El Kremlin afirmó el lunes que negociará el futuro de sus bases militares en Siria con las nuevas autoridades del país árabe tras el derrocamiento del presidente Bashar al Asad.
“Es prematuro hablar de ello. En todo caso, será objeto de discusión con quienes estén en el poder en Siria”, dijo Dmitri Peskov, portavoz presidencial, en su rueda de prensa telefónica diaria.
Peskov subrayó que la situación en Siria es de “extraordinaria inestabilidad”, aunque añadió que los militares rusos han tomado las necesarias “medidas de precaución”.
“Necesitamos tiempo”, señaló y agregó que “habrá una conversación seria con quienes detenten el poder”.
Según informó hoy el canal de noticias turco NTV, que cita fuentes de las fuerzas de seguridad, las tropas rusas en Siria serán evacuadas con la ayuda de Turquía.
Una bandera de la oposición siria fue exhibida en la Embajada de Rusia en Damasco. Foto:EFE
La solicitud de Moscú habría sido aceptada por Ankara y los soldados rusos serán evacuados utilizando aviones militares, añade.
En los últimos días funcionarios y blogueros rusos especularon sobre el futuro de las dos bases militares rusas en el país árabe, el aeródromo en Latakia y la base naval en el puerto de Tartus, en el Mediterráneo.
Al respecto, el Kremlin destacó el domingo que “funcionarios rusos están en contacto con representantes de la oposición armada siria, cuyos líderes garantizaron la seguridad de las bases militares rusas y las legaciones diplomáticas en territorio de Siria”.
En los últimos días medios ucranianos y occidentales informaron que los aviones y los buques rusos -la Armada realizó maniobras entre el 1 y el 3 de diciembre en el Mediterráneo Oriental- habían abandonado territorio sirio.
Al aeródromo de Jmeimim incluía desde 2015 decenas de cazas, cazabombarderos y helicópteros de asalto, que también volaban desde aeródromos en Homs y Palmira.
Además, la base naval de Tartus, la única fuera de las fronteras de Rusia y en la que Moscú invirtió ingentes cantidades de dinero desde 2012, acogía varios buques de guerra, incluido fragatas.
Ambas bases son consideradas estratégicas cabezas de playa para las operaciones militares rusas en Oriente Medio y los países del Sahel.
Foto de 2005 de Bashar al Asad y Vladimir Putin. Foto:EFE
Irán afirma que Al Asad no pidió ayuda y culpa de su caída al Ejército sirio
Irán afirmó que el presidente sirio Bashar al Asad no le pidió ayuda ante el avance de los rebeldes y culpó de su caída al Ejército sirio, que no reaccionó ante la velocidad de los acontecimientos.
“Nunca nos pidieron ayuda”, dijo el ministro iraní de Exteriores, Abás Araqchí, en una entrevista televisada a última hora del domingo.
El jefe de la diplomacia iraní afirmó que el papel de Teherán “no era “reemplazar al ejército de para resolver problemas internos” para explicar la falta de apoyo a uno de sus principales aliados en la región.
“Nuestra presencia en el país era para hacer frente al Estado Islámico”, dijo.
Araqchí afirmó que Irán también estaba sorprendido por la velocidad de la ofensiva rebelde, aunque estaban al tanto de los movimientos de la coalición liderada por el islamista Organismo de Liberación del Levante (HTS, en árabe).
La gente grita consignas y lleva banderas sirias de la oposición. Foto:EFE
“Lo sorprendente, sin embargo, fue la incapacidad del ejército sirio y la inesperada velocidad de los acontecimientos”, dijo Araqchí, quien explicó la falta de acciones de los militares del país árabe a “operaciones psicológicas y mediáticas”.
También criticó a Al Asad, ahora exiliado en Moscú, por no dialogar con la oposición en el país, algo que dijo que Teherán le aconsejó, según aseguró.
Respecto a la nueva situación expresó su preocupación de que Israel trate de “explotar la situación”.
“Estamos vigilando la situación para asegurarnos de que las preocupaciones existentes no se conviertan en realidad”, dijo.
Irán era uno de los principales aliados de Al Asad, a quien apoyó en la guerra civil vivida en el país en los últimos años.
La Siria de Al Asad formaba parte del llamado Eje de la Resistencia, la alianza informal antiisraelí liderada por Teherán e integrada ademas por los palestinos de Hamás, los libaneses de Hizbulá, los hutíes del Yemen y una miríada de milicias en Irak.