Cuando comenzó el 2024, Nicolás Echavarría ni siquiera era el mejor colombiano en la clasificación mundial de golfistas. Ocupaba la casilla 388 y lo superaban Camilo Villegas, que acababa de volver al círculo de ganadores en el PGA Tour, y Juan Sebastián Muñoz, quien aún tenía ahorros de su paso por el circuito estadounidense, antes de irse al LIV Golf, que no suma para este escalafón.
Ahora, después de destapar los regalos de Navidad y listo para jugar en Hawái en el comienzo de la temporada 2025, Nico no solamente es el mejor jugador colombiano del momento, sino también el mejor latinoamericano, en la casilla 70 del escalafón mundial, luego de un 2024 en el que consiguió grandes resultados y, lo más importante, ganó en rendimiento y en confianza.
Hay otra clasificación en la que subió como espuma en el remate de la temporada, la de la FedEx Cup. En la fase final, el Fall Season, el antioqueño de 30 años acabó en la casilla 54, que le abrió muchas puertas para esta temporada, que comenzará la próxima semana, en Hawái.
“Estoy muy agradecido por los resultados que se han dado, se ha hecho mucho trabajo. En muchos deportes no se logran ver siempre los resultados, dado el esfuerzo que uno hace. Pero haber logrado todo esto me pone muy contento”, le dijo Echavarría a EL TIEMPO.
Fueron 30 arduos torneos en la temporada, con una victoria que le cambió la vida, la conseguida en el Zozo Championship en Japón, el pasado 27 de octubre, que le permitirá ir al Masters, el primer grande del 2025 y un torneo con el que Nico tiene una historia especial: nunca quiso pisar el Augusta National hasta no tener el derecho de jugar allí. Ya lo tiene.
“Es algo chévere porque nunca quise ir. Nunca he tocado esa tierra, nunca quise ver el torneo en vivo. Me habían invitado un par de veces. Quería darme la oportunidad y me la gané. Ahora sí voy a ir un par de veces antes del Masters, voy a conocer el Augusta National para irme adaptando”, explicó.
Sus coaches, Jorge Mesa y el argentino Hernán Rey, confían en que pueda conseguir una buena actuación y destacan el crecimiento de Nico este año.
“Es muy gratificante leer las palabras de Hernán. No solo él, sino también Jorge Mesa, con quien vengo trabajando desde que me hice profesional. Son dos personas que vieron siempre un talento diferente que no siempre lo vi. Me lo dejaban saber, me lo decían hasta que llegamos al PGA Tour. Me dijeron: ‘Bueno, esto no es solo llegar al PGA Tour, es invertir en un equipo de trabajo como lo hacen los mejores del mundo, es meterle en todos los aspectos para ganar en el PGA Tour’ ”, expresó Nico.
El equipo de trabajo de Nico Echavarría ha sido clave
La relación con Jorge Mesa data de cuando era prácticamente un niño y trataba de seguirle los pasos a su hermano Andrés, quien también estuvo a las puertas del PGA Tour, pero una lesión le truncó la carrera.
“A Jorge lo conocí desde que tenía casi 14 años en una selección nacional de juveniles y prejuveniles. Luego él se fue para Ecuador y yo me vine para la Universidad de Arkansas. Cuando me decido volverme profesional, Jorge volvió a Bogotá y me dijo que trabajáramos de nuevo. Por culpa del covid-19 era más difícil viajar a Estados Unidos, donde yo estaba viviendo. Y él fue el que me recomendó a Hernán. ‘Yo no es que confíe en mucha gente para que le toque el swing, pero voy a recomendarle a Hernán, que nos entendemos como pez en el agua’, me dijo. Y ahí empezamos a trabajar los tres juntos”, explicó.
El 2024 fue además un año en el que Echavarría ha tenido que hacer un esfuerzo físico adicional, que también ha tenido influencia directa en sus grandes resultados. “De mi parte, han sido muchas horas de trabajar la parte física. No es que yo sea, digamos, perezoso, pero no le creía mucho a ese aspecto. A este nivel uno tiene que metérsela toda. He mejorado en la parte física, pero también en la mental, tengo que estar sintiéndome de la mejor manera y se han dado los frutos de ese esfuerzo en el gimnasio”, indicó.
De mi parte, han sido muchas horas de trabajar la parte física. No es que yo sea, digamos, perezoso, pero no le creía mucho a ese aspecto. A este nivel uno tiene que metérsela toda. He mejorado en la parte física, pero también en la mental, tengo que estar sintiéndome de la mejor manera y se han dado los frutos de ese esfuerzo en el gimnasio.
Nicolás EchavarríaGolfista
Esa parte mental también ha sido importante y ahí entró otra pieza clave del equipo, el psicólogo argentino Iván Tcherkaski, quien se integró al grupo por recomendación de Rey.
“Iván es un personaje que lleva mucho tiempo conociéndose con Hernán. No había estado muy metido en el mundo del golf hasta hace unos años, trabajó más en fútbol y tenis, con Flavia Pennetta, con Fabio Fognini, con Gastón Gaudio. Ahora es la mano derecha de (Gustavo) Alfaro con Paraguay, que están haciendo maravillas: los preparó para ganarle a Argentina. Para mí no es coincidencia, Iván te dice las cosas como son, te vuelve más fuerte mentalmente, prepara a sus jugadores de la mejor manera y a mí me ayudó mucho para ganar mi segundo torneo”, recalcó.
El US Open, un momento clave de la temporada
La temporada de Echavarría, se dijo, fue muy buena: un triunfo, un segundo lugar en el último torneo oficial del año, The RSM Classic, 4 top 10, 12 top 25, 18 cortes superados de 30 posibles… Pero hay un torneo que destaca especialmente: haber jugado y llegado al fin de semana en el US Open, el segundo que jugaba, pues en 2023 quedó afuera por un golpe.
“La experiencia de competir en ese US Open en Pinehurst me abrió los ojos al estar compitiendo en el nivel más alto. Tuve un mal tercer día, pero haber pasado ese corte y haber estado en el top 10 o top 15 en los primeros hoyos de esa ronda me mostró que mi golf da para competir con los mejores del mundo. Eso, sin querer queriendo, se fue dando para mejorar cada cosa física, mentalmente”, declaró.
Tras el segundo lugar en Sea Island, el pasado 24 de noviembre, Echavarría, por fin, pudo tomarse unos días de descanso, en una temporada que, si no hubiera ganado en Japón, lo habría puesto otra vez a remar duro para defender la tarjeta en el PGA Tour.
“Ha sido bueno poder estar un poco con los pies sobre la tierra, estar más tranquilo. Va a haber algunos cambios de patrocinio para el próximo año, he estado ajustando algunas cosas con mi mánager, pero sí ha sido muy rico descansar, poder dormir en mi cama, que pocas veces lo hago a lo largo del año”, se sinceró.
La temporada 2025 comenzará muy rápido para Nico. El 2 de enero, mientras muchos colombianos aún tendrán el guayabo de la fiesta de año nuevo, él ya estará en el tee para jugar The Sentry, el torneo que reúne a los mejores del 2024, incluyendo a los ganadores de torneos como él, en Kapalúa. Y una semana después estará en Honolulú, para disputar el Sony Open.
La victoria, además, le abre puertas para planear el comienzo de su temporada en torneos junto a lo más granado del circuito. “Ya está planeado el comienzo de la temporada: gracias a estos resultados, entro en dos torneos que no había podido jugar, Pebble Beach, que es de field elevado (desde el 30 de enero), y también Riviera (a partir del 13 de febrero). Empezaré en Hawái, que al haber ganado puedo estar ahí, y de resto jugaré en California y Arizona”, explicó.
Ganar siempre ayuda. “En un tour donde quedar de tercero, aparte del cheque grande, no te cambia nada, ganar te da la categoría, te garantiza la tranquilidad. No va a suceder siempre, pero si sos cerrador, los porcentajes van a ser más altos”, le dijo Rey a EL TIEMPO sobre los progresos de Nico.
Pero el antioqueño sigue paso a paso. Y eso lo tiene claro a la hora de planearse los objetivos de su nueva temporada: “Le apunto a seguir mejorando cada aspecto de mi juego, sin poner resultados. Los resultados obviamente se van a dar: poner piecita tras piecita y que cada parte del juego se vaya mejorando”.
José Orlando Ascencio
Subeditor de Deportes
@josasc