El acuerdo logrado esta semana entre el Congreso y el Gobierno para bajar el monto del Presupuesto General de la Nación del 2026 en 10 billones de pesos aleja, de momento, su aprobación vía decreto e implica la necesidad de sacar adelante una reforma tributaria, pero menos ambiciosa.
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Tras acoger la ponencia alternativa de la representante Olga Lucía Velásquez, de la Alianza Verde, la cual contó con el aval del Ministerio de Hacienda, las Comisiones Económicas del Congreso aprobaron en primer debate –el segundo deberá aprobarse hasta el 20 de octubre–el proyecto por 546,9 billones de pesos.
Olga Lucía Velásquez, Germán Ávila y Jaime Dussán en el debate del presupuesto. Foto:Prensa Cámara de Representantes
Con este menor presupuesto, se tendrían que reorganizar los recursos que van a los diferentes sectores. En total, se prevé que la disminución en inversión será de 3,5 billones de pesos hasta los 85,2 billones de pesos. Entre tanto, el funcionamiento quedaría en 359,3 billones de pesos, lo que supone una caída de 6,4 billones de pesos frente a lo que estaba previsto de manera inicial.
Todos los sectores verían reducidos sus recursos de funcionamiento, donde están los gastos de personal. Sin embargo, a unos les afectaría más que a otros este recorte. Según la ponencia del proyecto, al que más le quitarían frente a la propuesta original sería al sector de Defensa y Policía, que quedaría con 1,5 billones de pesos menos, hasta los 64,9 billones de pesos. Le sigue el rubro de la Salud, que terminaría con 74,6 billones de pesos, lo que supone 1,1 billones de pesos menos en funcionamiento; y Hacienda tendría 25,8 billones de pesos, un billón menos frente a lo propuesto en el proyecto original.
Otros de los que más se tendrían que apretar el cinturón en funcionamiento serían los rubros de la Rama Judicial (-435.000 millones de pesos), Justicia y del Derecho (-317.000 millones de pesos), Interior (-279.000 millones de pesos), Igualdad y Equidad (-202.000 millones de pesos), Fiscalía (-188.000 millones de pesos), Relaciones Exteriores (-172.000 millones de pesos) y Registraduría (-110.000 millones de pesos).
Igualmente, las pretensiones del proyecto de ley de financiamiento, o más conocido como tributaria, ya no serán de 26,3 billones de pesos, sino de 16,3, lo que implicará que el Gobierno tendrá que eliminar algunos de los impuestos que contemplaba. Por ejemplo, el propio presidente Gustavo Petro aseguró que no gravará ni la gasolina ni la cerveza, como sí lo hacía su proyecto original.
Debate del presupuesto del 2026. Foto:Juan Sebastián Lombo. EL TIEMPO
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Hay que recordar que la reforma planteaba poner más impuestos al alcohol y al tabaco, así como subirle el IVA a los carros híbridos, gravar los juegos de suerte y azar, hacer cambios en renta para las personas naturales, poner un umbral más bajo para pagar patrimonio o nuevas sobretasas para el sector financiero y el minero-energético, entre otros.
¿Recorte insuficiente?
Si bien los expertos consideran que reducir el monto del presupuesto del 2026 es una buena señal en medio de la difícil situación fiscal que atraviesa el país, con altos niveles de déficit y deuda, aseguran que el recorte debe ser mayor.
Para Luis Fernando Mejía, director del centro de pensamiento Fedesarrollo, es “insuficiente”, pues debería ser al menos equivalente al tamaño de la ley de financiamiento, es decir, de 26,3 billones de pesos, con lo cual el presupuesto tendría un crecimiento de 4 por ciento frente a los 511 billones de pesos anunciados inicialmente para este año.
Adicional a ello, afirma que, aun con este recorte, el próximo año el nuevo gobierno deberá enfrentar una “grave” situación fiscal, que lo obligará a presentar una tributaria de cerca de 1 por ciento del producto interno bruto (PIB) y medidas de recorte en el gasto cercanas a 1,3 por ciento del PIB.
Según el Comité Autónomo de la Regla Fiscal (Carf), el Gobierno necesitaría hasta 45,4 billones, lo que representa 2,4 por ciento del PIB, para poder cumplir la meta de déficit fiscal del próximo año, estipulada en 6,2 por ciento del PIB.
Foto:iStock
Gonzalo Hernández, exviceministro de Hacienda, también opina que, aunque hay un avance con la reducción del monto, todavía es insuficiente. “Cuando el Gobierno propuso un presupuesto de 557 billones de pesos para el 2026, ya era superior al vigente por decreto (511 billones de pesos) en más de 45 billones de pesos. Este ajuste de 10 billones es entonces menor frente a un presupuesto inflado y en medio de una seria crisis fiscal (endeudamiento históricamente alto, déficit fiscal por encima de 7 por ciento del PIB y altos pagos de intereses). Falta la decisión en segundo debate con las plenarias de Cámara y Senado. Veremos qué dice el Congreso”, manifestó.
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En ese sentido, María Claudia Lacouture, presidenta de la Cámara Colombo Americana (AmCham Colombia), señaló que la reducción de 10 billones de pesos en el presupuesto del próximo año frente a la propuesta inicial es una señal positiva, pero aún insuficiente debido a la magnitud del reto fiscal que enfrenta en estos momentos el país. “Colombia no necesita una nueva tributaria: lo que requiere es coherencia, austeridad en el gasto público e inversión productiva que impulse el crecimiento”, sostuvo.
En la misma línea, la excodirectora del Banco de la República, Carolina Soto, asegura que el recorte del presupuesto aprobado en primer debate es un avance, pero es insuficiente. “Un presupuesto de 447 billones de pesos sigue siendo insostenible dada la capacidad fiscal del país”, aseguró.
Además, afirmó que ante las pocas posibilidades que tiene de ser aprobada la ley de financiamiento y la falta de voluntad del Gobierno para hacer ajustes al gasto e impulsar el crecimiento económico, el ajuste tendrá que hacerlo el siguiente gobierno.
“Este pasará por combinar distintas medidas como una nueva tributaria, una fuerte racionalización del gasto (incluyendo nuevas leyes que permitan mayor flexibilidad) y un plan de choque para dinamizar el crecimiento económico”, opinó.