Un dron capaz de desplazarse durante semanas sin asistencia humana y de supervisar cables instalados en el fondo marino está captando la atención de varios gobiernos europeos.
Se trata del Greyshark, desarrollado por la empresa Euroatlas, con sede en Bremen, cuya tecnología ha generado acuerdos de compra por parte de dos países de la Unión Europea, según información divulgada por Reuters.
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El director de Euroatlas, Eugen Ciemnyjewski, señaló que los contratos superan los 100 millones de euros y que ya existen nuevas solicitudes procedentes de gobiernos de Europa y Asia. Aunque no reveló la identidad de los ministerios de Defensa involucrados, confirmó que el sistema se empleará en misiones de vigilancia submarina sin capacidad armada. El vehículo puede alcanzar hasta 13 nudos —aproximadamente 25 kilómetros por hora— y avanzar con un nivel mínimo de ruido, lo que dificulta su detección.
La demanda de sistemas no tripulados para operaciones en profundidad continúa aumentando. El Servicio de Seguridad de Ucrania presentó recientemente el dron marino Sea Baby, capaz de transportar 2.000 kilos y recorrer 1.500 kilómetros. El interés por estas tecnologías se ha intensificado desde el inicio de la invasión rusa a gran escala de Ucrania, periodo durante el cual se han registrado daños reiterados a infraestructuras submarinas en el mar Báltico.
En una entrevista con Euronews, James Appathurai, experto de la OTAN en ciberamenazas y amenazas híbridas, afirmó que Rusia mantiene ataques constantes contra cables submarinos en Europa y describió la organización detrás de estas acciones como de “estilo paramilitar”.
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Capacidades y funcionamiento del Greyshark
El Greyshark está diseñado para permanecer durante largos periodos en zonas estratégicas sin intervención directa. Su sistema autónomo, apoyado en inteligencia artificial, permite que tome decisiones de navegación y misión de acuerdo con el entorno. Entre sus tareas se incluyen inspecciones periódicas de tuberías, cables y estructuras instaladas en el fondo marino, con permanencias que pueden variar entre horas y semanas, dependiendo del modelo.
El dron opera fuera del alcance de los radares de superficie, lo que facilita la recopilación de información sin ser detectado. Frente a amenazas como minas cercanas a rutas de navegación o instalaciones críticas, puede responder mediante ondas de sonar, rastrear movimientos y registrar datos para análisis posteriores. Aunque su uso por parte de los dos países compradores no ha sido detallado, se confirmó que su aplicación será estrictamente militar.
Pruebas en el mar Báltico muestran operación autónoma y planes de producir hasta 150 unidades. Foto:AP
El sistema incorpora 17 sensores capaces de captar imágenes electromagnéticas, registrar ecos mediante sonar, obtener visuales con tecnología láser y operar cámaras submarinas. Su software modular de inteligencia artificial, desarrollado por la empresa berlinesa EvoLogics, ajusta sobre la marcha los perfiles de misión según las condiciones del entorno, sin necesidad de comunicación por radio o emergencias a superficie.
Actualmente existe en dos versiones. El Greyshark Bravo funciona con batería, mide 6,5 metros de largo y está listo para producción. El Foxtrot, equipado con una pila de combustible de hidrógeno y casi ocho metros de extensión, ofrece mayor autonomía: puede operar 16 semanas, cubrir 8.000 millas náuticas a 4 nudos o 1.100 millas náuticas a 10 nudos. El Bravo, en contraste, registra seis horas de operación a 10 nudos y un alcance de hasta 60 millas náuticas, o cinco días y medio a 4 nudos con una distancia de 550 millas náuticas. Ambos pueden actuar en tácticas de enjambre y coordinarse dentro de redes marítimas de la OTAN.
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Pruebas recientes y contexto de seguridad en el Báltico
La semana pasada, el Greyshark Bravo realizó un ensayo en el mar Báltico en modo autónomo y con técnicas de camuflaje. El vehículo, de más de cuatro toneladas, fue supervisado desde un barco de apoyo por técnicos e ingenieros. Según Euroatlas, las pruebas previas han sido satisfactorias y la versión Foxtrot podría estar lista para producción el próximo año, con planes de fabricar hasta 150 unidades anuales.
El interés por fortalecer la seguridad en el Báltico coincide con una serie de incidentes registrados a finales de 2024. En noviembre de ese año, dos cables de telecomunicaciones sufrieron daños y, semanas después, falló el enlace eléctrico submarino Estlink 2 junto con otras conexiones adicionales. Alemania y Finlandia emitieron entonces una declaración conjunta expresando preocupación por posibles actos de sabotaje.
Entre los barcos señalados se encuentra el petrolero Eagle S, sospechoso de integrar la denominada flota rusa en la sombra. Otro caso fue el del petrolero Eventin, que permaneció varias semanas a la deriva con 99.000 toneladas de crudo, considerado un riesgo tanto para la seguridad como para el medio ambiente. Aunque los daños no han podido atribuirse con certeza, algunas autoridades sostienen que podrían enmarcarse en acciones de guerra híbrida.
Cuenta con 17 sensores para captar imágenes, sonar y datos láser sin contacto en superficie. Foto:AP
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Equipamiento y autonomía: elementos clave del sistema
El conjunto tecnológico del Greyshark permite que los sensores se adapten dinámicamente a la misión sin pausas operativas. La combinación de inteligencia artificial, autonomía prolongada y capacidad de operar en red con otros drones constituye uno de los principales atractivos para los países interesados.
La posibilidad de mantener vigilancia constante en aguas sensibles, reforzada por su discreción bajo el agua, ofrece una herramienta para anticipar riesgos en un escenario de creciente tensión en torno a la protección de infraestructuras críticas.
*Este contenido fue escrito con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en información de conocimiento público divulgado a medios de comunicación. Además, contó con la revisión de la periodista y un editor.

