Luego de las declaraciones de la alcaldesa Claudia López sobre los bicitaxis en Bogotá en la inauguración del Complejo Integral de Justicia Campo Verde, el debate sobre la regulación de estos vehículos en la capital se reabrió.
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La mandataria señaló que, en este sector de Bosa, donde antes se permitía el funcionamiento de este servicio por falta de rutas del sistema integrado, ahora será restringido. “Hace dos años y medio era porque no había rutas del SITP, pero ya hay suficientes. No hay justificación para que tengamos transporte ilegal, puesto que ya hay transporte legal. Entonces con concertación, pero con toda la aplicación de la ley, hay que ir corrigiendo eso que nos falta”, dijo López.
Incluso le pidió a la Policía que empiece a hacer control de estos operarios ilegales que no tienen permiso para circular, sobre todo si lo hacen con motores a gasolina, pues son los que más contaminan. “Le pido también a nuestra Policía que vayamos sacando esos bicitaxis informales, ya no hay justificación”, indicó.
Ante las declaraciones, los bicitaxistas indicaron que desde hace años están esperando la regulación y que por ahora solo han recibido persecución de las autoridades. “Desde antes de la pandemia nos tienen con el cuento de que nos van a definir reglas, pero han pasado los años y la Policía de Tránsito sigue llegando a quitarnos nuestro único sustento diciendo que esto es ilegal”, dijo Marco Medina, un bicitaxista que opera en Gran Granada, en Engativá.
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El panorama
Según un censo realizado por la Secretaría Distrital de Movilidad en 2019, en la capital ruedan 4.646 bicitaxis, los cuales se concentran principalmente en sectores del sur, como Bosa, Patio Bonito, El Tintal. No obstante, también se ven en varios sitios de la autopista Norte, uno de ellos es el Portal del Norte; en la avenida Boyacá y hasta en el centro.
Lo preocupante es que de esa cifra, el 51 por ciento de estos, es decir, 2.369, funciona con motor de combustión, algo que está prohibido. “Los bicitaxis (mecánicos o eléctricos) están reconocidos por el Mintransporte, parcialmente regulados y son parte del transporte de última milla; los mototaxis (bicis con gasolina, alta velocidad y motor, algunas veces de motos robadas) no y son una constante queja de la ciudadanía”, explicó López.
Para expertos en movilidad, este problema, sumado al nulo respeto por los andenes y las ciclorrutas, generan un evidente riesgo para las personas. “Es claro que no hay protección contra riesgos para usuarios ni conductores, es decir, si ocurre un accidente no hay ninguna póliza que se pueda activar. Se ha comprobado que estos vehículos, especialmente los que funcionan con gasolina, circulan a altas velocidades por zonas prohibidas y eso repercute evidentemente en las cifras de accidentalidad”, señaló Stalin Rojas, director del Observatorio de Movilidad del Centro de Investigaciones para el Desarrollo de la Universidad Nacional.
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Si mejoramos esos dos puntos, esta modalidad se reduciría, pero hoy pasa lo contrario, a tal punto que vemos una informalidad en donde ellos mismos otorgan la posibilidad de dar cupos (…).
No obstante, pese a los riesgos, para muchas personas se han convertido en una solución de movilidad y en un ingreso fijo para los bicitaxistas. De acuerdo con el ‘Estudio de caracterización del bicitaxismo en Bogotá 2019’, hay 4.170 conductores, de los cuales el 90 por ciento tienen como única fuente de ingreso esta forma de trabajo.
Para Ómar Oróstegui, director del centro de pensamiento Futuros Urbanos, este es un problema que se salió de control y que ni el Distrito ni la Nación han tenido la voluntad de controlar.
“El bicitaxismo nació hace 20 años como trayecto de última milla porque no había transporte público suficiente o con buenas frecuencias. Si mejoramos esos dos puntos, esta modalidad se reduciría, pero hoy pasa lo contrario, a tal punto que vemos una informalidad en donde ellos mismos otorgan la posibilidad de dar cupos para que la gente opere en zonas que se toman y se creen mafias”, explicó.
¿Y la reglamentación?
En agosto de 2018, el Ministerio de Transporte expidió la resolución 3256, en la que se reglamentaba y autorizaba la prestación del transporte de pasajeros en tricimóviles no motorizados y tricimóviles con pedaleo asistido en las modalidades de primera y última milla, es decir, entre el lugar de origen o destino del pasajero y un punto de acceso al sistema de transporte público.
En este documento se estableció que el Distrito, en un plazo máximo de un año, debía realizar un estudio de estructuración técnica, legal y financiera, en el que fuera posible determinar si el uso de este tipo de vehículos era justificado o no. No obstante, la reglamentación en la ciudad nunca llegó.
En 2019, la Secretaría de Movilidad entregó los resultados del ‘Estudio de caracterización del bicitaxismo en Bogotá 2019’ en donde se incluyó información acerca de los vehículos que operan en la ciudad, las características de la población dedicada al bicitaxismo y la descripción sobre cómo opera este servicio, entre otros aspectos.
“Durante el levantamiento de información primaria en campo, tanto los prestadores del servicio de transporte en bicitaxis como algunos usuarios evidenciaron la importancia de esta actividad como una solución de movilidad para un amplio sector de la población”, fue una de las conclusiones en aquel momento.
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De acuerdo con la Secretaría de Movilidad, el problema radica en que el Mintransporte aún no ha expedido el reglamento que debe determinar las características y especificaciones técnicas de los vehículos –homologación–, obligación que quedó estipulada en el artículo 23 de la misma resolución.
Sin embargo, pese a que dicha norma indica que la homologación es fundamental, esta también señala que “en el entretanto, estas autoridades deberán conceder permiso de prestación del servicio transitorio y establecer condiciones de modo, tiempo y lugar”.
“El Distrito no se puede justificar en eso, no en vano han crecido, desde mi percepción, las zonas donde hay presencia de bicitaxis”, concluyó Oróstegui.
EL TIEMPO consultó con el Ministerio de Transporte sobre el avance en este proceso; sin embargo, hasta el momento no se ha obtenido respuesta.
REDACCIÓN BOGOTÁ
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