Desde el mes de abril, Francisco Javier Molina Ossa comienza a hacer una investigación juiciosa y una búsqueda minuciosa en la Internet para preparar y realizar los programas que desde hace 32 años se escuchan en emisoras de Pereira, Manizales, Medellín y Fusagasugá (Cundinamarca) por esta época: Villancicos del mundo y Villancicos populares.
Molina nació en Manizales hace 69 años y es abogado, músico, melómano y como él mismo se describe “villanciquero de tiempo completo”. Se enamoró de las canciones que se entonan en las novenas navideñas en su niñez, cuando hizo parte agrupaciones que cantaban villancicos en diferentes escenarios de Manizales.
Con LP’s y casetes comenzó a hacer los programas
Y aunque Molina fue juez, profesor y decano de una facultad de Derecho, la música siempre ha estado presente en su vida desde los nueve años de edad. Además de cantar en coros, inició clases para estudiar violín y después aprendió a interpretar el acordeón. Ya siendo adulto dirigió varios coros, entre los que destacó La Coral Brahms, de Manizales, que acaba de cumplir 50 años. Molina la dirigió durante siete años.
Pero fue en Pereira, ciudad a la que llegó para ejercer como juez laboral, donde hizo la primera emisión de Villancicos del Mundo. Rememoró que le propuso a la gerente de la recién creada emisora cultural Remigio Antonio Cañarte, Carmen López Drews, un programa de villancicos. La gerente aceptó y desde 1990 comenzó el trasegar de un programa que cuenta con el reconocimiento de expertos en música y de personas, que sin ni ninguna formación musical, son seguidores de los villancicos.
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Amigos me traen villancicos de los países adonde viajan y cuando me entero de que uno de ellos va a viajar a un país del que no tengo villancicos, se los encargo
Con una sonrisa, este gestor cultural reveló que para hacer los primeros programas contaba con 12 LP (Long Play) y varios casetes. Pero poco a poco los oyentes comenzaron a enviarle música de diferentes lugares del departamento de Risaralda y del Eje Cafetero, y luego empezaron a llegarle de todo el país y después, debido a los avances tecnológicos, de todo el mundo.
Las primeras emisiones de Villancicos del Mundo fueron de media hora, a las 6:00 p. m., entre el 16 y el 24 de diciembre –periodo en que se hacen las novenas-, pero al poco tiempo el programa se extendió a una hora.
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Molina presenta en vivo los programas porque busca tener interacción con sus oyentes. Los que van para las otras ciudades o les que necesiten una producción especial los graba.
Tras el éxito de Villancicos del Mundo, al año siguiente creó un nuevo programa de villancicos más tradicionales, más cercanos a los colombianos, al que denominó Villancicos populares.
“Amigos me traen villancicos de los países adonde viajan y cuando me entero de que uno de ellos va a viajar a un país del que no tengo villancicos, se los encargo”, señaló.
‘Quiero mantener la tradición’
Molina ha hecho programas de villancicos procedentes de Corea del Sur y China, donde hay católicos. De la India no consiguió villancicos, pero sí unas bonitas canciones de Navidad. Y a sus manos han llegado villancicos en ritmo de jazz, música caribeña y de etnias de América, tribus indígenas que han hecho llegar al programa villancicos en sus lenguas autóctonas.
Los programas de Molina se han emitido en la Remigio Antonio Cañarte y en la emisora cultural de Universidad Tecnológica de Pereira, Universitario Estéreo, pero también ha traspasado fronteras. Son transmitidos por Radio Cóndor y Caldas F.M. en Manizales, en la Radio Bolivariana de Medellín en A.M. y F.M. y en Ondas del Fusacatán, de Fusagasugá (Cundinamarca). Estas radiodifusoras comienzan a emitirlos, incluso desde el mes de noviembre.
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Con respecto al objetivo de hacer estos programas, Molina explicó: “La importancia de estos programas es poder mantener la tradición navideña en los hogares colombianos, permitiendo que muchos niños hayan podido, a través de los programas, forjar su vida musical. Muchos niños cantaron en un programa o llevaron su música y sus composiciones. Algunos de ellos hoy son cantantes, músicos o se han dedicado a los medios de comunicación”.

Francisco Molina con niños que participaron en un programa.
Un villancico cantado por perros
Durante estas más de tres décadas, el villancico más extraño que Molina ha emitido se lo envió un estadounidense. Es una versión del popular Jingle Bells ‘cantado’ por un grupo de perros. También tiene un villancico entonado por gatos, pero lo hicieron en un computador.
De ‘Noche de paz’ comentó que es el villancico más interpretado en la historia de la humanidad, pero reveló que su preferido es ‘La primera navidad’, un villancico francés. Sin embargo, subrayó que se siguen interpretando villancicos que datan desde el siglo XIII, que son los más antiguos. Precisó que los villancicos españoles son algunos de los más difundidos.
Hasta cuando pueda hacer los programas responsablemente y que Dios me lo permita, obviamente ahí estaré haciendo los programas de Navidad
Molina admitió que actualmente los niños y los adolescentes están muy influenciados por el reggaetón y otros géneros, pero en muchas familias todavía se mantiene viva la tradición oral de los villancicos. Además, aún hay compositores colombianos que hacen villancicos, pero esta no es comercial.
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“Hasta que esté en condiciones de poder producir los programas los haré. Hay que ser conscientes de que al avanzar la edad no se tiene, a veces, la misma capacidad, dicción, memoria y capacidad para organizar las cosas. Pero hasta cuando pueda hacer los programas responsablemente y que Dios me lo permita, obviamente ahí estaré haciendo los programas de Navidad”, puntualizo.
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FERNANDO UMAÑA MEJÍA
Tendencias EL TIEMPO
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