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La casa llevaba varios días cerrada. No había movimiento, ni voces, ni respuestas. Desde el domingo 21 de diciembre, los teléfonos de cuatro hombres no sonaban y los mensajes quedaban en visto. Por eso, la noche del martes 23 de diciembre, dos de sus familiares decidieron ir hasta una vivienda ubicada en el sector de Las Palmas, en la parte alta del barrio Cartagenita, en Facatativá.
Golpearon la puerta en repetidas ocasiones. Nadie respondió. Ante la ausencia total de señales, forzaron una de las ventanas para ingresar. Apenas cruzaron el umbral, lo primero que percibieron no fue una imagen, sino un olor intenso y persistente: gas.
Según relató el alcalde de Facatativá, Luis Carlos Casas, el ambiente estaba completamente cargado, por lo que los familiares se dirigieron de inmediato a la cocina y cerraron la pipeta de gas propano, el único sistema de suministro en esa zona, donde no existe red de gas natural.
Luego recorrieron la vivienda. En las habitaciones encontraron a tres de los hombres acostados en sus camas, en pantaloneta, como quien se va a dormir después de una jornada normal. El cuarto cuerpo estaba en el baño. No había signos de violencia, no había desorden ni rastros de forcejeo. Todo estaba intacto. Todo en silencio.
De inmediato, los familiares salieron hacia el comando de Policía de Cartagenita para dar aviso de lo ocurrido. Minutos después, las autoridades ingresaron a la vivienda y verificaron los hechos narrados. Posteriormente, el lugar fue inspeccionado por técnicos del Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) de la Fiscalía y por el Cuerpo de Bomberos, quienes realizaron las revisiones correspondientes para descartar consumo de drogas, presencia de estupefacientes o heridas que indicaran la intervención de terceros.
Imagen de una olla hallada en el lugar de los hechos. Foto:Archivo particular
Durante esas primeras verificaciones, las autoridades también indagan si, antes de quedarse dormidos, los cuatro hombres habrían consumido licor, una posibilidad que hace parte de las hipótesis en evaluación y que, de confirmarse, habría podido agravar los efectos de la inhalación de gas. Sin embargo, el alcalde fue enfático en señalar que este aspecto continúa en verificación y que, hasta el momento, no hay conclusiones definitivas al respecto.
Las inspecciones no hallaron lesiones externas ni señales de violencia en los cuerpos. Tampoco evidencias de que las muertes estuvieran relacionadas con algún tipo de agresión. De acuerdo con el alcalde, la hipótesis preliminar principal apunta a una intoxicación por inhalación de gas propano, producto de una alta concentración del combustible en el ambiente de la vivienda.
Las cuatro víctimas, todas de nacionalidad venezolana, tenían entre 20 y 30 años. En las primeras indagaciones se estableció que se dedicaban a labores relacionadas con actividades agrícolas y que llevaban varios días sin ser vistos por personas del sector. Un familiar que reside cerca fue quien insistió en buscarlos, al no obtener respuesta a llamadas ni mensajes desde el fin de semana.
El alcalde también explicó con precisión el lugar donde ocurrió la tragedia. Para quienes transitan por la calle 13 y miran hacia la parte alta de Cartagenita, se distinguen dos sectores marcados por largas escaleras: Las Lomas y Las Palmas. Fue en este último, en una de esas viviendas ubicadas en la parte alta, donde el gas quedó atrapado y el silencio se prolongó durante días.
Las autoridades continúan con las investigaciones para confirmar plenamente las causas del fallecimiento. Mientras tanto, el caso deja una advertencia silenciosa sobre los riesgos del uso de pipetas de gas en zonas donde no existe red domiciliaria y una escena difícil de asimilar: cuatro hombres jóvenes que, según todo indica, murieron mientras dormían, sin darse cuenta. La casa volvió a quedar cerrada. Esta vez, no por ausencia, sino por duelo.
CAROL MALAVER
SUBEDITORA BOGOTÁ
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