“Nos tenían amenazados. Nos tocó a mi esposa y a mí esconder a dos de esos muchachos porque nos amenazaron. No podían estar allá que porque eran mayores de edad. Nos tocó guardarlos debajo de la cama”.
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Este es una de las decenas de testimonios de moradores del barrio La Fortaleza, el cual, colinda con el centro de menores infractores El Buen Pastor. Es allí, donde los amotinamientos e intentos de revueltas se vienen presentando en los últimos años.
Este es un establecimiento para menores que infringen la ley y debido al Código del Menor que los protege no pueden ser capturados, sino aprehendidos y tampoco pueden ser enviados a una cárcel como adultos.
Los intentos de motines se han vuelto frecuentes, según la misma comunidad. Fue casi al mediodía de este 26 de agosto con la práctica que suele ser conocida: tomar algunas colchonetas y utensilios de plástico para tratar de iniciar un incendio y así buscar escapar.
Vecinos alertaron al Cuerpo de Bomberos sobre el humo que se desprendía desde el interior de estas instalaciones en el barrio Villanueva, en el oriente de Cali.
Según el Cuerpo de Bomberos de Cali, a las 11:40 a. m. de ese día se hizo entrada forzada y esperaron a la Policía. Allí, se identificaron dos focos de incendio. A las 12:17 m., la emergencia se controló. De acuerdo con la Policía, el hecho no dejó lesionados o heridos.
Con base en informaciones del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), en el centro juvenil tiene capacidad para 230 menores, pero hoy se encuentran 271.
De esa cifra, 203 recibido sanciones y 28 se encuentran bajo medidas preventivas, esperando una sanción definitiva.
Hay 91 menores en El Buen Pastor. Los demás, aunque fueron aprehendidos cuando eran adolescentes ya son mayores de edad por haber cumplido 18 años.
Jenny Flórez, moradora de este barrio, dijo: “Sentimos miedo porque tenemos las casas pegadas a la cárcel de Villanueva y al centro de menores. Antes, allí estaba la cárcel de mujeres y nunca llegamos a tener problemas con ellas. Vienen y nos traen el centro de menores. Ellos se vuelan por ese espacio. Se saltan esos cercos. Pedimos que nos protejan como habitantes, porque se pasan hacia las casas. Cogen a los vecinos. Ellos cada ratico se vuelan, se saltan tapias, las garitas. No hay reja que nos proteja. Cogen a los vecinos de rehenes. Hemos tenido tres vecinos, los cogen durante tres, cuatro cinco horas. Llega la Policía, los saca, pero nos dejan daños materiales y tenemos que estar reforzando las rejas de seguridad en los patios”.
Sostuvo que una vez cuando entraron a su vivienda quebraron ventanas y dañaron puertas, untando paredes de sangre porque se cortan durante las fugas.
Sobre si han hablado con directivas del centro de menores: “No hemos podido hablar con él porque el señor no da la cara. Hemos ido, he tenido la mitad del techo de mi casa dañado y nadie colabora. Ese arreglo me costó $ 2’700.000. Cada ratico hay fugas no tenemos tranquilidad, no sabemos a dónde ir y no nos dan la solución”.
Luz Marina Casallas es otra habitante entre los afectados. “A la 1:00 de la mañana se presentó una de las fugas. Ingresaron a mi casa, los escuché y les grité que no había por dónde salir y se volaron hacia otras casas. Antes de eso se me llevaron los cuchillos de la cocina y los palos de las escobas. Salieron por la parte delantera de mi vivienda. Brincan por esa garita. Era un grupo de 10 chicos, brincaron a mi casa y salieron por la parte delantera. Había motos que los esperaban”.
“Constantemente se están escapando los menores de la correccional. A nosotros, a mí esposa y a mí nos tocó tocó esconder a dos muchachos porque nos amenazaron”, dijo un vecinos.
centro el buen pastor frente a lasfarc nosotrs constantemente estamos pendientes del asuntoconsumo desustancia alteraciones decnducta por abstinencia
¿Qué dicen en el ICBF?
La directora encargada del ICBF, Janet Quiñones, dijo sobre las fugas en el centro correccional: “Nosotros constantemente estamos pendientes del asunto. Los jóvenes que se encuentran en el sistema de responsabilidad penal son enviados por los jueces. Son jóvenes en situación de calle que cometen infracciones de la ley y reciben sanciones y las tienen que cumplir en un centro cerrado”.
Dijo que hay menores que están sido consumidores de sustancias psicoactivas que al estar bajo abstinencia se vuelven violentos, sostienen riñas entre ellos y quieren fugarse.
Explicó que en el sistema de responsabilidad social participan diversas instituciones del Estado, entre ellos, el ICBF. Señaló que han venido desplegando acciones, incluyendo el cambio de operador a partir del pasado 15 de agosto.
Suele pasar que con cada cambio de operador hay situaciones adversas, pero que se están trabajando.
Indicó que entre el primero de julio y el 18 de septiembre se han fugado 14 jóvenes del centro El Buen Pastor.
CAROLINA BOHÓRQUEZ
Corresponsal de EL TIEMPO
Cali