A sus 16 años, Camila Barros Henríquez ya puede decir que cumplió uno de sus mayores sueños y trabaja desde ya en su empoderamiento femenino, gracias a la ciencia y su capacidad de innovación.
Ella es estudiante de la Institución Educativa Distrital (IED) Madre Marcelina, de Barranquilla, donde cursa 10°, grupo en el que se destaca por su pasión hacia la investigación y exploración de temas que brinden solución a problemáticas que enfrenta la sociedad.
Por lo anterior, hace parte de Zona de Investigación, el grupo de ciencia del plantel de educación pública, donde la barranquillera ha mostrado actitudes y aptitudes para la creación de proyectos innovadores.
“Camila Barros Henríquez es una niña apasionada por la ciencia, que le gusta estar aprendiendo, investigando, explorando y leyendo para así adquirir más conocimientos, para lograr cumplir con mis metas y sueños”, manifiesta la adolescente a EL TIEMPO.
Es así como ha liderado durante cuatro años el semillero de investigación del colegio donde estudia, a partir de un enfoque dirigido hacia la robótica, tras fortalecer habilidades en el campo de STEAM, ciencia y tecnología.
En ese proceso, recibió una noticia que le ha cambiado la vida. Desde la Zona de Investigación de la IED Madre Marcelina le avisaron que la Fundación She Is, a través del programa Ella es Astronauta, abrió convocatorias para un concurso académico.
El proyecto innovador
La organización estaba buscando 34 niñas de Colombia, Ecuador y Perú para llevarlas a conocer el Space Center Houston de la Nasa. De inmediato se animó a participar con un proyecto en el que venía trabajando.
Se trata de un aire ecológico, que ha denominado ‘Green Beam’, con el fin de buscar una solución ecológica integral que no solo permita reducir significativamente el consumo energético, sino que también ayude a frenar el aumento de los costos en el recibo de la luz, según explica.
Implementando tecnologías y prácticas sostenibles que optimicen el uso de la energía
“Implementando tecnologías y prácticas sostenibles que optimicen el uso de la energía y minimicen el impacto ambiental y generen ahorros económicos a largo plazo para los usuarios”, manifestó la joven Camila.
Para lograr ese cometido, usa en el proceso de funcionamiento, herramientas como Batería, sensor de temperatura, aduino, botellas plásticas, madera y programación en C/C++.
“Mi prototipo se basó en un principio físico, que, si tú tomas la palma de la mano, la colocas de frente y soplas, vas a recibir aire frío. La idea surgió de las altas temperaturas, que han hecho que los recibos de luz incrementen significativamente, haciendo que los ciudadanos tengan que pagar altas sumas”, expresa la estudiante.
Camila agrega también la necesidad urgente de abordar el impacto de las altas temperaturas superiores a los 40°C. Este aumento extremo de temperatura “ha llevado a casi 900 municipios estén en alerta, debido a la creciente incidencia de incendios forestales”.
“Las altas temperaturas no solo afectan la salud y el bienestar de la población, sino que también han provocado un incremento significativo en el consumo de energía, debido al uso intensivo de dispositivos de refrigeración”, cuenta Barros Henríquez.
La idea impactó positivamente al jurado del concurso, que la seleccionó entre mil jóvenes que se postularon en el país, para vivir la experiencia en el Space Center Houston de la Nasa.
Entre las expectativas que tuvo con su participación en esta inmersión académica, la joven barranquillera le apuntó a “aprender y aprovechar al máximo esta oportunidad del conocimiento, gracias a la Fundación She Is”.
Experiencia en EE. UU.
Se trata de la cuarta inmersión que se llevó a cabo desde el pasado 27 de octubre hasta el 2 de noviembre en territorio estadounidense, donde participó Camila.
De acuerdo con la organización, la estudiante y sus compañeras desarrollaron habilidades clave en áreas como la robótica, la codificación, la creación de hábitats lunares, entre otras, todas diseñadas para inspirar a las niñas en el campo de las áreas STEAM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería, Artes y Matemáticas).
“La experiencia ha sido única e invaluable, enriquecedora a nivel del conocimiento, no me alcanzan las palabras para describir emocionalmente la oportunidad de esta gran Inmersión Académica”, describe Barros desde Houston.
Voceros de la Fundación She Is resaltan que muchas niñas están haciendo historia al representar 25 departamentos de Colombia, tres provincias en Ecuador y dos provincias en Perú.
Este año, el programa Ella Es Astronauta ha alcanzado un hito al incluir por primera vez a una niña indígena de la etnia Cubea del Vaupés, reafirmando su compromiso con la inclusión y la representación de niñas de diversas regiones y culturas.
Uno de nuestros principales objetivos en la Fundación She Is es brindar herramientas para empoderar a las niñas
“Uno de nuestros principales objetivos en la Fundación She Is es brindar herramientas para empoderar a las niñas, rompiendo barreras y estereotipos. Queremos que cada una se sienta capaz de alcanzar sus sueños y que sean agentes de cambio en sus comunidades. Al convertirlas en embajadoras, estamos construyendo un futuro más equitativo y lleno de oportunidades para todas”, afirma Leidy Martínez, directora de proyecto de Ella Es Astronauta.
Por esa línea también se expresa Camila Barros Henríquez. “Esto me ha hecho crecer como mujer y también como mujer en la ciencia. Me ha permitido crear relaciones, pensamientos y programación. Sin duda, esta experiencia ha sido única y es un sentimiento inefable que todas las tripulantes hemos sentido”.
En medio de esta nueva capacitación, teniendo en cuenta que ya Camila ha participado en ferias académicas sobre ciencia y tecnología, ella habla desde ya de su futuro. “Deseo seguir aprendiendo y estudiando a nivel científico”, afirma.
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Deivis López Ortega
Corresponsal de EL TIEMPO – Barranquilla
En X: @DeJhoLopez
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