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Fue precisamente ese resultado el que le permitió obtener la personería jurídica de su colectividad, la Liga de Gobernantes Anticorrupción, que apareció en los comicios del 2022 como una alternativa a los partidos tradicionales.
Paralelo a esto, en las legislativas del mismo año obtuvo dos curules, ambas por Santander, que fue su fortín político. Se trata de Érika Tatiana Sánchez Pinto y Juan Manuel Cortés Dueñas.
Además, gracias al estatuto de oposición, él llegó al Senado -renunció a los tres meses- y su fórmula vicepresidencial, Marelen Castillo, obtuvo un asiento en la Cámara de Representantes.
Si bien eran una minoría, cuatro curules santandereanas podrían haber sido la base de la proyección de un movimiento político de cara a las regionales de octubre. Pero cuando el Consejo Nacional Electoral le dio la personería jurídica, hubo distanciamiento entre los representantes y Hernández.
“No fui invitada a la constitución. Eso es violencia política. Se usó una figura que no era política, pero que tenía un proceso en la vida académica en Colombia. Fui útil para la fórmula, pero cuando se va a conformar el partido no soy invitada, aunque sí estoy en la curul. Una ciudadana, que no conozco, demandó la personería del partido, se suspende por un tiempo y yo empiezo a interponer ante el Consejo Nacional Electoral que evalúe mi caso porque hoy estoy ejerciendo un liderazgo político, estoy representando a esos colombianos que votaron por este proyecto político y se deben garantizar mis condiciones para el ejercicio político”, dijo Castillo en entrevista con este diario en mayo del 2023.
Hernández, con su esposa, Socorro Oliveros, a quien señalaban de ser una de las cabezas de la colectividad, decidieron seguir el proyecto político y preparar las elecciones regionales del 29 de octubre del año anterior. Según se comentó en Santander, no lograron estructurar la colectividad en la cual, señalaban los estatutos, Hernández era el dueño y no había mayor democracia.
Impulsados por los más de 850.000 votos, pensaron en armar un movimiento político con proyección desde Santander. Pero Hernández, quien ya había sido alcalde de Bucaramanga, se quemó. Quedó en el cuarto lugar con 135.183 y el ganador fue el general (r) Juvenal Díaz Mateus, quien obtuvo 423.130 votos. Y en el plano de concejos y asambleas, solo obtuvo cuatro cabildantes y dos diputados.
Fue el principio del fin del movimiento de Hernández, que si bien todavía tiene personería jurídica, analistas aseguran que fue, sin duda, un ‘outsider’ de la política colombiana que no tenía capital político ni un proyecto.
“Rodolfo Hernández no tenía capital político. Su llamada Liga de Gobernantes era un movimiento de empresa electoral que nació como antítesis a Gustavo Petro. Seguramente debe tener activistas o algún tipo de estructura electoral en Santander y en departamentos aledaños. De ahí a que haya un caudal político porque Rodolfo Hernández representara un ideario político, ninguno. Rodolfo Hernández fue un llamado ‘outsider’, que como él ha habido varios que se camuflan para llegar a escenarios electorales. La Liga de Gobernantes no tiene nada”, aseveró el analista político Carlos Arias, docente de la Universidad Javeriana y quien conoce bien las movidas del poder regional.
Y es que los 10’500.000 votos de la segunda vuelta no eran necesariamente votos por él, sino votos contra del entonces candidato Gustavo Petro.
Por lo pronto, la familia no se pronunciará sobre el futuro del partido. Sin Hernández, quien fue su fundador, el panorama no parece sencillo y conservar la personería jurídica en 2026 será todo un desafío.
MATEO GARCÍA
Subeditor de Política