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La relación entre los gigantes del entretenimiento y las empresas de tecnología ha entrado en una nueva y compleja fase. The Walt Disney Co. ha decidido abrazar la inteligencia artificial generativa, pero bajo sus propias reglas, mediante una inversión masiva de 1.000 millones de dólares en OpenAI.
Sin embargo, en un movimiento simultáneo que marca su territorio en la defensa de los derechos de autor, la compañía ha lanzado una dura advertencia contra Google.
El acuerdo estratégico con OpenAI, los desarrolladores del famoso ChatGPT, tiene como eje central a Sora, la herramienta de generación de video de la tecnológica. Gracias a esta alianza de tres años, Disney se convierte en el primer gran socio de licencias de contenido para esta plataforma.
Esto significa que los usuarios podrán utilizar Sora para crear y compartir videos cortos basados en instrucciones de texto, utilizando legalmente a más de 200 personajes icónicos de franquicias como Star Wars, Pixar, Marvel y los clásicos de Disney.
La visión de la empresa es integrar estas creaciones en su ecosistema. De hecho, el acuerdo contempla la posibilidad de que algunos de los videos generados por los fanáticos lleguen a estar disponibles en la plataforma de streaming Disney+.
Además, la compañía del ratón implementará herramientas de OpenAI, incluido ChatGPT, para uso interno de sus empleados y el desarrollo de nuevos productos.
Robert Iger, director general de Disney, señaló que esta colaboración “ampliará el alcance de nuestra narración de historias a través de la IA generativa, mientras respeta y protege a los creadores y sus obras”.
Por su parte, Sam Altman, líder de OpenAI, celebró la unión destacando que “este acuerdo muestra cómo las empresas de IA y los líderes creativos pueden trabajar juntos de manera responsable para promover la innovación que beneficia a la sociedad”.
Disney contra Google
Mientras Disney estrecha la mano de OpenAI, cierra el puño contra Google. La semana pasada la compañía envió una carta de cese y desistimiento al gigante de las búsquedas, exigiendo que deje de utilizar su contenido sin permiso para entrenar modelos de inteligencia artificial como Veo, Imagen y Nano Banana.
La misiva, fechada el 10 de diciembre, acusa a la tecnológica de infringir los derechos de autor “a gran escala”. Disney sostiene que los sistemas de Google son capaces de generar con facilidad imágenes de personajes protegidos como el rey León, los Simpson, Deadpool o figuras de Star Wars, y que la empresa ha amplificado el problema permitiendo la difusión de este contenido en plataformas como YouTube.
En una entrevista para el programa ‘Squawk on the Street’, de la cadena CNBC, Iger explicó la postura de la empresa: “Bueno, hemos sido agresivos en la protección de nuestra propiedad intelectual, y hemos ido tras otras empresas que no han honrado nuestra propiedad intelectual, no la han respetado, no la han valorado. Y este es otro ejemplo en el que nosotros hacemos precisamente eso”.
El ejecutivo añadió que intentaron dialogar antes de tomar medidas legales: “Hemos estado en conversación con Google, en esencia expresando nuestras preocupaciones al respecto. Y, a fin de cuentas —porque realmente no logramos ningún avance, las conversaciones no dieron fruto— sentimos que no teníamos otra opción que enviarles una orden de cese y desistimiento”.
Los personajes de ‘Toy Story’. Foto:Disney
Esta acción se suma a una lista de litigios y advertencias que Disney, a menudo en conjunto con otros estudios como Warner Bros. Discovery y NBCUniversal, ha emprendido contra otras firmas de IA como Midjourney, Character.AI, Minimax y Meta.
Preocupación por la seguridad infantil
A pesar del entusiasmo corporativo por la alianza con OpenAI, la noticia ha despertado alarmas entre defensores de los derechos de los menores. Josh Golin, director ejecutivo de Fairplay, organización enfocada en la niñez y el comercio, calificó la asociación como una “traición” a los niños que admiran a personajes de ‘Toy Story’ o ‘Frozen’.
Golin criticó duramente la estrategia: “OpenAI dice que a los niños se les prohíbe usar Sora, pero aquí están atrayendo a los niños pequeños a su plataforma usando algunos de sus personajes favoritos”, argumentando que Disney está ayudando a fomentar una adicción hacia productos que consideran inseguros para los menores.
Ambas compañías socias han reiterado su compromiso con un uso responsable de la tecnología que priorice la seguridad de los usuarios y el respeto a la creatividad humana, en un momento donde la proliferación de “videos basura” y desinformación en redes sociales es una preocupación latente.
*Artículo desarrollado con apoyo de IA y revisado por un periodista.

