) vence este viernes y aún no hay claridad sobre cuál será el paso por seguir por parte de la delegación que lidera Vera Grabe.
Conforme a los criterios de
Por ahora, el futuro del proceso de negociación, el que mayores avances ha tenido en el marco de la política de ‘paz total’, es incierto. Iván Cepeda, uno de los negociadores del Gobierno, le dijo a EL TIEMPO esta semana que no hay tema o discusión a la que se le cierre la puerta; sin embargo, insistió en que no permitirán ultimátums.
“No está cerrado ni cierra las puertas a cualquier clase de discusión y debate en la mesa, pero no a través de la vía de la imposición, no a través de la fijación unilateral de fechas inexorables y con el tono y la forma de un ultimátum. Eso no es aceptable, el Gobierno no lo acepta y sencillamente no accede a eso, así de sencillo”, señaló el senador.
El consejero comisionado Otty Patiño fue más allá el martes y directamente dijo que hoy no es posible hacer lo que pide el Eln. El funcionario señaló que ese pedido implicaría presentar una ley ante el Congreso de la República y que hoy no existe el ambiente político para tramitar una iniciativa en ese sentido.
Patiño agregó que el Gobierno ya ha dado pasos para considerarlos un actor político -la resolución 194 de 2023 ya les dio el estatus de organización armada rebelde- y que, de hecho, el que sean denominados GAO es lo que les ha permitido entablar una negociación con esa guerrilla.
“Es suficiente lo que ya se ha hecho en considerarlos un grupo armado organizado al margen de la ley, que es de alguna manera lo que lo caracteriza como un actor político. Llamarlos como grupo armado rebelde, o cualquier otra denominación, es algo que depende del Congreso y no del presidente de la República”, manifestó Patiño en diálogo con Rcn Radio.
No hay que perder de vista que en la ley de 2272 de 2022, la cual definió la política de ‘paz total’ y es la base de las negociaciones que hoy adelanta el Gobierno, existen dos tipos de procesos, los cuales son determinados por la categoría del grupo armado.
En primer lugar, aparecen los espacios de conversación con miras al sometimiento y desmantelamiento de las estructuras armadas organizadas de crimen de alto impacto (‘clan del Golfo’, bandas locales, etc.). Luego, aparecen las negociaciones con grupos armados organizados al margen de la ley (GAO) con los que se adelantan diálogos de carácter político (Eln, disidencias, etc.) y con los que se busca llegar a acuerdos de paz.
Para expertos en la materia, lo que el Eln estaría buscando con esta exigencia es evitar que en el futuro puedan ser bombardeados. Hay que recordar que tras la firma del Acuerdo de Paz en el 2016, el Estado colombiano fijó nuevas reglas apegadas a las del Derecho Internacional Humanitario (DIH) para establecer claramente las condiciones del uso de la máxima fuerza legítima y dichas acciones quedaron limitadas a las grandes estructuras criminales consideradas como GAO.
Una segunda interpretación es que excluir al Eln del listado GAO abriría la puerta para que la organización guerrillera sea reconocida como un grupo en estado de beligerancia, es decir, como un actor armado que se rebeló contra una dictadura.
Tampoco se puede dejar de lado que, como sostienen varios cercanos al proceso, Eln pretende medir cuál es el límite del Gobierno, algo que ya intentó hacer cuando rompió el acuerdo sobre el secuestro o cuando congeló la mesa bajo el argumento de que el gobierno quería desestabilizar a la guerrilla al aceptar los acercamientos con el frente Comuneros del Sur. En la delegación del Ejecutivo parecen ser conscientes de ellos y por eso han tomado la decisión de guardar silencio y de esperar que ‘Antonio García’ dé el siguiente paso.
Pero la pregunta que se hace la sociedad luego de la insistencia del Eln en el decreto es qué va a pasar a partir de mañana. Si bien para varios analistas consultados por este medio, al ser una crisis inédita resulta difícil predecir los siguientes pasos de cada parte, sí es claro que el Gobierno debe estar listo para cualquier escenario.
“Hoy a las 12 de la noche llega esa fecha fatal, lo cual pone en ascuas al país y a la sociedad porque no se sabe qué va a pasar mañana. Se infiere que todas las estructuras y frentes del Eln serán liberadas, primero porque no hay cese, y segundo, porque al poner una fecha fatal se espera que actúe militarmente. Eso sería nefasto. Las autoridades tendrán que prever qué hacer en esos casos de manera preventiva”, señaló Carlos Velandia, excomandante del frente ‘Domingo Laín’ del Eln.
En ese sentido, el hoy promotor de paz considera que en el contexto actual cobrará especial relevancia el papel que puedan jugar los garantes y acompañantes del proceso. “Convendría que la comunidad internacional proponga un encuentro sin condiciones y una reunión especial en la que las dos partes concurran a resolver cómo destrabar los diálogos y volver a la normalidad. Ojalá esa conversación pudiera desarrollarse aquí en Colombia”, agregó.
Finalmente, sostiene que la guerrilla ha llegado demasiado lejos con este tipo de posiciones y que la respuesta del Gobierno no debe ser insistir en propuestas de carácter público. “La propuesta que hizo el Gobierno fue negada por el Eln, de modo que intentar una nueva propuesta es inútil, entonces mi recomendación es no hacer propuestas en este momento y mucho menos por vía pública. Acudan a una reunión especial”, concluyó Velandia.
Germán Valencia, del Grupo de Investigación Hegemonía, Guerras y Conflictos del Instituto de Estudios Políticos de la Universidad de Antioquia, si el Eln no cede en sus pretensiones, sería el desperdicio de una oportunidad única.
“Sería un desatino del Eln perder la oportunidad de negociar la paz con este Gobierno, (dejar de) dialogar y acordar transformaciones con un presidente que desde el inicio de su mandato ha insistido en que el eje de su gobierno es la paz”, dijo el académico.
Valencia, sostiene, que luego de cumplida la fecha límite, el comando central de esa guerrilla es quien debe hacer un ejercicio de reflexión. “El Eln debe ser consciente que el respaldo a las conversaciones de paz se viene reduciendo”. Que con la parálisis se está dando argumentos a la oposición para que critiquen la manera como se está buscando la paz”, añadió.
En medio de la incertidumbre que rodea el proceso en este momento, la Iglesia manifestó que está abierta a aportar en la búsqueda de soluciones. “Los acompañantes permanentes del proceso hemos estado muy pendientes de la situación, hemos tratado de hacer un trabajo que acercar a las partes, un trabajo permanente para asegurar que no se pierda las meta, que no se pierda el horizonte”, señaló Héctor Fabio Henao, delegado de la Iglesia católica en las conversaciones con la guerrilla.
CAMILO A. CASTILLO
Redacción Política
X: (@camiloandres894)