El trabajo remoto se convirtió en más que una tendencia mundial después de la pandemia: es un movimiento laboral completo en el que la autonomía y la flexibilidad se erigen como factores claves de su éxito. Sin embargo, no todos piensan lo mismo respecto a esta nueva modalidad laboral que, aparentemente, ha llegado para quedarse.
El exdirector ejecutivo de Google, Eric Schmidt, se dejó ver muy entusiasmado con el regreso a las oficinas por parte de los empleados de la compañía en la que laboró durante diez años.
El empresario estadounidense argumentó que durante décadas su característico estilo tradicionalista resultó un éxito para el gigante tecnológico valuado en 820.000 millones de dólares, equivalente a más de 3 mil millones de pesos colombianos.
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“En mi opinión, es importante que estas personas estén en la oficina”, expresó en diálogo con ‘CNBC Make it’ al tiempo que dejaba en claro que gran parte de sus triunfos se los debe precisamente a la modalidad presencial de trabajo.
El trabajo presencial como un aliado clave del éxito
Detrás del multimillonario emporio de Alphabet, siempre estará el nombre del informático estadounidense que con un arduo e incansable esfuerzo ayudó a transformar la entonces joven empresa emergente de Silicon Valley en el gigante tecnológico global que es en la actualidad. Entre luces y sombras, Schmidt se encargó de llevar a la cima al que hoy conocemos como Google.
Con un cúmulo de logros a sus espaldas, sus triunfos se los atribuye al trabajo en las oficinas que siempre trajo consigo buenos frutos. “Pasamos décadas teniendo estas conversaciones sobre personas que estaban muy juntas… la discusión en la mesa de café e ir a tomar un café”, señaló Schmidt.
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El trabajo remoto fue la nueva normalidad de millones de trabajadores en todo el mundo
Estudiantes universitarios que se comportaban como si el lugar de trabajo fuera como la universidad. Yo les decía: Esto no es la universidad. Esto es algo profesional, no puedes hacer eso
La interacción resulta un elemento clave a la hora de tener conversaciones profesionales, por ejemplo, con los más jóvenes de las empresas. El empresario relató en la entrevista que cuando comenzó en Google había “una gran cantidad de estudiantes universitarios que se comportaban como si el lugar de trabajo fuera como la universidad. Yo les decía: ’Esto no es la universidad. Esto es algo profesional, no puedes hacer eso. Podría ser ilegal. Así que, por favor, deténganse ahora’”.
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Para los trabajadores que se encuentran en un rango de edad entre los 25 y 35 años, el aprendizaje acerca de temas como la etiqueta de reuniones, habilidades de presentación, políticas del lugar del trabajo y trato con la competencia resulta indispensable, al menos un requisito para laborar en cualquier organización.
“Si te pierdes (eso) porque estás sentado en el sofá de tu casa mientras trabajas, no sé cómo construyes una gran gestión. Sinceramente, no”, agregó el exdirector ejecutivo de Google.
Pese a las múltiples ventajas que puede traer consigo el trabajo remoto, Schmidt es enfático en puntualizar que ninguna de ellas podrá igualar jamás la interacción humana.
“Creo que hay mucha evidencia de que los humanos son sociales y que las herramientas virtuales actuales no son lo mismo que las redes informales que se dan dentro de una corporación”, concluyó.
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Al igual que Apple, el gigante tecnológico también tuvo problemas para lograr que sus empleados volvieran parcialmente a las oficinas. Aunque parecía imposible de lograr, a partir del 4 de abril la compañía estadounidense implementó un modelo híbrido que le permite a los trabajadores obtener lo mejor de ambos mundos: la flexibilidad del trabajo remoto y la posibilidad de disfrutar de las increíbles instalaciones de sus distintas sedes tres días a la semana.
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