Los datos sobre la población que en Colombia padece de pobreza en el 2023 llaman la atención porque, de acuerdo con el Dane, hubo una reducción en ese indicador en el mismo año en el que el número de familias que reciben ayudas institucionales (subsidios) también se redujo.
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En un análisis de la firma especializada en consumo Raddar se subraya el hecho de que, con base en cifras divulgadas por el mismo Dane, durante el 2023 quienes son beneficiados por las ayudas institucionales que provienen del Estado fueron casi dos millones de personas menos que en el 2022.
La Encuesta sobre pobreza y desigualdad del Dane muestra que los beneficiarios de los sistemas de subsidios pasaron de 8,2 millones a 6,4 millones entre el 2022 y el 2023. En total, las personas que se benefician de esas ayudas eran en ese momento el equivalente al 13 por ciento de la población del país.
Para estas personas, las ayudas institucionales eran el 3,25 por ciento de su ingreso total en el año 2022, y la proporción se redujo al 2,92 por ciento en el 2023.
Si se mira solamente a las 23 principales ciudades, las personas beneficiarias se redujeron en 835.000; en el resto de población urbana, las personas que dejaron de recibir subsidios fueron 542.000, y en el campo, 463.000 personas.
Esos datos son congruentes con decisiones anunciadas y tomadas durante el 2023, como la de que un programa como Ingreso Solidario no tuviera continuidad. Tras el fin de Ingreso Solidario, cuyo alcance era de 4,8 millones de hogares, comenzó la operación de Tránsito a Renta Ciudadana, con la meta de llegar a 3,3 millones.
Pese al menor alcance de los subsidios, el dato de pobreza monetaria para el 2023 muestra una reducción al 33 por ciento de la población frente a 36,6 por ciento en el 2022. Es decir, que las personas que viven en esa condición pasaron de 18,3 millones en el 2022 a 16,7 millones en el 2023.
Ante esa paradoja, los analistas de la firma Raddar se propusieron encontrar una explicación, revisando con mayor detenimiento los números de los informes del Dane, relacionados con la dinámica social.
En primer término se encuentra que los ingresos laborales, que aportan el 80 por ciento del total de los ingresos de las personas, dieron el mayor aporte a su incremento. Sin embargo, señala Raddar, “la informalidad es la responsable de las disparidades en la generación de ingreso”.
Es así como en ciudades con menor informalidad laboral (entre el 30 y el 40 por ciento), como Manizales, Bogotá o Medellín, el ingreso por habitante puede ser del doble del de ciudades con la mayor informalidad laboral (entre el 60 y el 70 por ciento), como Valledupar, Riohacha o Sincelejo.
Los apoyos que compensaron las menores ayudas del Gobierno
Pero una conclusión del análisis de Raddar, que llama mucho la atención, apunta a que la reducción de la pobreza durante el 2023 tuvo un importante aporte de las ayudas que reciben los hogares de sus familias u otros allegados. En otras palabras, hogares que tenían la manera de ayudar sacrificaron parte de su bienestar para apoyar a sus allegados en estado de pobreza e incluso esas ayudas fueron suficientes en el 2023 para que esos familiares pudieran superar la situación de empobrecimiento que atravesaban.
Raddar encuentra en los datos del informe de Pobreza Monetaria y Pobreza Monetaria Extrema del Dane que hubo una caída del aporte y del crecimiento de las ayudas institucionales al ingreso de los hogares. Pero mientras esto ocurría, en el mismo informe del Dane se registra que en el periodo crecía el aporte al ingreso de los hogares proveniente de las ayudas de otros hogares.
En el 20 por ciento de la población total que vive en situación de peor pobreza se sintió el mayor impacto de los recortes de los subsidios. Esta disminución significó una caída del 2,07 por ciento en los ingresos de la gente. Por fortuna, las ayudas que se reciben de otros hogares no solo cubrieron esa caída, sino que incluso permitieron un aumento del ingreso de 2,64 puntos porcentuales a estas que son las familias más pobres.
Incluso, dice el análisis, las ayudas de otros hogares fueron relevantes para aumentar los ingresos de los hogares de todos los demás niveles de ingreso.
En el 20 por ciento de la población total que vive en situación de peor pobreza se sintió el mayor impacto de los recortes de los subsidios
En el caso particular de las ciudades con poca mejora en pobreza extrema (Bogotá, Medellín, Cali o Bucaramanga, entre otras), el análisis encuentra que la disminución de los ingresos por la caída de los subsidios golpeó a la población de bajos niveles socioeconómicos. “Sin embargo -resalta Raddar-, esto fue compensado en parte por mejoras en ingresos como ayudas de hogares (remesas) e ingresos laborales”.
En cuanto a ciudades donde se registró menos pobreza (como Pasto, Ibagué o Barranquilla), las mejoras en el ingreso laboral se combinaron con incrementos en las ayudas provenientes de otros hogares, como las remesas, generando que el ingreso de estas personas creciera considerablemente. “Sin embargo -dice el análisis-, también estuvieron afectados por la disminución de ayudas institucionales (subsidios)”.
¿Cómo fueron los aumentos de las ayudas que dan unos hogares a otros?
Mientras ocurría esto, en el mismo lapso del 2022 al 2023 aumentaba en medio millón de personas el número de quienes recibían ayudas de otros hogares, para llegar a un total de 3,4 millones de personas.
Así, el porcentaje de la población que contó con ayudas de otros hogares pasó de 6,94 por ciento en el 2022 a 7,88 por ciento de la población total en el 2023. Como lo señala el informe, la mayor parte de esas ayudas las daban otros hogares residentes dentro del país.
A quienes les llegaban ayudas desde el exterior, recibían 525.058 pesos mensuales en promedio. Y a quienes les llegaban las ayudas desde dentro del país, recibían 292.921 pesos mensuales en promedio.
¿Quiénes son los beneficiarios de las ayudas de otros hogares?
Cuando se trata de ayudas que se giran desde el exterior, el análisis de Raddar encontró que son cerca de 320.000 personas las que reciben estos apoyos. “Dentro de esa población -dice Raddar- la mayoría son mujeres y jefes de hogar. Las edades de las personas receptoras se concentran entre los 15 a 35 años y entre 65 a 75 años”.
Entre tanto, los hogares que reciben ayudas desde otros hogares dentro del país abarcan a 3,3 millones de personas. Según el análisis de Raddar, “la mayor parte de esta población son mujeres y jefes de hogar”.
En el caso de los hombres, dice el análisis, las personas que reciben las ayudas “se concentran en edades superiores a los 55 años, relacionándose en gran medida con la vejez. En contraste, las mujeres tienen una alta participación de edades entre 15 y 45 años”.