El debate por el ajuste del salario mínimo en Colombia ha entrado en una fase de alta tensión tras el cierre de las mesas de concertación sin un consenso entre empresarios y centrales obreras
En este escenario, la introducción de un nuevo concepto técnico por parte de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), denominado “salario mínimo vital”, ha profundizado las dudas sobre el impacto que una decisión unilateral del Gobierno podría tener en la estabilidad económica del país.
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Jorge Enrique Bedoya, presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC), ha expresado sus reparos frente a esta propuesta. Según el dirigente gremial, el planteamiento de la OIT intenta calcular un ingreso basado en las necesidades fundamentales de una familia, pero el análisis todavía carece de una base técnica sólida y definitiva que permita su aplicación inmediata en la realidad nacional.
El concepto de la OIT y sus componentes
La propuesta presentada por el organismo internacional busca establecer un monto que garantice una vida digna para los trabajadores. Para llegar a esta cifra, se consideran diversas variables que afectan el presupuesto de los hogares colombianos.
Entre los factores analizados en el estudio técnico se encuentran:
- Los gastos destinados a salud y educación.
- Parámetros de la FAO sobre ingesta calórica necesaria.
- Costos de vivienda y servicios básicos.
- Estimaciones sobre otros gastos esenciales para el núcleo familiar.
Colombia concentra 10% de la biodiversidad mundial y fortalece innovación en el agro. Foto:iStock
A pesar de la relevancia de estos indicadores, Bedoya advirtió en una entrevista concedida a Caracol Radio que la misma OIT ha reconocido falencias en el estudio. Hasta el momento, el gremio señala que solo existe una presentación de apoyo y no un documento formal que sustente estas estimaciones de manera rigurosa.
El riesgo de la informalidad y la inflación
La principal preocupación de los empleadores radica en el desequilibrio que un aumento desproporcionado —con proyecciones que oscilan entre el 16% y el 19%— podría generar en un mercado laboral donde la informalidad es la regla y no la excepción. De los 23 millones de personas ocupadas en Colombia, apenas 2.4 millones perciben exactamente un salario mínimo, mientras que más de 11 millones ganan menos de esa cifra.
El presidente de la SAC enfatizó que una decisión apresurada podría castigar a los sectores más vulnerables de la población. “La decisión que de manera unilateral va a tomar el gobierno nacional tiene que estar pensando en qué va a pasar con la informalidad laboral”, afirmó Bedoya al mencionado medio de comunicación, recordando que en el último año más de 700.000 personas se sumaron a las filas de la informalidad.
Además del empleo, el costo de vida es otro factor en juego. Un incremento de doble dígito en el salario mínimo podría presionar al alza la inflación.
Ante este riesgo, el Banco de la República se vería obligado a elevar las tasas de interés, lo que encarecería los créditos y afectaría el consumo de todos los ciudadanos. En última instancia, el gremio agropecuario insiste en que el ajuste debe ser equilibrado para evitar que el beneficio nominal de un aumento salarial sea devorado rápidamente por el encarecimiento de los productos básicos.
*Artículo desarrollado con apoyo de IA y revisado por un periodista.
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