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El tráfico de fauna silvestre es una de las principales amenazas para la biodiversidad en Colombia, y en épocas de vacaciones se convierte en un problema aún más crítico. Durante la semana de receso escolar, cuando crece el flujo de turistas y familias, los comerciantes ilegales intensifican la oferta de aves, reptiles y mamíferos como mascotas, amuletos o recuerdos exóticos. Ante este panorama, las autoridades ambientales y regionales anunciaron un plan conjunto de control y sensibilización para proteger a las especies más vulnerables.
La Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR), Corpoguavio, Corporinoquía, Parques Nacionales Naturales, la Secretaría Distrital de Ambiente y la Gobernación de Cundinamarca, integrantes del Comité Interinstitucional para el Control del Tráfico Ilegal de Flora y Fauna Silvestres, reforzarán las acciones en Bogotá y el departamento.
El objetivo es enfrentar un delito que, según el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, ocupa el cuarto lugar a nivel mundial después del narcotráfico, el comercio ilegal de armas y la trata de personas.
Monos han sido encontrados en cautiverio. Foto:CAR
Cada animal silvestre cumple un rol vital en los ecosistemas. Sacarlos de su entorno no solo pone en riesgo su vida y libertad, sino también la salud humana, pues pueden portar enfermedades
“Cada animal silvestre cumple un rol vital en los ecosistemas. Sacarlos de su entorno no solo pone en riesgo su vida y libertad, sino también la salud humana, pues pueden portar enfermedades”, advirtió Carlos Eduardo Rodríguez, director de Evaluación, Seguimiento y Control Ambiental de la CAR.
El funcionario insistió en que no se deben comprar ni regalar animales silvestres ni productos elaborados a partir de plumas, pieles, uñas o cualquier otro elemento de especies protegidas.
Las cifras más recientes del Comité Conjunto de Fauna Silvestre muestran la magnitud del problema. En 2024, en Bogotá y Cundinamarca fueron rescatados más de 600 ejemplares, de los cuales seis de cada diez eran aves.
Loros, pericos y guacamayas encabezan la lista, pero también se han registrado decomisos de tortugas terrestres y acuáticas, así como de pequeños canarios y semilleros. Aunque la cifra de rescates representa una disminución del 28 % frente a 2023, las autoridades advierten que sigue siendo alarmante.
Las sanciones por tráfico de fauna silvestre pueden llegar hasta 11 años de prisión. Foto:CAR
Bogotá y Cundinamarca se han convertido en puntos estratégicos de tráfico dentro de las 37 rutas de comercialización ilegal identificadas en Colombia. Animales provenientes de departamentos como Atlántico, Arauca, Bolívar, César, Córdoba, Guaviare, Magdalena, Meta y Santander han sido recuperados en operativos realizados en terminales de transporte, carreteras y plazas de mercado.
Además del daño a la biodiversidad, el tráfico ilegal de fauna conlleva sanciones severas en Colombia. Este delito está tipificado en la legislación nacional y puede acarrear multas de hasta 40.000 salarios mínimos legales vigentes y penas de prisión de hasta 11 años, según lo establecen la Ley 1333 de 2009 y la Ley 599 de 2000.
Cada temporada se encuentran especies más exóticas en cautiverio. Foto:CAR
Más allá de la acción punitiva, el reto está en la conciencia ciudadana. “El llamado es a que la gente no guarde silencio. Cada denuncia puede salvar la vida de un animal y proteger el equilibrio de nuestros ecosistemas”, añadió Rodríguez.
Quienes detecten casos de comercialización ilegal de especies pueden reportarlos a las líneas de atención habilitadas: Secretaría de Ambiente de Bogotá (3188277733), CAR-Cundinamarca (3165244031), Parques Nacionales Naturales (3229471031), Corpoguavio (3143957802), Corporinoquía (3108712407) o la Policía Nacional (123).
CAROL MALAVER
SUBEDITORA BOGOTÁ
Escríbanos a carmal@eltiempo.com

