Candidatura de Joe Biden a las presidenciales está en la cuerda floja; así se elegiría a su reemplazo

El contraste no pudo ser más agudo. Mientras los republicanos se dieron cita en Milwaukee, Wisconsin, para coronar a Donald Trump como rey absoluto del partido y su candidato a las próximas elecciones en Estados Unidos, la crisis de los demócratas alcanzó niveles ensordecedores esta semana con llamados cada vez más contundentes al presidente Joe Biden para que se retire cuanto antes de la contienda y permita el auge de una figura que les devuelva algún asomo de esperanza.

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Hasta este viernes, Washington era un hervidero de rumores que apuntaban a una inminente decisión del mandatario, probablemente, este mismo domingo o en las próximas 48 horas.

Si bien la Casa Blanca seguía insistiendo de manera oficial que el presidente no estaba considerando abandonar la carrera, diversos medios de comunicación y fuentes consultadas por este diario aseguraban que era solo cuestión de tiempo.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden.

Foto:AFP

“La pregunta a estas alturas es cuándo y bajo qué condiciones”, le mencionó a EL TIEMPO una de estas fuentes, pidiendo estricto anonimato dado lo sensible del tema.

El espiral en caída de Biden arrancó hace tres semanas tras su debate televisivo contra Trump cuando su deterioro físico y mental quedó más que en evidencia.

Pese a que inicialmente se intentó presentar el incidente como una “mala noche” del mandatario, acentuada por el cansancio y una gripa, sus intervenciones y entrevistas posteriores no han logrado despejar las enormes dudas sobre su estado de salud y capacidades cognitivas.

La pregunta a estas alturas es cuándo y bajo qué condiciones (se retirará Biden)

Real o no –y eso es materia de discusión– el impasse ha tenido un efecto concreto en las posibilidades electorales, no solo de Biden, sino de todo el partido que ahora teme una barrida que incluirá las dos cámaras del Congreso y la posibilidad de que los republicanos emerjan de la contienda controlando el Ejecutivo y el Legislativo.

Aunque en las encuestas nacionales la carrera aún luce apretada (3 puntos de diferencia según el promedio del portal 538), todas las muestras apuntan a un fortalecimiento de Trump.

Presidente Donald Trump en la convención republicana en Milwaukee.

Foto:EFE

Peor aún, la distancia que el exmandatario ya le sacaba en estados indecisos como Míchigan, Wisconsin o Pensilvania –que son los que van a definir los comicios– se ha estado expandiendo e incluso algunos que se consideran seguros para los demócratas –como Nuevo México– han comenzado a tambalear.

El temor, o casi pánico entre la mayoría, es que el mal momento de Biden también arrastre las elecciones legislativas donde los demócratas le apuntaban a recuperar la Cámara de Representantes.

Y ese, en gran parte, ha sido el argumento que han venido esgrimiendo las principales figuras del partido, tanto en público como en privado.

Crecen las voces contra la candidatura de Biden

Medios como The Washington Post y The New York Times publicaron esta semana diversos reportes según los cuales los líderes de ambas cámaras –Chuck Shummer y Hakeem Jeffries– se reunieron con Biden para decirle que su permanencia en la carrera los estaba hundiendo a todos.

También circularon rumores de que el expresidente Barack Obama –quizá, la figura más influyente dentro del partido actualmente– le ha venido diciendo a personas cercanas que no ve un camino viable para la victoria de Biden y, por lo tanto, que debería dar un paso al costado.

Por su parte Nancy Pelosi, expresidenta de la Cámara baja y otra de las “vacas sagradas” del partido, habría estado muy activa intentado convencer a Biden de que lo está en juego no es solo una reelección sino el futuro del país.

A esas voces se sumaron nuevos anuncios de congresistas del partido que pidieron abiertamente la renuncia de Biden a la candidatura, y cuyo número ya alcanza más de 30.

Joe Biden y el expresidente Barack Obama.

Foto:AFP

¿Cómo sería el proceso para reemplazar la candidatura de Joe Biden a las elecciones presidenciales contra Donald Trump?

Pelosi, dicen las fuentes, ya viene trabajando en un plan para la sucesión de Biden que arrancaría con una alocución presidencial donde el mandatario anunciaría el fin del camino, seguido por un acto de unidad en torno a la valentía de su líder y la promoción inmediata de la candidatura de la vicepresidenta Kamala Harris y la selección de un nuevo compañero de fórmula para que la acompañe en esta recta final.

Tan avanzado estaría el plan que ya hasta se han comenzado a barajar las alternativas. Entre ellos, Josh Shapiro, gobernador de Pensilvania –uno de los estados críticos–, o el senador de Arizona, Mark Kelly, entre otras destacadas figuras.

Devolvería la esperanza a un partido que en este momento luce deprimido y que necesita del voto entusiasta de jóvenes, afros y minorías

“La renuncia de Biden provocaría dos cosas casi de manera inmediata. Primero, elimina de la discusión el tema de la edad y sus capacidades para gobernar el país por cuatro años más. Y, segundo, devolvería la esperanza a un partido que en este momento luce deprimido y que necesita del voto entusiasta de jóvenes, afros y minorías si es que quiere sobrevivir”, afirma Chris Borick, profesor de ciencia política y director del Centro Muhlenberg para la Opinión Pública.

Nancy Pelosi, una de las figuras más importantes del Partido Demócrata.

Foto:Getty Images via AFP

Para el analista, el hecho de postular como candidata presidencial a una mujer podría beneficiar a los demócratas en un ciclo electoral en el que la defensa por los derechos reproductivos podría pesar en las urnas.

En todo caso, según Borick, la decisión tendrá que tomarse pronto debido a que el partido necesita tiempo para organizar la convención nacional –que arranca este 19 de agosto– y llegar a ella lo más unificados posible.

“Se ha manufacturado una especie de punto de no retorno. Si el presidente insiste en permanecer y, como se anticipa, pierde las elecciones, estaría poniendo en riesgo todo su legado y sería responsabilizado además por la derrota. Salir ahora, con la frente en alto, parece ser la única opción que le están dejando”, afirma por su parte la fuente gubernamental consultada por este diario.

Kamala Harris y los desafíos por delante para enfrentar a Trump

Aun así, el panorama que enfrentan los demócratas está lejos de ser ideal. Si bien Harris necesita poca presentación, arrastra con índices de popularidad similares a los de Biden, que no superan el 40 por ciento.

Y en las últimas mediciones que han hecho las firmas encuestadoras ahora que suena como reemplazo de Biden, tampoco le va mucho mejor contra Trump.

De acuerdo con 538, los chances de los demócratas solo mejorarían un punto porcentual para noviembre si es ella la escogida.

Algo que tampoco está garantizado pues el triunfo de Biden en las primarias no lo faculta para nombrar a un sucesor, lo cual abriría la puerta para una Convención en la que cualquier cosa podría pasar.

Kamala Harris, vicepresidenta de Estados Unidos.

Foto:EFE

Por no hablar de lo que complejo que resultaría perfilar a dos personas para los cargos más importantes del país en los tres meses que le restan a una carrera presidencial donde el rival –Trump y los republicanos– avanzan como una locomotora.

Un aspecto que quedó muy en evidencia esta semana durante la cita del partido en Wisconsin y a la que el expresidente llegó casi como un “ungido de Dios” –así lo presentaron– luego de sobrevivir un atentado contra su vida este sábado pasado.

Donald Trump se convierte en el líder irrevocable de los republicanos

A lo largo de los cuatro días que duró la Convención, el partido enteró giró por completo hacia el exmandatario, que sumó apoyos hasta de sus más enconados críticos como los excandidatos a la nominación republicana Nikki Haley y Ron DeSantis.

De hecho, las voces que se le opusieron en el 2016 y que también lo rechazaron en los comicios del 2020 desaparecieron del todo en medio de lo que muchos han bautizado como el nacimiento de un nuevo Partido Republicano, hecho a su imagen y semejanza, y marcado por el populismo económico, la retórica antiinmigrante y el nacionalismo.

Donald Trump en Milwaukee, Wisconsin.

Foto:EFE

Como en el pasado, el expresidente dio un discurso plagado de mentiras o verdades a medias reiterando nuevamente que el país está siendo invadido por terroristas, criminales y enfermos mentales, muchos de ellos llegando de Venezuela.

Pero, pese a ellas, y lo que eso dice del momento que vive Estados Unidos donde se acaba de nominar a una persona que acaba de ser condenada penalmente, los ojos del país seguían enfocados en la debacle del Partido Demócrata y el incierto futuro que se vislumbra en el horizonte.

SERGIO GÓMEZ MASERI

Corresponsal de EL TIEMPO

Washington



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