En Colombia las personas están teniendo menos hijos y a una edad más tardía

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (Ocde) publicó el estudio “La sociedad de un vistazo: foco en las tendencias de la fertilidad”. En este, se reveló que, para el promedio de países miembros, las tasas de fertilidad han caído la mitad durante los últimos 60 años, pasando de 3,3 niños por mujer en 1960 a 1,5 niños por mujer en el 2022. Para Colombia, el descenso fue más notorio, con un decrecimiento de 6,7 niños por mujer en 1960 a 1,7 niños por mujer en el 2022.

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Acompañado de Costa Rica, Irlanda, México y Turquía, Colombia hace parte del listado de los cinco países que, en 1980, tenían tasas de fertilidad bien por encima de tres niños por mujer, pero que, con el pasar del tiempo, tuvieron los recortes más radicales.

A pesar de esto, el país sigue teniendo una tasa comparativamente alta en referencia al resto de la Ocde, siendo superado únicamente por Francia, México e Israel, los primeros dos con una tasa de fertilidad de 1,8 y el último con 2,9 niños por mujer. El informe explica que esta diferencia que tiene Israel se debe a que las mujeres pertenecientes al Haredi, grupo ultraortodoxo, tienden a tener una amplia cantidad de hijos.

Por su lado, los países que tienen las tasas de fertilidad más bajas son Italia y España, con 1,2 niños por mujer, y Corea, con 0,7 niños por mujer en el 2023.

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Para poder dimensionar estas cifras, la tasa de fertilidad, por lo general, es comparada con la tasa de reemplazo, que muestra la cantidad de niños por mujer necesarios para mantener la población en niveles constantes. Según la Ocde, dicho indicador es de 2,1 niños por mujer, lo que quiere decir que todos los países miembros, con excepción de Israel, están por debajo.

Esto genera preocupación porque “las bajas tasas de fertilidad podrían conducir a una disminución de la población a partir de la próxima década, ya que las muertes superarían a los nacimientos por primera vez en al menos medio siglo”, dice el documento.

A esto se le suma el hecho de que, por cada 100 personas, el número de individuos mayores de 65 años tiene proyectado pasar de 30 en el 2020 a 59 en 2060: “La consiguiente reducción de la población activa podría llevar al envejecimiento de las sociedades, lo que ejercería importantes presiones sociales y económicas sobre los gobiernos, en particular para aumentar el gasto en pensiones y servicios de salud.

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Foto:Archivo Particular

Las parejas están teniendo hijos a una edad más tardía:

Otro de los puntos principales que identificó el estudio es que la edad promedio en las que las mujeres están dando a luz ha aumentado de 28,2 en el 2000 a 30,9 en el 2022 para el promedio de la Ocde.

Estos resultados estuvieron jalonados por Corea, que aumentó la edad de 29 a 33,5 y por España, que incrementó de 30,4 a 33,1 años en promedio. Colombia es uno de los casos atípicos, pues es el país donde las mujeres dan a luz con la menor edad (27 años para el 2022) y, junto con México, son de los países que menos ha aumentado en este indicador desde el 2000, cuando la edad promedio era de 26,5. Esto se debe a unas tasas de natalidad joven relativamente altas.

“Si bien los países de la OCDE están utilizando una variedad de opciones políticas para apoyar a las familias, el costo económico y la incertidumbre financiera a largo plazo de tener hijos continúan influyendo significativamente en la decisión de las personas de convertirse en padres”, dijo Stefano Scarpetta, director de empleo, trabajo y asuntos sociales de la OCDE.

Entre las razones, el estudio muestra que el incremento en los costos para comprar hogar desde el 2010 ha complicado la formación de relaciones de largo plazo y, eventualmente, familias. El número de personas entre los 20 y 30 años, que todavía viven con sus padres por razones financieras, ha venido en aumento como consecuencia.

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Por ejemplo, para Colombia el 35 por ciento de los jóvenes viven bajo estas condiciones, y un 25 por ciento no se encuentra empleado, educándose o en entrenamiento. Por su lado, en Italia y Corea, el 80 y 81 por ciento de los jóvenes viven con sus padres, respectivamente.

“Facilitar las decisiones de paternidad requiere un apoyo integral y confiable a las familias. Esto incluye viviendas asequibles, políticas familiares que ayuden a conciliar la vida laboral y familiar, y coherencia con otras políticas públicas que promuevan el acceso a empleos de calidad y la progresión profesional de las mujeres”, puntualizó Scarpetta.

JUAN ANDRÉS BELTRÁN TÉLLEZ – REDACCIÓN ECONOMÍA

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