En medio de una persecución a un delincuente por parte de la Policía Metropolitana de Bogotá, un arma se accionó y una de las balas impactó a una ciudadana. El hecho ocurrió el pasado 13 de noviembre cerca al centro comercial Unicentro, en el norte de Bogotá.
Laura Vega, maquilladora profesional, salió de su casa a las 2:20 de la tarde. Se dirigía a pie a la casa de una amiga y tomó la carrera 15. “Estaba llegando a la esquina de la calle 109 cuando sentí un golpe muy duro en mi brazo izquierdo”, señaló.
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Vega recuerda que, en medio de la confusión, levantó la cabeza, vio a la Policía y escuchó otro disparo, además del que la había impactado. “Me revisé porque, como no me dolió, pensé que me había rozado la bala. Pero cuando la vi, tenía un hueco gigante en mi antebrazo”, afirmó Laura Vega.
De acuerdo con el teniente coronel Ricardo Chaves, comandante de la Estación de Policía de Usaquén, dos sujetos que se movilizaban en una motocicleta intimidaron con arma blanca a un ciudadano para intentar hurtarle su celular, causándole lesiones en sus extremidades inferiores con el arma blanca. “Cuando nuestra zona de atención llega a conocer el caso, la moto se da a la huida”, explicó el uniformado.
La investigación para determinar quién accionó el arma sigue en proceso. Foto:AFP
“Unos metros adelante y luego de una persecución, estos sujetos, al parecer, habrían esgrimido un arma de fuego y, en un intercambio de disparos y en un daño colateral, desafortunadamente una mujer que venía pasando resulta herida en uno de sus brazos”, señaló Chaves.
La víctima señala que las personas que escucharon los disparos salieron a ver qué había pasado. Vega ingresó a la portería de un edificio y fue en ese momento que se percató de que la bala había entrado y salido.
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“Al rato llegó la Policía. Me dijeron que estaban persiguiendo a unos ladrones que acababan de apuñalar a un chico en las dos piernas”, dijo Vega.
De acuerdo la maquilladora los uniformados le explicaron que estaban disparando hacia los ladrones. “Para mí, la bala que me impactó fue policías”, aseveró la víctima.
Vega comentó que en varias ocasiones les dijo a los uniformados que creía que ellos habían sido los responsables. “Apenas llegaron a la portería en la que estaba, yo les dije: ‘Yo sé que ustedes me dispararon’. Ellos nunca me dijeron que no, pero tampoco me dijeron que sí”, relató la víctima.
Heridas de la víctima. Foto:Cortesía
De acuerdo con Laura Vega, los dos policías que llegaron a la escena estaban en la búsqueda de la vainilla y según la maquilladora lograron encontrarla. El análisis de esta bala podría determinar el accionante, pues estas cuentan con una huella balística, es decir, la marca única que deja un arma de fuego en el objeto .
Los uniformados le preguntaron a Laura Vega si había visto o escuchado otros disparos. Sin embargo, ella respondió que solo era testigo de dos. Vega llamó a la amiga que iba a visitar y, según contó, los policías le sugirieron irse en taxi “porque la ambulancia se iba a demorar”.
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El dictamen médico
“Nos fuimos en taxi a la Santa Fe; de hecho, ahí estaba el chico que apuñalaron”, indicó Laura Vega. EL TIEMPO tuvo acceso a la historia clínica de Vega de la Fundación Santa Fe. En el documento de cuatro páginas se describe la afectación como “herida por arma de fuego por bala perdida en región posterior del antebrazo, posterior dolor y sangrado”.
En la historia clínica se detalló que la bala había dejado un “orificio de entrada y 2 cm hacia distal herida de salida” y que la lesión no se presentó en un trayecto vascular. Después de recibir atención médica, Vega tuvo que esperar un tiempo porque le habían dicho que la Fiscalía iría a la clínica para entrevistarla.
Historia clínica de Laura Vega. Foto:Cortesía
“Nunca llegó nadie, entonces me dijeron que me fuera”, contó la víctima. A Vega le dijeron que estuviera pendiente de su correo y celular porque pronto sería contactada; sin embargo, cuatro días han pasado y no ha recibido notificación alguna.
Desde la Policía Metropolitana de Bogotá afirmaron que se activó una búsqueda la Policía Judicial para hacer la trazabilidad de cámaras y establecer quiénes pudieron haber cometido estos hechos. Por lo pronto, el hecho continúa siendo materia de investigación.
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En ese contexto, en llamadas a la Línea de Emergencias de Bogotá 123 se han reportado 12.103 incidentes por disparos entre el primero de enero y el 30 de septiembre, según la Secretaría de Seguridad del Distrito.
En el estudio más reciente sobre la problemática, realizado por el Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos (Cerac), se estableció que entre enero de 1990 y noviembre de 2013 se registraron 2.969 víctimas de ‘balas perdidas’ en Colombia, de las cuales 818 tuvieron heridas letales.
En la localidad de Usaquén que fue donde se presentó el hecho del pasado jueves hubo un reporte de 558 llamadas en los primeros nueves meses de este año a la Línea de Emergencia 123, lo que muestra una disminución de 8,27 por ciento, es decir 55 llamadas menos.
TATIANA MORENO QUINTERO
REDACCIÓN BOGOTÁ
@Tmorenoq

