Si bien el Censo Nacional de Población y Vivienda 2018 que desarrolló el Dane demostró que la casa sigue siendo la unidad residencial de mayor preferencia en el país, al concentrar el 61% del total de viviendas que se tenían al momento de la medición, lo cierto es que vivir en apartamentos en Colombia es una tendencia que ya supera el 32%, y que en ciudades como Bogotá, Medellín y Cali, por mencionar algunos casos, ha venido presentando una particular acogida.
A este hecho, se suma la bien conocida senda “histórica” en materia de comercialización de vivienda nueva que ha registrado la nación desde que inició la pandemia, en la que, según cálculos del Ministerio de Vivienda, con información de Galería Inmobiliaria, en el 2021 se vendieron cerca de 227.600 hogares nuevos; y en el 2020, 177.000; lo que equivale a dos años récord consecutivos.
Con este marco en mente, que, valga decir, constituye un panorama altamente positivo para la reactivación y la dinámica económica del país -pues, alrededor de la industria constructora se generan cerca de 1,2 millones de empleos y se impactan a 36 subsectores productivos, de acuerdo con Fiabci-, también se empieza a gestar un nuevo desafío en cuanto a la convivencia y el impacto ambiental de los cientos de miles de familias que año tras año empiezan a habitar en copropiedades o propiedades horizontales.
Por esta razón, precisamente, Hipal -plataforma diseñada para facilitar la administración de propiedad horizontal de forma digital- desarrolló un estudio para establecer cómo la digitalización puede, concretamente, disminuir el consumo de papelería de uso recurrente y abaratar los costos de una copropiedad que se administre por la vía tradicional.
En ese sentido, se analizaron 16 de los 50 implementos de papelería que más rotación presentan en una administración, y se llevó a cabo una simulación para un periodo de un año con el propósito de observar qué tipo de variación podría generarse en el consumo y el ahorro entre un conjunto residencial de 100 apartamentos que implemente tecnología en los procesos administrativos versus uno que no.
Los resultados no solo fueron contundentes, sino que, además, se dieron a corto plazo: la administración digital de copropiedades disminuiría el consumo de papelería en hasta un 45 por ciento durante el primer año, y este ahorro podría ser sostenible en el tiempo, conforme se afiance la apropiación de herramientas electrónicas.
Dicha disminución, en consecuencia, se traduciría en eficiencias económicas; lo cual, si se considera que los costos de los materiales analizados se han incrementado en cerca de un 26% entre el año pasado hasta la fecha, se traduce en un ahorro altamente conveniente por el simple hecho de tratarse de un gasto que desaparece.
Con esto dicho, y para aterrizar mejor lo descrito con un ejemplo, la innovación tecnológica permitiría pasar del desecho que supone una comunicación impresa con tinta en un papel de resma, pegado con cinta en la puerta del gimnasio del conjunto para informar que los equipos están fuera de servicio, por decir algo; a una práctica notificación en el celular que se puede enviar, la noche anterior, de forma masiva y sin desperdicio alguno a todos los residentes del conjunto.
Esta es solo una muestra de cómo una adecuada digitalización permite anticiparse a coyunturas sociales que, sin la suficiente planificación, pueden llegar a generar un impacto a gran escala en el plano ambiental y económico. Por esta razón, en un momento de alta volatilidad como el actual, es necesario prever soluciones por medio de la tecnología; es necesario vivir inteligente.
* CEO y fundador de Hipal*
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