Al transitar por las calles de diversas ciudades de Colombia, como Bogotá, es común encontrarse con una gran equis de color amarillo pintada sobre el asfalto en los cruces de las calles. A pesar de su frecuencia en el paisaje urbano, una gran cantidad de conductores desconoce su función técnica real y, lo que es más preocupante para el bolsillo, las sanciones económicas que acarrea no respetarla.
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Esta demarcación, conocida técnicamente como caja amarilla, cumple una función vital para la movilidad: mantener despejadas las intersecciones. Su objetivo principal es evitar que los vehículos queden detenidos en medio del cruce, garantizando así que el flujo vehicular no se interrumpa en puntos críticos donde convergen varios carriles, se realizan giros o existen semáforos.
La regla de oro: ni en verde se puede avanzar
El Código Nacional de Tránsito es claro respecto al comportamiento que se debe tener frente a esta señalización. La norma establece que ningún conductor debe detenerse o permanecer sobre una intersección si no cuenta con una salida despejada en ese instante.
Esto quiere decir que, aunque el semáforo se encuentre en luz verde, si el conductor no tiene espacio suficiente al otro lado de la calle para avanzar y ubicar su vehículo completamente fuera del cruce, tiene prohibido ingresar a la zona demarcada.
Esta medida busca impedir los bloqueos que ocurren cuando un automotor queda atrapado en la mitad de la vía justo cuando el semáforo cambia de color, obstaculizando el paso de los actores viales que vienen de otras direcciones.
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La restricción es universal y aplica para todo tipo de vehículos, incluyendo:
El costo de la infracción
Ignorar esta señalización no es un asunto menor. Bloquear una intersección está tipificado como una infracción de tránsito bajo la categoría de obstrucción, definida como impedir el paso de otros vehículos o peatones en zonas autorizadas.
Incumplir la norma puede acarrear comparendos Foto:Néstor Gómez / EL TIEMPO
Según las cifras publicadas por el Ministerio de Transporte, la multa establecida para esta conducta ronda los 15 salarios mínimos diarios legales vigentes, lo que se traduce en una suma superior a los 700.000 pesos.
Además, las autoridades han advertido que la presencia de un agente de tránsito no es necesaria para recibir la sanción, ya que las cámaras de seguridad y los sistemas de fotodetección realizan el control de la norma y pueden generar el comparendo automáticamente.
Impacto en la movilidad y riesgos
El efecto de no respetar la caja amarilla va más allá de la multa individual. La Secretaría de Movilidad de Bogotá ha sido enfática en señalar que esta es una de las demarcaciones más irrespetadas, especialmente durante las horas pico.
Trancón en Bogotá Foto:SERGIO ACERO YATE
“El bloqueo de intersecciones es uno de los comportamientos que más afecta la movilidad. Un solo vehículo detenido en la caja amarilla puede retrasar hasta tres ciclos semafóricos completos y generar congestión en varias cuadras”, explicó la entidad distrital.
Adicionalmente, las autoridades advierten sobre los peligros de seguridad. Bloquear los cruces incrementa el riesgo de choques y provoca lo que se denomina “olas de frenado”, un fenómeno que afecta el tránsito varias cuadras atrás e incluso impacta vías que no tienen conexión directa con la intersección bloqueada.
*Esta nota fue reescrita con asistencia de una inteligencia artificial y editada por un periodista de la sección Bogotá.
REDACCIÓN BOGOTÁ

