Aunque los alimentos continúan ejerciendo presión importante sobre la inflación, que para el séptimo mes del año se situó sobre el 10,21 por ciento anual, el costo de los servicios públicos no se queda atrás, según lo destacó Juan Daniel Oviedo, director del Dane, quien dijo que, mientras los primeros contribuyeron con 4,15 puntos básicos a ese mayor costo de vida de los colombianos en julio, los segundos lo hicieron con dos puntos básicos.
(Lea también: Inflación anual de julio llega al 10,21 %, la más alta en 22 años, según el Dane)
La inflación de alimentos, según lo expuesto por el funcionario, alcanzó una variación mensual de 1,1 por ciento, muy por encima del promedio histórico prepandemia de 0,02 por ciento, lo que en términos anuales llevó a que esta se situara sobre el 24,6 por ciento, una aceleración de 96 puntos básicos.
Sin embargo, Oviedo fue enfático al señalar que en ese séptimo mes del año se vio una presión muy fuerte de los servicios públicos domiciliarios, los cuales tuvieron una variación anual en julio de 13,58 por ciento, la tercera más alta las comidas servidas a la mesa de 15,2 por ciento.
(Le puede interesar, además: ¿Qué razones llevaron a Nequi a bloquear cuentas de algunos de sus clientes?)
Hubo un incremento notable en la división de arrendamiento y servicios, protagonizada por las alzas en energía eléctrica, y en transporte tras el incremento en combustibles y los altos precios de los vehículos.
Para el director del Dane, el costo de la energía eléctrica aportó 10 puntos básicos, mientras que 12 puntos vinieron de la división de transporte originados por el ajuste de 150 pesos en los precios de los combustibles.
“El incremento de 150 pesos de la gasolina se tradujo en un aporte de 5 puntos básicos
al resultado global. Esto es una antesala del impacto inflacionario que pueden tener los futuros incrementos en el precio de los combustibles”, señalaron los analistas del Grupo Bancolombia.
Señalan que los ajustes tarifarios en los servicios de electricidad explicaron casi en su totalidad el incremento frente a junio. “Este servicio siguió mostrando avances cercanos al 3 por ciento, donde los mayores costos de distribución se han transmitido casi en su totalidad al consumidor como resultado de los problemas de liquidez
de las empresas, que les ha impedido atenuar esa transmisión a través de las opciones tarifarias que se realizaban en el pasado”.
frente a este avance en el costo de vida de los colombianos Bruce Mac Master, presidente de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (Andi) dijo que no hay mucho por hacer, mientras persista la situación de inflación desbordada a nivel internacional, por lo que solo resta esperar a que las medidas que se están tomando en esas instancias logren frenar ese disparo en los precios y lograr un efecto similar en el país.
“El aumento en tasas (del Banco de la República) no va a producir nada y el dato de ahora demuestra eso. En estados Unidos se esperaba tener un resultado más concreto en algunos de sus indicadores, pero no lo han logrado”, señala en vocero gremial, quien insiste en que ojalá pronto comience a darse una reducción en ese indicador porque para las personas de muy bajos ingresos la inflación les pega muy fuerte.
“Si la tasa de la inflación es muy alta, al final la producción se nos cae y esto genera mayor desempleo y se profundiza la pobreza”, dice Mac Master.
Perspectivas
Aunque el tema de los alimentos continuará ejerciendo una presión fuerte en la variación del IPC, los analistas confían que en este segundo semestre haya una moderación en el costo de vida.
Laura Peña, economista de BBVA Research para Colombia, es de las que espera una moderación muy gradual de los costos de producción y de algunos efectos de base que ayudarán a que se diezme la inflación.
“El resultado actual podría implicar un cierre de inflación por encima del 9,2 por ciento. Así, en lo que resta del año continuaría en niveles elevados cercanos al 10 por ciento”, precisa.
En Grupo Bancolombia, advierten que con el resultado de julio sin duda es una presión frente a las expectativas futuras del mercado.
“Dados los catalizadores de la inflación de julio, es posible que los registros de los
próximos meses en inflación de alimentos y regulada continúen siendo relativamente elevados, solo que a una menor magnitud. Ahora bien, una inflación de cierre por
debajo del 10% aún luce razonable, pues prevemos un segundo semestre de desaceleración del consumo”, dicen.
Jackeline Piraján, economista del Scotiabank Colpatria, coincide en que este dato ejercerá una mayor presión al mercado y al propio Banco de la República, por lo que es muy probable que la entidad, en su reunión de septiembre, vuelva a aumentar la tasa de interés por encima del 9 por ciento nivel en el que está en este momento.
No obstante, la economista destacó que la buena noticia es que los arriendos que habían presionado mucho a la inflación los meses pasados, se moderó y en este mes vino casi en cero, haciendo que los efectos de indexación pararan un poco, sin embargo la inflación continúa siendo muy alta y la devolución de esta continuará siendo muy gradual, seguramente al comienzo del próximo año.
Economía y Negocios
Fuente