Esta es la primera vez que en ‘Los 40 de menos de 40’ no hablamos con un solo joven destacado, sino con dos. Ciertamente, vale la pena. En medio del momento tan complejo que vive Colombia, creímos que era necesario algo más que una entrevista: una conversación. Y esta generación —la misma de Miguel Uribe— tiene que darse la posibilidad de hablar, de oírse, de no odiarse, de no matar, por muy diferente que piensen unos y otros.
Juan Miguel Rodríguez es bogotano, tiene 23 años, estudia Derecho, es exconsejero nacional de política social, asesor de entidades públicas y creador de la Fundación Pensar en Colombia.
Anggy Carranza, por su parte, es otra líder juvenil con 22 años, pedagoga rural, consejera de juventudes por la provincia del Sumapaz. Es una auténtica promotora del liderazgo campesino, ambiental y comunitario.
Escuche esta entrevista en versión pódcast:
Anggy Carranza. Foto:Redes sociales
Muchachos, si tuvieran que definirse en pocas palabras, ¿qué le dirían a un completo extraño sobre ustedes? ¿Quiénes son?
Anggy: Soy una educadora, y creo que todas las facetas y pasatiempos en mi vida —desde el rol profesional, desde lo laboral y desde mis hobbies— se enfocan en transformar por medio de la educación.
Juan Miguel: Soy un apasionado por el servicio, José Manuel. Creo que el país necesita personas enfocadas en trabajar por los demás y en generar menos odio. Eso es a lo que he dedicado mis pocos años y toda mi preparación.
Óiganme, ¿en qué momento entendieron que no se podían quedar callados y que tenían que asumir un rol de liderazgo? Ambos son muy jovencitos…
Anggy: Desde los 15 años. Yo era líder estudiantil en mi colegio. Varias situaciones que no nos parecían —por ejemplo, el servicio de alimentación escolar— me hicieron replantear esa misión que tenemos cada uno como líderes para perseguir el bienestar de la comunidad. Entonces, desde esa edad empecé a abanderarme de los procesos sociales en el entorno educativo, que ya más adelante terminaron conectándose con mi vocación profesional.
Juan Miguel: Aunque nací en Bogotá, me crie en Sesquilé, Cundinamarca, y desde muy joven estuve vinculado a procesos como la Mesa de Infancia y Adolescencia, donde tratábamos temas como violencia intrafamiliar y microtráfico. Eso me marcó. Luego di el salto a lo departamental, distrital y nacional. En ese proceso entendí que no se trata solo de participar por participar, sino de incidir. A eso le debo mi proyecto de vida: no solo educarme o crear empresa, sino participar, incidir, generar dignidad en nuestras comunidades.
Juan Miguel Rodríguez Foto:Redes sociales
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¿Dirías, Juan Miguel, que eres un joven de derecha, de centro, de izquierda? ¿Cómo te defines?
Juan Miguel: Soy un joven de derecha. Pero de una derecha decente, una derecha que quiere construir. No creo en los extremos. Escuchar al otro es lo que permite llegar a acuerdos. Y te cuento una anécdota: fui asesor del ICBF en el Comité Nacional Juvenil, cuando todavía no existían los consejos de juventud. Siempre defendí cosas importantes para mí como la familia, la producción nacional, las raíces… y, sin embargo, quienes pensaban diferente a mí, fueron quienes me postularon para el Consejo Nacional de Política Social. Esa experiencia me enseñó que se puede trabajar juntos, incluso desde visiones opuestas.
Anggy, ¿y tú cómo te defines políticamente?
Anggy: Me ubico entre el centro y la izquierda. Es ahí donde más conecto con quienes me acompañan en los procesos. No soy fanática ni de extremos; creo que todo en exceso daña. Mi énfasis está en los derechos humanos, en las garantías mínimas y la calidad de vida.
¿Qué diferencias sienten, por ejemplo, entre ser un joven de ciudad y uno del campo?
Anggy: Sí, hay muchas diferencias entre la juventud rural y la urbana. La brecha es enorme. Pero los jóvenes rurales tenemos algo valioso: nuestra tierra. Sin embargo, por la falta de oportunidades —como universidades, conectividad, acceso a servicios— muchos terminamos yéndonos a las ciudades, a estudiar, a participar. Es hora de que los servicios lleguen a nosotros. Que se abran vías, que se cierren brechas. Esa ha sido mi bandera en todos los espacios donde participo.
Juan Miguel: He tenido la fortuna de conectar siempre con el campo. Mi familia ha estado en el agro toda la vida y, desde niño, entendí cómo funciona la producción rural. Estando en la Plataforma Departamental de Juventudes de Cundinamarca, esa conexión se profundizó. Bogotá también tiene su ruralidad. A pesar de pensar diferente, los jóvenes compartimos preocupaciones: educación, seguridad y oportunidades. Ahí es donde nos encontramos.
Anggy Carranza Foto:Redes sociales
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¿Qué significa para ustedes crecer en esta Colombia en que les está tocando vivir?
Juan Miguel: Es complejo. Cada día se enreda más la pita. Algunas decisiones públicas, algunas dinámicas sociales… Por eso es tan importante que los jóvenes conozcamos nuestra historia. Saber qué pasó en los 80 o en los 2000 para tomar decisiones con contexto. Hoy muchos dicen: “yo no me meto al sector público”, y los entiendo. Lo público tiene dos tipos de personas: quienes realmente quieren servir y quienes lo ven como poder. Por eso hay que prepararse bien. Anggy y yo compartimos eso: servir. Prepararse para servir bien. Irse al exterior puede estar bien, pero lo verdaderamente transformador es volver y contribuir desde acá. Porque este es el país que nos tocó y que tenemos que ayudar a transformar.
Anggy: Debo decir que el panorama es hostil para los jóvenes, lamentablemente. Me despierto muchas veces preguntándome: “¿cómo es posible que estemos viendo esto?”. Lo que pasa con niños, con adultos mayores… siento que estamos fallando como sociedad. El Gobierno tiene una visión descontextualizada. Desde los territorios tratamos de hacer pequeños esfuerzos, pero el panorama sigue siendo difícil. Ser joven hoy implica muchos retos: seguridad, emprendimiento, innovación… pero también una presión fuerte. Si piensas diferente, pareciera que no tienes cabida. Necesitamos construir más puentes y menos muros. Solo así ser joven en Colombia será más amable y menos a la defensiva.
Con la mano en el corazón, Juan Miguel, Anggy, ¿qué sienten frente a la situación política actual?
Juan Miguel: Uff, tristeza. Volvemos a hechos de violencia que deberían estar superados. Pero ¿sabes qué José Manuel?, también esperanza. Veo que podemos dejar la polarización y reencontrarnos en el país y estar unidos al menos una vez en la vida y esto que nos está pasando nos está dando esa oportunidad.
Anggy: Yo siento resiliencia. Miedo, sí, por alzar la voz y puede ser normal sentirlo, pero también muchas ganas de seguir construyendo país desde las comunidades.
Acevedo es el director de ‘Noticias RCN’. Foto:Cesar Alandete
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Vean, muchachos, si pudieran escribirle una carta a la juventud colombiana, ¿qué le dirían en las primeras líneas de esa carta?
Anggy: Que retomen sus ideales, sus valores. Que piensen en colectivo, no solo en el individualismo.
Juan Miguel: Que hay que soñar en grande. Que todo está por hacer y eso es lo que necesita Colombia: una juventud comprometida, con ideales y ganas de servir.
¿Y a los dirigentes actuales del país? A los de la derecha, el centro, la izquierda: ¿qué les dicen?
Anggy: Que salgan de la burbuja. Que vuelvan a los territorios, pero no para manipular votantes, sino para construir un proyecto real de país.
Juan Miguel: Que el país necesita una conexión verdadera con la realidad. Que tomen decisiones con empatía y representen realmente las necesidades de los colombianos.
Sin odio, ¿sí o no? ¿Estamos de acuerdo los tres en eso?
Anggy: De acuerdo.
Juan Miguel: De acuerdo. Todas las ideologías caben si hay respeto.
¿Y qué les dirían a los colombianos que, hoy, legítimamente están tristes, angustiados, desconsolados con esto que nos está pasando?
Juan Miguel: Que en los momentos difíciles es cuando se pone a prueba el carácter. Este es un vendaval que podemos atravesar si lo enfrentamos con unidad. No nos dejemos llevar por la tristeza. Construyamos el mañana desde hoy.
Anggy: Que es válido tener miedo. Pero la unión hace la fuerza. Lo que vivimos no es solo político, también ambiental, económico. Si unimos nuestras vocaciones y servimos a quienes más lo necesitan, vamos a marcar la diferencia. Eso va a hacer que salgamos adelante.
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Alguien me dijo que el milagro que tanto esperamos ya se logró: lo que le pasó a Miguel Uribe está haciendo que hagamos un alto en el camino como Nación; que nos unamos, que expongamos los sentimientos de solidaridad y empatía que, por momentos, parecen refundidos. Esta entrevista se la dedicamos a Miguel, quien también tiene menos de 40. ¡Fuerza, Miguel!
JOSÉ MANUEL ACEVEDO