Ante el actual brote de fiebre amarilla registrado en varias regiones del país, que ha cobrado la vida de 20 personas en el país en lo que va del año, según el Ministerio de Salud, la Gobernación de Cundinamarca declaró en estado de alerta al departamento por un posible episodio epidémico.
El panorama llama la atención, ya que en 2024 el Ministerio de Salud y Protección reportó 23 casos en el país, de los cuales 13 fueron mortales. En comparación, lo que va de este año muestra un incremento, con 47 casos registrados, de los cuales el 42,55 por ciento han tenido un desenlace fatal.
Además del estado de alerta, la medida se adopta porque, según informó la entidad, el virus está teniendo incidencia en departamentos donde no se habían registrado antecedentes de fiebre amarilla. Esto indica que el contexto actual “sugiere una posible expansión a zonas no endémicas”.
Entre los municipios con mayor riesgo de aparición del virus, según la entidad, se encuentran: Girardot, Guaduas, Puerto Salgar, San Juan de Rioseco, Nariño, Cabrera, Pandi, Venecia, Yacopí, Arbeláez, Ricaurte, Nilo, Tocaima, Caparrapí, Paime, La Palma, Beltrán, Agua de Dios, Guataquí, Paratebueno y Medina.
La secretaria de Salud de Cundinamarca, Neidy Adriana Tinjacá, señaló que los casos detectados recientemente en departamentos como Caldas y Tolima —territorios donde no se registraban antecedentes de la enfermedad— son una señal de que la fiebre amarilla está en expansión. “Esto impulsa a Cundinamarca a activar su plan de contingencia”, concluyó.
Aunque la enfermedad no sea autóctona del territorio se toman medidas para prevenir los caso. Foto:iStock
Con el fin de activar protocolos y acciones que prevengan la propagación y el impacto de la enfermedad, la entidad tomó la decisión mediante el Decreto 086 del 10 de abril de 2025. Entre las medidas adoptadas se incluye la implementación del Plan de Contingencia.
Según informó la Gobernación, esta medida contemplará la gestión integral de la contingencia, incluyendo vigilancia en salud pública, promoción y prevención, atención médica y comunicación del riesgo.
Dentro del protocolo establecido, la Gobernación indicó que las instituciones del sector salud, las alcaldías municipales, las EPS e IPS tienen la responsabilidad de implementar medidas para contener el virus y garantizar una atención oportuna con los insumos médicos necesarios.
Entre las acciones contempladas en el plan se encuentra la intensificación de las jornadas extramurales, la vacunación en horario nocturno y la promoción activa en todo el territorio, con el fin de fortalecer la prevención y cobertura de estas medidas.
El virus ha cobrado la vida de 20 personas en Colombia, según el Ministerio de Salud. Foto:iStock
Además de la preocupación que generó en varios sectores del país, la Secretaría de Salud de Bogotá también se pronunció al respecto. En los últimos días, el subsecretario de Salud Pública, Julián Fernández Niño, señaló que, aunque no se ha detectado transmisión autóctona de fiebre amarilla, es fundamental reforzar las medidas de vacunación. Hizo un llamado especial en el marco de la Semana Santa para que tanto quienes viajen como quienes permanezcan en la capital se apliquen la vacuna.
Para que la comunidad también proteja su salud y prevenga el contagio del virus, la Gobernación recomienda eliminar los criaderos del mosquito Aedes, mantener limpios los espacios habitados, y participar activamente en las jornadas de vacunación, especialmente en el caso de poblaciones vulnerables como niños y adultos mayores. Todo esto con el objetivo de contener la expansión del brote.
TATIANA MORENO QUINTERO
REDACCIÓN BOGOTÁ