En un video difundido a través de redes sociales se conoció la quema de centenares de libros que estarían guardados en una bodega del municipio de Pensilvania, oriente de Caldas. El hecho causó toda una polémica en esta zona del departamento.
Según relata un ciudadano en el video, la quema masiva ocurrió el pasado seis de agosto en zona rural del municipio, pero solo hasta esta semana el tema se viralizó.
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“De una bodega sacaron un montón de libros que vinieron a quemar acá, sabiendo que podían donarlos o ponerlos en otro espacio del pueblo. Aquí se quema la historia del municipio, de autores locales. Gente sin dolor por la historia y la literatura”, dice el autor del video de quien se desconoce hasta el momento la identidad.
De acuerdo con la denuncia, había varios libros en buen estado. “Aquí vemos ver uno de los libros que logramos coger antes de que la volqueta se los llevara, no está 10 de 10, pero podía reutilizarse; tienen algunas manchas por el uso y, seguramente, producto de la condición donde los tenían guardados”, advierten en el video.
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Con este video denunciaron quema masiva de libros en Pensilvania, #Caldas. Dicen que aún habían varios en buen estado. 🧐. El alcalde dice que estaban podridos.
Video: Archivo particular /Créditos a su autor. @ColombiaET pic.twitter.com/T3AVZbMvL9
— Laura Usma Cardona (@Laurau_c) August 26, 2022
Señala el autor del clip que, además, el procedimiento se hizo a cielo abierto, sin tener en cuenta el daño ambiental que la quema podría causar.
En redes sociales se ha reprochado el acto, el cuál han calificado como “irrespeto a la historia”. “Mi pésame, porque no lo puedo decir de otra manera, a don Silvio Aristizábal, antropólogo y escritor pensilvence, por encontrarse una de sus obras en esta nefasta hoguera”, indicó uno de los internautas.
Al respecto, el alcalde del municipio, Jorge Orlando García, aseguró que antes de quemarlos se hizo un diagnóstico para determinar qué libros podrían tener uso y no generaban un peligro para las personas.
“Era una bodega muy grande y cuando empezamos a hacer inventario detectamos que más del 90 por ciento de los libros estaban perdidos, eran libros que estaban pudriéndose, orinados y ruñidos de ratas y cucarachas; eso no lo puede usar una persona porque es insalubre”, indicó García.
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Respecto al 10 por ciento restante, aseguró que fueron donados a una biblioteca. “Los pocos que servían ya están teniendo otro uso y tenemos los soportes. El resto ya no eran libros, eran basura y debían, por ley, ser incinerados. El sitio pudo no ser el adecuado, pero no lo tenemos en el municipio y debimos hacerlo allí”, apuntó.