Tras el consejo de seguridad realizado el miércoles pasado en Bogotá, en el que la alcaldesa Claudia López y el presidente Gustavo Petro estudiaron la situación de la criminalidad en la capital y anunciaron ocho estrategias para reforzar la seguridad, quedó sonando una propuesta en particular entre la ciudadanía y los expertos en la materia: transformar el sistema de vigilancia por cuadrantes en la ciudad que hasta ahora viene aplicando la Polícía Metropolitana de Bogotá (Mebog).
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De acuerdo con la petición que el Presidente le transmitió a la Policía, la idea consiste en replantear todo el esquema de trabajo de la institución en las grandes ciudades como Bogotá y el modelo de presencia en los barrios que se ha usado en la última década. “Si la Policía está localizada, quieta en barrios, en cuadrantes, no puede estar en los flujos poblacionales y la ciudadanía queda sin protección policial”, señaló el Presidente.
No obstante, esta idea ha sido cuestionada tanto por expertos como por fuentes conocedoras del funcionamiento del plan cuadrantes dentro de la misma institución. EL TIEMPO consultó con varios expertos para tratar de establecer cómo será el proyecto de seguridad para la ciudad y, en particular, cómo se implementará la transformación que solicitaron el Presidente y la alcaldesa de la capital.
Sin cuadrantes
En Bogotá hay unas zonas específicas que se denomina out layers y corresponde al top de cuadrantes que presentan mayores índices de criminalidad y que requieren presencia permanente de la institución.
Pero ahí existe un problema de fondo y es que la asignación de fuerza disponible es “un tema complicado” como el mismo presidente Petro lo mencionó al final del consejo de seguridad, pues según información de la Policía en Bogotá hay 17.000 uniformados, de los cuales solo 4.500 están en los modelos de cuadrantes; los 12.000 restantes corresponden a especialidades, técnicos y auxiliares que no están en calle y, según estadísticas, se necesitaría contar con un cupo total aproximado de 7.000 policías para poder cumplir con un esquema en el que no exista el Plan de Seguridad por Cuadrantes.
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Una fuente informada de la Policía le contó a EL TIEMPO que a la fecha, en la ciudad hay 599 cuadrantes, de los cuales solo 400 están plenamente atendidos: el resto adolecen de falta de personal.
“Acabar con los cuadrantes no es la solución porque esto es lo que asegura que la Policía pueda mantener el control y conocer a fondo las particularidades de cada zona. Los uniformados que hay en este momento no alcanzan para cubrir toda la ciudad y menos si se están moviendo sin tener un objetivo específico”, apuntó la fuente.
Además, dijo que en Bogotá hay unas zonas específicas que se denomina out layers y corresponde al top de cuadrantes que presentan mayores índices de criminalidad y que requieren presencia permanente de la institución. “Con un cuerpo de policías itinerantes reaccionando para todo lado, estás zonas quedarían sin control, sin prioridad y también se perdería el avance del mapeo criminal que se ha hecho justamente con el esquema de cuadrantes”, afirmó.
Por otro lado, Henry Cancelado, director de Ciencia Política de la Universidad Jorge Tadeo Lozano e investigador de la Escuela Superior de Guerra, señaló que este tipo de medidas deben estudiarse a fondo a la luz de una estrategia clara que plantee la Alcaldía para reemplazar esa presencia policial.
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“Los barrios no pueden quedarse sin esta presencia. Hay que ver si es un nuevo esquema de patrullaje, si se cambia la estrategia de disuasión o si se le va dar fuerza a la tecnología (…) si la propuesta es así no más, no entendería por qué dejar los barrios descubiertos”, dijo.
Sin pie de fuerza
Uno de los puntos clave de la discusión en torno a las propuestas de seguridad para Bogotá es que no se establecieron compromisos claros frente a la ciudadanía ni se reveló cómo o cuándo se darían las modificaciones. Para Hugo Acero, experto en seguridad ciudadana las preguntas son claras, por ejemplo, frente a la promesa del fortalecimiento de inteligencia e investigación criminal, “¿Cuántos profesionales de estas especialidades más van a llegar a trabajar a Bogotá y cuándo llegan?
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Para el experto, mientras estas incógnitas se resuelven es necesario que, “la Policía Nacional y la Fiscalía podría asignar más unidades de investigación criminal para enfrentar los problemas generados por los “embolsados”, el sicariato y la presencia y accionar del Tren de Aragua”, señaló.
Problemas de cárcel
Ahora, los expertos señalan que hay otro punto clave que complicaría la transformación del modelo de cuadrantes y son los problemas del modelo judicial.
“Trasladar los agentes del modelo de cuadrantes sin un aumento del pie de fuerza desconoce que a la fecha hay 500 policías que tienen que estar dedicados a cuidar a los más de 3.500 hombres y mujeres que están detenidos en las 25 unidades policiales a causa de que no hay cupos carcelarios.
De acuerdo con la fuente de este diario, “tener a esos policías allá también implica quitarle policías a las calles. Ahí el problema no es de policía, es que como institución se están asumiendo responsabilidades que son del sistema judicial. Si se necesitan cárceles”, enfatizó.
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Finalmente, Jhon Avendaño especialista en políticas públicas de la Universidad Nacional, explicó que esta no es la primera vez que se pide una transformación a este modelo, pues desde 2021, ya se había establecido que sería un esquema de cuadrantes móviles.
“Estamos a la espera de que el presidente y las autoridades revelen un estudio sobre la efectividad de este modelo para poder entender la decisión. Sin embargo, creo que quiere un modelo mixto en el que se mantengan los cuadrantes en algunas zonas y se dé prioridad a otras”.
En conclusión, los expertos coinciden en que si bien se plantearon puntos importantes para la seguridad de Bogotá, no se abordaron los actos urgentes y que además de ellos no se fijó una línea de trabajo clara en términos de formas y plazos.
REDACCIÓN BOGOTÁ
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