El inesperado desalojo del expresidente Hu Jintao del XX Congreso Nacional del Partido Comunista de China (PCCh), que fue considerado por analistas occidentales como una inusual purga en vivo en medio de la consolidación en el poder y la consagración para la historia del mandatario Xi Jinping, marcó la clausura del cónclave y selló lo que se considera el simbólico fin de una era y el debut de otra.
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Hacia las 11:30 de la mañana, cientos de periodistas de medios de comunicación locales y extranjeros —incluido EL TIEMPO— ingresaron al segundo piso del auditorio principal, donde se destinó la zona de prensa para la reunión máxima del congreso que se realizó en la capital china desde el domingo pasado.
Minutos después, una escena captó la atención de varios en el lugar. En la mesa central, una larga y horizontal, la del Buró Político, estaba el presidente Xi Jinping en el centro; a su derecha, el saliente premier Li Keqiang, y a su izquierda, el expresidente y antecesor de Xi, Hu Jintao.
Un hombre se le acercó a este último y le dijo unas palabras al oído. Luego lo intentó tomar del brazo derecho y de las axilas para hacerlo ponerse de pie. El exmandatario apoyó sus manos sobre la mesa e intentó tomar unas hojas blancas sobre una carpeta roja que tenía el presidente Xi, en un claro gesto de resistencia ante el vergonzoso pedido.
🇨🇳 | El expresidente Hu Jintao, de 79 años, que comandó el país en la década previa a Xi, ha sido visiblemente forzado a abandonar el escenario, a pesar de oponer resistencia. Las autoridades no han dan explicaciones y podría deberse a una purga.pic.twitter.com/iuMvvBsEDc
— Alerta News 24 (@AlertaNews24) October 22, 2022
A la izquierda de Hu estaba Li Zhanshu, quien es el presidente de la Asamblea Nacional Popular —el Parlamento de China—. Se mostró sorprendido aparentemente y tomó la carpeta roja de Hu y se la pasó al hombre que seguía insistiendo para que el ex jefe de Estado se retirara.
En un video de AFP, conocido minutos después, se ve cómo los otros altos miembros Li Zhanshu y Wang Huning intentan decir algunas palabras y se muestran sorprendidos por lo que sucede. En ese instante, llegó otro hombre y Hu Jintao se puso de pie. Le intentó decir algo al presidente Xi, quien le respondió, y le tocó el hombro izquierdo al saliente premier Li Keqiang, de quien es cercano. Desde ese momento, la silla quedó vacía.
Una secuencia de fotos publicada por el portal español ABC revela algo que habría sucedido antes del forcejeo: Hu toca una carpeta con documentos. Al instante, el presidente Xi llama a un asistente y le dice algo. Después aparece el hombre que se acercó al exmandatario chino.
Cuando no se estaba sintiendo bien durante la sesión, miembros de su equipo, por su salud, lo acompañaron a un cuarto cerca del lugar para que descansara. Ahora, se siente mejor
Poco después, la agencia oficial del Gobierno, Xinhua, publicó dos trinos para explicar lo sucedido. Dijo que uno de sus reporteros había confirmado que la razón de la salida de Hu había sido por temas de salud.
“Insistió en asistir a la ceremonia de cierre del XX Congreso del PCCh, pese a que se estaba recuperando de forma reciente. Cuando no se estaba sintiendo bien durante la sesión, miembros de su equipo, por su salud, lo acompañaron a un cuarto cerca del lugar para que descansara. Ahora, se siente mejor”, señalaron.
Hu Jintao, de 79 años, estuvo presente en la apertura del congreso el domingo pasado. Fue presidente de la República Popular de China entre 2003 y 2013, y secretario general del PCCh, entre 2002 y 2012.
“Había dentro del partido una falta de entendimiento claro, falta de medidas efectivas y una tendencia a la debilidad. La burocracia, el hedonismo y la extravagancia persistían”.
En su momento se le consideró un reformista, y, de hecho, en su discurso de inauguración del cónclave, Xi dibujó una dura crítica al periodo de su antecesor: “Había dentro del partido una falta de entendimiento claro, falta de medidas efectivas y una tendencia a la debilidad. La burocracia, el hedonismo y la extravagancia persistían en muchos lugares y departamentos”.
A lo que añadió: “Se encontraron casos chocantes de corrupción (…) el crecimiento no estaba equilibrado ni era sostenible ni coordinado (…) algunas personas ni siquiera tenían fe en el sistema socialista”.
El Congreso del Partido Comunista se celebra cada cinco años. Para la edición de este año, unos 2.296 delegados llegaron a la capital china para deliberar sobre su organización interna y otros temas. Entre las conclusiones más importantes está la conformación del nuevo Comité Central con 205 miembros y 171 miembros suplentes, y la nueva Comisión Disciplinaria, con 131 miembros.
El respaldo del partido fue unánime al “rol central” de Xi. Los cerca de 97 millones de miembros del partido deberán “defender el rol central del camarada Xi Jinping en el seno del Comité Central del Partido y del Partido en su conjunto”.

El cierre del Congreso del PCCh con la silla de Hu Jintao ya vacía.
Xi Jinping debe ser reelegido como secretario general del PCCh después de la primera reunión del renovado Comité Central. Este nombramiento será el preludio de un inédito tercer mandato para Xi como presidente durante la reunión anual de la Asamblea Popular Nacional el próximo marzo.
Por lo pronto, Xi, su pensamiento y su figura se elevan al nivel del legendario Mao Zedong, en una coyuntura bien especial por la desaceleración que está sufriendo la economía por los constantes confinamientos por el covid-19 y por un ambiente de creciente tensión con Occidente.
DAVID ALEJANDRO LÓPEZ BERMÚDEZ*
Enviado especial de EL TIEMPO
Pekín (China)
En redes: @lopez03david
* Por invitación de la embajada de China en Colombia