Mientras que el Fondo Monetario Internacional (FMI) comienza a ver que la amenaza de recesión está disminuyendo en algunos países y aumenta sus pronósticos de crecimiento económico para 2023, en Colombia está pasando todo lo contrario y es más pesimista frente a lo que esperaba en octubre del año pasado.
“Los riesgos adversos se han moderado desde octubre y algunos factores positivos han ganado relevancia”, destacó el FMI en su actualización de estimaciones de la economía mundial publicada el pasado 30 de enero. Sin embargo, también dijo que los riesgos para las perspectivas siguen inclinados a la baja.
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Con el mundo experimentando las consecuencias de la invasión de Rusia a Ucrania —próxima a cumplir un año—, recesiones y los esfuerzos para frenar la inflación a través del encarecimiento del crédito, el FMI espera que la economía mundial se expanda 2,9 por ciento este año, 0,2 puntos porcentuales más de lo que había vaticinado en octubre (2,7 por ciento).
Según el FMI, la desaceleración es menos pronunciada de lo que cabría esperar en varias economías desarrolladas, como Estados Unidos (se estima un crecimiento del 1,4 por ciento en 2023, antes era de 1,0 por ciento), Alemania o Italia.
El crecimiento económico demostró ser sorprendentemente resistente en el tercer trimestre del año pasado
Estas dos economías europeas, incluso, verían alejarse la perspectiva de una recesión. “Estamos muy lejos de cualquier tipo de marcador de recesión global“, dijo el economista jefe del FMI, Pierre-Olivier Gourinchas, según reporta la Agencia AFP.
Es una buena noticia que se le atribuye, principalmente, a la reapertura de China tras el levantamiento de la política de ‘cero covid’ hace unas semanas, aunque también pesa un mayor consumo e inversión. El gigante asiático crecerá 5,2 por ciento frente al 4,4 por ciento previsto tres meses atrás, y arrastrará consigo a la economía global.
La inflación también parece decaer en comparación con el 2022. El FMI prevé para este año un 6,6 por ciento, un nivel ligeramente superior al 6,5 por ciento pronosticado en octubre pasado, pero en 2024 debería volver a niveles inferiores a los de 2021 (4,3 por ciento frente al 4,7 por ciento anterior).
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Las tres locomotoras globales —Estados Unidos, China y Europa— resisten, aunque por motivos diferentes, y se espera que todas las economías desarrolladas sigan sus pasos. Pero hay una excepción: el Reino Unido, el único país del G20 que experimentará una recesión, del orden del 0,6 por ciento.
Rusia, por el contrario, podría salir de la recesión a pesar de las sanciones impuestas desde que invadió Ucrania el 24 de febrero de 2022. Su economía se expandirá ligeramente en 2023 (0,3 por ciento) y bastante más en 2024 (2,1 por ciento).
Pese a que este año muchas economías crecerán menos que otros años, algunas han demostrado una resistencia sorprendente. “El pronóstico de bajo crecimiento en 2023 refleja el aumento de las tasas de los bancos centrales para combatir la inflación, especialmente en las economías avanzadas, así como (el efecto de) la guerra en Ucrania”, explica el FMI.
Pero “el crecimiento económico demostró ser sorprendentemente resistente en el tercer trimestre del año pasado, con mercados laborales sólidos, un consumo doméstico fuerte y también inversión empresarial”, resaltó Gourinchas.
Además, dijo que los países se adaptaron mejor de lo esperado a la crisis energética en Europa, con precios del gas más bajos de lo anticipado y suficientes recursos para el invierno boreal.
Panorama en Latinoamérica
El FMI estima que América Latina y el Caribe crecerá 1,8 por ciento este año, menos que a nivel global, pero 0,1 puntos porcentuales más que lo anticipado en octubre. Además, dice que es probable que 2023 sea un año difícil para la región.
“Tanto la creación de empleo como el gasto de consumo en bienes y servicios están desacelerándose y la confianza de los consumidores y las empresas está debilitándose. El crecimiento también se verá limitado por una desaceleración en los socios comerciales, en particular Estados Unidos y la zona del euro”, afirmó.
Las dos locomotoras económicas regionales, Brasil y México, crecerán 1,2 por ciento (+0,2 puntos porcentuales) y 1,7 por ciento (+0,5 puntos porcentuales), respectivamente. Chile sería la única economía que se contraería con un 1,5 por ciento.
Pese a las evidentes dificultades, el FMI dice que las políticas deben centrarse en lograr la estabilidad económica, estimular el crecimiento y la creación de empleo, fomentar la iniciativa empresarial y atender las acuciantes necesidades sociales a las que se enfrentan muchas personas en la región. “Esto ayudará a aliviar el malestar social y a restablecer la confianza en las instituciones públicas”, agregó.
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¿Y Colombia?
El FMI espera que la economía colombiana crezca 1,1 por ciento en el 2023, la mitad del pronóstico que lanzó tres meses atrás. Pero la recuperación llegaría el próximo año con un Producto Interno Bruto (PIB) creciendo 2,1 por ciento.
El gerente general del Banco de la República, Leonardo Villar, ha mencionado que esta desaceleración que se observa se debe a que el punto de comparación —que es 2022— es muy alto. El Emisor espera que el PIB cierre en 8 por ciento.
Luis Fernando Mejía, director de Fedesarrollo, comparte este mismo punto de vista. Antes, el fondo estimaba que Colombia habría crecido 7,6 por ciento el año pasado y ahora su estimación subió a 8,1 por ciento. “Esto implica un mayor efecto base en la comparación del crecimiento económico entre 2023 y 2022 y esto implica una reducción del pronóstico para este año”, explica.
El pronóstico actual del FMI está mucho más en línea con el 1 por ciento de la Andi y el 1,5 por ciento espera el mercado y Fedesarrollo. Pero el Banco de la República es más pesimista. El equipo técnico ahora pronostica un crecimiento de 0,2 por ciento (antes era del 5 por ciento) por la disminución que se espera del consumo y la inversión en el país.
La desaceleración pronunciada prevista para este año también responde a las alzas que ha tenido la tasa de interés del Emisor en los últimos meses y que la ubican actualmente en el 12,75 por ciento, lo cual se suma a la necesidad que tiene Colombia de cerrar su déficit de cuenta corriente que sigue siendo muy alto.
Para lograr un PIB más alto y evitar una recesión, Alberto Bernal, director de Estrategia Global en XP Investments, considera que es indispensable recuperar la confianza y que el gabinete del presidente Gustavo Petro se sume al “discurso responsable” que tiene el ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo y se aleje del “discurso anticrecimiento” de los ministerios de Trabajo y de Minas y Energía.
Igualmente, es clave disminuir la incertidumbre que existe sobre los cambios que quiere hacer el Gobierno al sistema pensional.
“Los inversionistas están muy preocupados ante la eventualidad de que el gobierno del presidente Petro tome decisiones que vayan en contra de los mercados de capitales. La reforma a las pensiones es quizás la más importante de todas. Una reforma como la que quieren pasar ahora sería terriblemente mala para la macroeconomía colombiana”, advierte Bernal.
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