Aunque Colombia ya cuenta con una hoja de ruta en materia de transición energética, elaborada por la anterior administración, Irene Vélez Torres, ministra de Minas y Energía, anunció ayer el cronograma que le permitirá al país, a la vuelta de seis meses, contar con lo que ha denominado la nueva ‘Hoja de ruta de la transición energética justa en Colombia’.
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El anuncio lo hizo durante el desarrollo de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático COP27, que se lleva a cabo en Egipto.
Uno de los objetivos de este nuevo plan es que se tenga en cuenta la opinión de las comunidades y otros sectores claves de la población colombiana, para lo cual el Ministerio de Minas ya inició un cronograma de jornadas en los territorios donde ya está en marcha la transición energética.
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“La transición energética justa se hará con equidad, con gradualidad, con intensificación del conocimiento y, en especial, con un diálogo abierto con todos los actores involucrados. Los grandes cambios no se hacen de espaldas a la gente; aquí, los haremos con y para la gente”, precisó la funcionaria.

Ministerio de Minas y Energía
Aunque se trata de una nueva estrategia, esta no partirá de cero, sino que tendrá en cuenta algunos de los aspectos del plan que dejó la administración de Iván Duque en esa materia.
Vélez Torres le dijo a EL TIEMPO que, tal como lo han manifestado en distintos escenarios, se considerará el camino ya recorrido en materia de transición energética en Colombia.
Sin embargo, recalcó que eso “hay que volverlo realidad en una transición energética justa, y requiere hacer un proceso bien planeado, responsable con el país y su estabilidad. Esta ruta busca ser intensiva en conocimiento y propiciar procesos productivos asociados a las energías limpias”.
Aseguró que esto tomará seis meses, tiempo en el que se tendrán las conclusiones necesarias para el diseño de la ruta. “En seis meses se puede conocer qué tanto se quedó de la anterior o no”.
Y dijo que si incluso se revisan los principios, hay temas que coinciden, como el de la descarbonización que el mismo (exministro) Diego Mesa planteaba en su propuesta.
Entre las bases que se tendrán en cuenta, según la ministra Vélez, están la misión de transformación energética (Ley 2099, Conpes 4075) y las hojas de ruta para tecnologías como el hidrógeno y la energía eólica costa afuera.
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“Sobre esa base estamos avanzando para construir una hoja de ruta que articule los componentes para la transición de las energías fósiles a las renovables, que este gobierno está impulsando. Y que incorpore el componente de equidad, para democratizar la generación y acceso a la energía en el país. Desde este gobierno, iniciamos un diálogo abierto con todos los actores involucrados con ese objetivo”, precisó.
Fases del plan
Según el cronograma revelado por el Gobierno para trazar su nueva hoja de ruta energética, este se desarrollará entres fases con diferentes métricas y objetivos.
La primera, cuyo desarrollo tomará un mes (cuatro semanas), será de planeación y preparación del proceso, incluyendo la interacción con grupos de interés como sindicatos, comunidades territoriales y étnicas, gremios, asociaciones y academia, así como los mecanismos de participación y el inventario de la información para los análisis requeridos.
La segunda requerirá dos meses de desarrollo y en esta se establecerá la visión con las metas concretas a largo plazo (cuantificadas) y el tiempo para alcanzarlas. Allí se incluye el análisis integral del sistema energético colombiano.
Hay mucho interés de parte de aquellos países y gobiernos que han liderado transiciones energéticas en otras geografías y están dispuestos a trabajar de la mano nuestra en este camino
En la tercera y última fase, que demandará tres meses de trabajo, se realizará el diseño de dicha hoja de ruta, identificando los habilitadores regulatorios requeridos y los análisis de riesgos y brechas. “La hoja de ruta contemplará programas y proyectos estratégicos que servirán de instrumentos de implementación de la transición”, indicó el Gobierno.
Como parte de esa estrategia de conocimiento e información, en la página de internet del Ministerio de Minas está el documento que sustenta la estrategia.
“Allí está el camino que estamos iniciando, los hitos de tiempos y los lugares donde vamos a tener estos seis talleres y dos convenciones en los próximos seis meses. Además, tenemos las rutas étnicas específicas para celebrar este proceso de la mejor manera, de forma tal que sea incluyente y que la ruta de la transición energética sea un pacto nacional”, precisó Vélez Torres.
Alianzas clave
Con miras a avanzar en ese propósito, sobre el cual el gobierno de Gustavo Petro tiene nuevos objetivos, se han realizado varias alianzas internacionales.
Por ejemplo, el martes de esta misma semana, el Gobierno firmó un memorando de entendimiento con el Banco Europeo de Inversiones (BEI), lo cual, de acuerdo con la ministra Vélez torres, es un voto de confianza que permitirá desarrollar ese plan de manera acelerada.
Durante el anuncio del cronograma para fijar esa nueva hoja de ruta de transición energética para el país, la funcionaria también dijo que Colombia se adhirió a una coalición especializada en generación eólica costa afuera, en la que se ha trabajado con los principales países que han hecho ya un proceso de generación de esa naturaleza, como Dinamarca, Noruega, Inglaterra y empresas privadas que, precisamente, impulsan el desarrollo de estas tecnologías.
No es lo único. El país viene adelantando conversaciones directas con los gobiernos alemán, australiano, inglés y noruego, interesados en ayudar a Colombia a dar ese paso fundamental de transformación.
“Hay mucho interés de parte de aquellos países y gobiernos que han liderado transiciones energéticas en otras geografías y están dispuestos a trabajar de la mano nuestra en este camino. Hay muchos intereses de multilaterales que nos van a servir en este proceso”, enfatizó la funcionaria.
Frente a si se está pensando en que se pueda hacer vinculante una política que recoja la diversidad étnica y cultural del país, la ministra dijo que se trabaja en una ruta específica para el Pacífico, que tiene que ver con que las oportunidades de generación de energía renovable no convencional son distintas a lo que puede estar sucediendo en el Caribe.
En ese sentido, explicó que recogiendo no solo la diversidad étnica y cultural que se refleja ahí, sino también la diferencia que surge del contexto ecológico de esa región, se está elaborando una ruta especial para dicha área y sus comunidades. De igual forma, se trabaja con las amazónicas, que tienen características y condiciones específicas.
Según el Gobierno, el Pacífico es la región donde existen más soluciones energéticas no interconectadas. Allí se trabaja fuerte para maximizar la reducción del uso de diésel, utilizando soluciones regionales donde las fotovoltaicas no son las mejores, como sí lo son en La Guajira. En el Pacífico hay una buena capacidad de microhidroeléctricas, pequeñas centrales hidroeléctricas y se está revisando su potencial en biomasa.
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