Gustavo Petro: por qué su desplante a tropas e incumplimientos – Gobierno – Política

El presidente Gustavo Petro incumplió a su petición hecha el lunes 8 de agosto cuando dirigió su primer Consejo de Ministros en la Casa de Nariño: “El tiempo es un bien escaso”, les dijo. “Tenemos poco tiempo, tenemos que aprovechar con intensidad y al máximo el tiempo, no tenemos tiempo. No podemos fallar”, exigió.

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Con su ausencia, sin una sólida explicación, del reconocimiento de la nueva cúpula militar nombrada por él mismo, lleva la contraria a estas palabras y suma un eslabón más en la cadena de incumplimientos en pocos días. Ahora como presidente en ejercicio y también como mandatario electo.

En efecto, el equipo de confianza del entonces presidente electo informó a la prensa que Petro sería el orador principal en el encuentro de la bancada del Pacto Histórico que se reunió en el Centro de eventos Plaza Mayor de Medellín, los días lunes 11 y martes 12 de julio, donde él iba a tirar línea del gobierno que la colectividad asumiría.

En ese momento, se anunció que el presidente electo estaría vía streaming, una alternativa natural al hallarse en unas cortas vacaciones tras la extenuante campaña. No apareció.

Luego, Petro dejó plantados a cerca de 500 alcaldes que lo esperaban en el Salón Rojo del Hotel Tequendama, en Bogotá, el 2 de agosto. ¿La razón? Algunos de sus alfiles más cercanos dijeron que en ese instante se encontraba reunido con una comisión de expertos para hablar de uno de los apartes del empalme sobre seguridad nacional y defensa.

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“Básicamente tuvimos un cruce de agenda”, aseguró en ese momento Alfonso Prada, hoy ministro del Interior. “Estamos rematando el empalme, la agenda obviamente se congestiona. Estamos desplegando toda la capacidad física que tenemos para atender los compromisos que se están presentado”. Los reclamos de los mandatarios seccionales, algunos procedentes de apartadas regiones, que querían contarle de primera mano sus necesidades, tuvieron eco nacional.

Esta ausencia coincidió con la divulgación de la que es ahora su fotografía oficial como primer mandatario hecha en Caño Cristales, Serranía de La Macarena, en el departamento del Meta. Algunos de sus críticos reprocharon e interpretaron que Petro no había estado con los alcaldes por haber cruzado su agenda con la producción fotográfica. Esta versión fue desmentida por el círculo cercano de Petro.

La incomodidad de los mandatarios fue tan sonora como la de generales, coroneles, capitanes y familiares que conformaban la lista de más de 200 personas que se quedaron esperándolo en la ceremonia de reconocimiento de tropas. Más, naturalmente, los cientos de soldados.

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Escuela Militar José María Córdova

En la Escuela Militar José María Córdova ya tenían todo listo para la ceremonia.

Foto:

César Melgarejo/ CEET @cesarmelgarejoa

Este martes, además, la Casa de Nariño anunció para las 8:30 a. m., la posesión de dos de sus ministros. Luego informaron que el acto sería a las 3:00 p.m. Posteriormente que sería este miércoles a la 8.00 a.m. Al acto, Petro llegó tarde y fue casi sobre las 9.00 a.m. Como también les llegó con retraso en Cartagena, Bolívar, a los empresarios que los esperaban para la clausura del 7° Congreso Empresarial Colombiano (CEC) de la ANDI.

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Es comprensible que en un gobierno que arranca y que tiene la necesidad de llenar una compleja red de cargos para su funcionamiento de personas de absoluta confianza se presenten hechos que alteren la agenda. En el ambiente, sin embargo, gravitan dos interrogantes: ¿Tantos en tan poco tiempo? Y ya entrados en gastos y ya ocurrieron, ¿por qué no se informa de manera transparente de las causas?

Sin unas respuestas concretas, el Presidente envía un mensaje, en el menor de los casos, de improvisación que afecta sus propias banderas de haber llegado al poder para cambiar las cosas y de cumplirles a los ciudadanos.

Una agenda de un mandatario, que en el caso de Colombia siempre tiene así desafíos diarios, debe funcionar de manera sincronizada. La opacidad no puede ser la respuesta.

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Con esta situación, Petro, además, omite dos elementos de trascendencia. En primer lugar, él ya no es un senador más cuya gestión era evaluada, especialmente por sus fieles, ahora es el jefe del Estado. Cada una de sus acciones tiene efectos sobre el conjunto de la sociedad. Y dos, que en las elecciones hubo 10.5 millones de colombianos que votaron contra él y que ahora pueden estar ejerciendo una fiscalización activa a su trabajo con, por ejemplo, las nuevas tecnologías que brindan las redes sociales como se ha visto en las últimas horas. 

La manera de corregir esta situación es llevar a la práctica, las palabras de Petro en su primer consejo de ministros: “Nosotros no podemos fallar, este es el Gobierno del cambio y el cambio es de verdad. No es retórico, no es discursivo, no es de maquillaje, un cambio hacia donde, es difícil saberlo. El mundo sabe que tiene que ir a un cambio, la situación actual es insostenible”, les dijo.

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