Las cifras del Ministerio de Defensa reveladas por EL TIEMPO la semana pasada sobre el uso de drones por parte del terrorismo son escalofriantes: cada día y medio, las Fuerzas Armadas o la infraestructura del país sufren un atentado con estos aparatos.
Entre abril de 2024 y noviembre de 2025 se han perpetrado 367 ataques, con pérdidas humanas, daños millonarios y, principalmente, repliegue estratégico militar y desplazamiento de civiles.
Esto no es una amenaza emergente; es una guerra asimétrica de la cual hablé en este mismo espacio en junio de 2024 y que siguen ganando los malos. Es la verdad incómoda y sin adornos: esta guerra la van ganando los terroristas. Mientras el Estado delibera, los grupos criminales innovan, adaptan tecnología de bajo costo y golpean con una impunidad aérea que desmoraliza a la tropa y a la ciudadanía.
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La agilidad del enemigo contrasta dolorosamente con la lentitud del Estado. Los criminales solo necesitan comprar un dron comercial, o sin marca, desarmado, modificarlo artesanalmente y operarlo con un mínimo entrenamiento, para hacer tanto o más daño que las otrora tomas guerrilleras (¿por qué creen que se han reducido tanto?).
Foto:Archivo particular.
Nosotros, en cambio, nos movemos a ritmo de comisiones, conceptos y proyectos de ley. Si bien es loable que el Congreso por fin tenga ponentes para un proyecto que busca regular la importación y el uso de estos aparatos, la realidad en el terreno nos supera.
Y lo que se ve desde afuera como ciudadano es una impericia evidente del Ministerio de Defensa para adoptar y apropiar las tecnologías antidrones, los conocimientos técnicos y las competencias necesarias para empezar a recortarles terreno a los malos.
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El proyecto de ley actual evidencia la complejidad del desafío y la necesidad imperativa de una gran articulación institucional entre Mincomercio, la Fiscalía, la Agencia Nacional del Espectro, para que controlen, reduzcan y aprendan sobre una guerra con drones.
Finalmente, la tecnología se combate con tecnología. Existen decenas de soluciones antidrones, inhibidores de frecuencia, sistemas de detección, radares y hasta drones interceptores.
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En esta guerra se requieren velocidad y eficiencia. Es infame someter a nuestros soldados, hombres y mujeres héroes de la patria, a un terreno en desigualdad de condiciones. Su única salida hoy es esconderse para no morir.
JOSÉ CARLOS GARCÍA R.
Editor Multimedia
@JoseCarlosTecno

