¿Hay un cortocircuito entre el comisionado de Paz, Otty Patiño, y la cúpula militar?

Tras el sentido pésame del comisionado de Paz, Otty Patiño, por la muerte a manos de las Fuerzas Armadas de alias ‘Hermes’, miembro de la ‘Segunda Marquetalia’, las preguntas que gravitan en el ambiente político son: ¿Fluyen bien las comunicaciones entre la cúpula militar y el responsable de la ‘paz total’? o, por el contrario, ¿hay un cortocircuito entre las partes?

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En las últimas horas, Patiño volvió a hablar de quien era el cuarto jefe del bloque ‘Alfonso Cano’ de la ‘Segunda Marquetalia’ que falleció en combate el pasado 23 de junio en zona rural de Roberto Payán, Nariño. “Hay que aclarar los hechos”, dijo.

Patiño había dicho el pasado lunes en el acto de instalación de la mesa de diálogo con la estructura de Luciano Marín Arango, alias Iván Márquez, en Caracas que fue un hecho “fatídico” y expresó que no se trataba de una manifestación individual, sino que era una opinión que compartían tanto el presidente Gustavo Petro como el ministro de Defensa, Iván Velásquez.

“Hemos maltratado la confianza que hemos ido creando desde febrero acá con la ‘Segunda Marquetalia’ es un hecho fatídico y así lo entiendo, lo entiende el presidente, entiende también el ministro de Defensa, lo entiende también el alto mando de la fuerza militar”, dijo el comisionado de Paz ante Márquez.

“Lamento profundamente los acontecimientos de ayer, acontecimientos que no pueden llamarse incidentes; eso es volverlos leves, volverlos muy insignificantes”, agregó Patiño.

Iván Márquez delante de una imagen de ‘Jesús Santrich’

Foto:

Horas después, en W Radio, fue más allá y dijo que deberán investigarse los hechos ya que “según la información que tengo fue una operación pensada, planificada. No fue producto de un combate. Y no fue desmentido por las Fuerzas Militares a las cuáles yo les consulté por el desarrollo de esos acontecimientos“.

El ministro de Defensa presentó otro punto de vista: “Ayer, en desarrollo de una operación militar legítima realizada en Roberto Payán, Nariño, fue abatido Felipe Moreno Montaña, alias Hermes, cuarto cabecilla y coordinador logístico del Bloque Occidental Alfonso Cano de la Segunda Marquetalia”.

El ministro puntualizó que fue “una operación legítima, a lo que se suma lo dicho esta tarde por el comandante del Ejército, general Luis Emilio Cardozo, quien señaló que se venía preparando de tiempo atrás y que la misma se realizó en un área sin restricciones”.

Para Patiño este caso no simboliza un cortocircuito. El matiza y dice: “Es una divergencia que tenemos con la información que tiene el ministro de Defensa, espero que el ministro tenga la razón y si tiene la razón corregiré oportunamente”.

Presidente Gustavo Petro en la ceremonia de ascensos de oficiales de la Policía

Foto:Juan Diego Cano

El analista político Luis Ernesto Gómez subraya que es necesario revisar los protocolos de comunicación entre el Comisionado y la cúpula militar. “Es lamentable que se esté repitiendo el corto circuito entre Otty Patiño y los militares como ocurría con su antecesor Danilo Rueda”, dice.

Y recuerda una de las claves del proceso que terminó en el Acuerdo de Paz entre el Estado colombiano y la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, Farc. “El proceso de paz con las Farc de Santos “solo” fue exitoso por la absoluta coordinación que existía entre la estrategia militar y la estrategia de negociación. Ojalá, Patiño, corrija el rumbo”, dice este experto.

Cabe mencionar que esta no es la primera salida en falso del comisionado Patiño. El 1.° de abril de este año Patiño se pronunció sobre la creación de un nuevo bloque por parte del autodenominado ‘Estado Mayor Central’ de las Farc (Emc). “A veces hay que pensar bien, ellos están tratando de reorganizarse para tener más responsabilidad en la mesa de negociación”, dijo. 

El exnegociador del Gobierno ante el Ejército de Liberación Nacional, Eln, y exministro de Agricultura, Juan Camilo Restrepo, calificó la postura de Patiño como “desafortunada” y recordó que el Ejército puede actuar contra los armados ilegales mientras no exista un acuerdo de cese al fuego.

“El hecho de estar dialogando con un grupo alzado en armas para buscar la paz, no significa que las Fuerzas Militares se vean cohibidas o recortadas para desplegar sus responsabilidades de mantener el orden y la soberanía del estado en cualquier confín del territorio nacional. Declaraciones como la de Otty Patiño ayer son las que desmoralizan las fuerzas legítimas del Estado en el cumplimiento de sus deberes”, señaló el exnegociador.

Un grupo de las disidencias de las Farc.

Foto:tomada del video de redes

Precisamente, el analista y experto en conflicto Diego Arias escribió en EL TIEMPO una columna en la lanza una alerta por la coyuntura actual que percibe en la tropa: “Por difícil que sea reconocerlo, y no obstante un gran esfuerzo operacional, nuestras FF. AA. hoy escasamente logran reaccionar para recuperar el llamado orden público. Lo hacen en medio de muchas limitaciones materiales, incertidumbres operativas y, al decir de algunos, una moral a la baja. El sentimiento que prevalece es el de que, frente a los enormes desafíos actuales de la seguridad nacional, no contamos hoy con unas FF. MM. y de Policía en su mejor momento, sino disminuidas”.

“No hay que llamarse a engaños. Solo cuando el Estado logró tomar la iniciativa estratégica se hicieron posibles las condiciones para una negociación con las Farc. Así fue en la guerra interna de El Salvador entre el Estado y la guerrilla del FMLN y lo ha sido en tantos casos más en los que afortunadamente se puso fin a la violencia por vía de negociaciones de paz, y en otros menos, por la derrota militar (estratégica) del “enemigo”, como lo fue en el Perú con el grupo Sendero Luminoso”, dice Arias.

“No es menor el desafío de tener la iniciativa militar en un contexto tan complejo, mediando una gran diversidad de actores armados ilegales, acuerdos de cese del fuego con algunos de ellos que son bilaterales (no multilaterales) y no incluyen el cese de las hostilidades”, argumenta este analista.

En esta línea, el analista Gabriel Cifuentes dice que las declaraciones de Patiño son “sorprendentes y desafortunadas”.

Desde una óptica política —sin que se desconozca que en medio de las negociaciones estas operaciones pueden romper la confianza de las partes—, y desde un punto de vista militar. Hay un cortocircuito entre el alto comisionado y el ministerio de defensa, cuya cabeza ha reiterado que se trató de una operación legítima y dentro del marco de la ley”, dice Cifuentes.

El exalto Comisionado para la Paz, Danilo Rueda.

Foto:César Melgarejo/ El Tiempo

“Lamentar el hecho y pedir investigar si se trató de un acto de combate o una operación especial, carga de dudas el alcance de las funciones de las fuerzas militares en un contexto de conflicto donde, a pesar de los avances en la mesa, no se tienen acuerdos claros sobre el cese, los protocolos o si definitivamente se suspenderán las acciones militares contra ese grupo”, añade este experto.

Con Iván Márquez pasa un hecho llamativo. El Gobierno ha enviado mensajes de cierta culpabilidad porque parte de la tesis que a él se le “entrampó” y por eso volvió a las armas.

En este caso se trata de una nueva oportunidad para un hombre que luego de firmar la paz vuelve a empuñar las armas. En 1984 durante el gobierno de Belisario Betancur se presentó como integrante de la Unión Patriótica, UP, llegando a ser representante por el Caquetá.

En medio de la matazón de grupos de extrema derecha contra este partido de izquierda, Márquez volvió a la guerrilla y escaló hasta ser miembro del secretariado y jefe del equipo negociador de este grupo armado que firmó el Acuerdo de Paz con el presidente Santos y que le daba derecho de nuevo para llegar al Congreso.

En mayo de 2019, Márquez anunciaba su traición al Acuerdo de Paz junto a los ahora muertos Hernán Darío Velásquez Saldarriaga, ‘El paisa’; Henry Castellanos Garzón, ‘Romaña’; y Seuxis Pausias Hernández Solarte, ‘Jesús Santrich’. De inmediato crearon una nueva organización a la que bautizaron ‘Segunda Marquetalia’. Según los organismos de inteligencia del Estado hoy este grupo tienen 1.751 integrantes, de los cuales 1.262 forman parte del brazo armado y 589 están en redes de apoyo.

Para el Estado, la mayor parte están dedicados al secuestro y el narcotráfico. Que era de hecho los delitos por los que las autoridades perseguían a alias ‘Hermes’.

Álvaro Leyva, canciller de Colombia, y Jesús Santrich.

Foto:Archivo El Tiempo

Altos funcionarios del Gobierno Nacional han sostenido la tesis del “entrampamiento”. Entre ellos, el excanciller Álvaro Leyva Durán y la vicepresidenta Francia Márquez quien le dijo a EL TIEMPO: “Él (Iván Márquez) fue parte del entrampamiento. Como a Jesús Santrich quien también estaba en ese proceso. Vimos todo lo que le hizo el fiscal general de la Nación, lo entrampó”.

El analista Gonzalo Araújo dice que es evidente que sí ha habido indicios de tensiones entre Otty Patiño, el comisionado de Paz de Colombia, y los militares. “Estas tensiones podrían deberse a diferencias en las visiones y estrategias sobre cómo abordar el proceso de paz y la seguridad en el país. La gestión de Patiño ha sido criticada por algunos sectores militares que pueden percibir sus enfoques como poco alineados con sus intereses o estrategias tradicionales de seguridad”, argumenta.

Para este politólogo de la Universidad Javeriana con máster en Estudios Latinoamericanos en la Universidad de Salamanca, España, “a tensión entre Otty Patiño y los militares puede tener cinco impactos directos en las negociaciones de paz y en la relación con las Fuerzas Militares:

1. Desconfianza y Fracturas Internas: Las divergencias pueden generar desconfianza entre las partes involucradas en las negociaciones. Si los militares no confían plenamente en el comisionado de Paz, esto podría dificultar la implementación de acuerdos y la coordinación de esfuerzos para consolidar la paz.

2. Retardo en las Negociaciones: Las tensiones pueden ralentizar el proceso de paz si hay desacuerdos significativos sobre cómo proceder con las negociaciones o sobre las condiciones de los acuerdos.

3. Impacto en la Moral y Cohesión Militar: Las diferencias entre los líderes civiles y militares pueden afectar la moral y la cohesión dentro de las fuerzas armadas, lo que podría influir en su eficacia y en su disposición para colaborar en la implementación de los acuerdos de paz.

4. Percepción Pública y Legitimidad: La percepción pública de un conflicto entre el comisionado de Paz y los militares puede erosionar la confianza en el proceso de paz y en el gobierno. Esto puede afectar la legitimidad del proceso ante la opinión pública y ante las partes involucradas en las negociaciones.

5. Estrategias de Seguridad: Las diferencias pueden llevar a enfoques dispares en las estrategias de seguridad y en la gestión de la violencia y el conflicto armado, lo que puede complicar la situación sobre el terreno y aumentar la incertidumbre.

Por eso, Araújo dice que, para mitigar estos impactos, es crucial que haya un diálogo abierto y constructivo entre el comisionado de Paz y los líderes militares, con el objetivo de alinear sus visiones y estrategias hacia un objetivo común de consolidar la paz en el país.

En conclusión, el analista Cifuentes dice: “Sin lugar a duda, la posición del alto comisionado para la paz puede haber tranquilizado a la mesa, pero intranquiliza a la fuerza pública y a la sociedad en general sembrando dudas frente a si el ejército puede o no atacar a grupos que, hasta tanto no se desmovilicen o suscriban acuerdos para el des escalamiento del conflicto, siguen estando al margen de la ley”.

ARMANDO NEIRA, EDITOR DE POLÍTICA DE EL TIEMPO



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