El expresidente Iván Duque habla sobre la situación de las Fuerzas Armadas. Critica las purgas, el manejo de su operatividad y asegura que el Gobierno las tiene bajo una gran confusión. También habla sobre los posibles escenarios de las elecciones venezolanas del próximo domingo.
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El sábado se instaló nuevamente el Congreso y estamos a días de que el presidente Petro arranque su tercer año, con varias incertidumbres: el poder constituyente, el ‘fast track’, la agitación que anda aclimatando en las universidades, la corrupción, pero una preocupación muy grande es la de la situación de las fuerzas del orden. Primero las desmanteló y ahora las tiene maniatadas con ceses del fuego no correspondidos. Hasta se quedó sentado en una ceremonia de ascenso como en un acto de desprecio, pero eso sí, el 20 de julio los sacó a desfilar, como circo del pueblo, en el que se hizo presente tres horas tarde. Vergonzoso.
En primer lugar, ha sido desastroso el mensaje que se ha dado al interior de las fuerzas. El haber llegado a adelantar una purga, partiendo de la base que los generales tienen filiaciones o simpatías políticas, fue un error tremendo. Salieron más de 60 generales y eso fue un golpe muy duro, no solamente en términos anímicos y de generación de confianza, sino porque salieron las personas con mayor experiencia operacional. La demostración clara del error es que, por ejemplo, el actual comandante del Ejército tuvo que ser llamado nuevamente al servicio, después de haber salido en una de esas primeras purgas.
Y al interior hay mucha desorientación…
Sí, la hay. El Presidente no puede delegar la gestión de la seguridad; puede delegar el manejo administrativo en el Ministerio de Defensa, pero él tiene que ejercer su labor de comandante en Jefe de las Fuerzas Militares, labor que no se ha cumplido. Y el hecho de darles tantas contemplaciones a los terroristas a través de ceses del fuego, de nombrarlos gestores de paz y de empezar a fijar en el territorio nacional unas zonas de no agresión, les ha permitido a los delincuentes ganar ventaja y en las fuerzas militares ha generado la confusión de no saber dónde actuar.
¿Y qué opina de la paz total?
El Gobierno se inventó ese concepto de la ‘paz total’, que no es otra cosa que tratar de meter en la misma bolsa a todos los grupos armados ilegales, al narcotráfico, y a cualquier forma de terrorismo, y empezar a establecer, entre comillas, “diálogos” de manera separada. Y fuera de eso, ofreciendo beneficios y eso exacerbó su capacidad de amenaza, sumado a que la erradicación manual en Colombia fue prácticamente desmantelada.
Los grupos armados ilegales han ido aumentando su presencia en el territorio, lo que les está permitiendo amenazar y cooptar a la población civil y muchas veces utilizarla para prácticamente intimidar a la Fuerza Pública,
Está en el punto más bajo, ¿no?
Que se haya visto en décadas. Y fuera de eso, a la Fuerza Pública se le ha limitado su capacidad ofensiva y operacional, no solamente porque hoy, por ejemplo, no se pueden emplear bombardeos estratégicos, sino también porque la plata que se debe invertir para desarrollar capacidad de transporte helicoportado, desplazamiento de tropa en el territorio y dotación de las fuerzas especiales para asestar golpes contra las estructuras de lo que se llaman objetivos de alto valor, prácticamente es irrisoria, por no decir inexistente.
Nos hemos visto en situaciones en las que la propia población rechaza la presencia del Ejército o hasta, manipulada por los grupos criminales, captura a los soldados. El Gobierno luego negocia para que salgan con el rabo entre las piernas. Y así, poquito a poco, se han ido tomando el territorio nacional…
Además, ha quedado en evidencia en estos dos años, lo que se confabuló en el denominado ‘pacto de La Picota’, que era una alianza con grupos armados ilegales, para ganar las elecciones del 2022. Eso, tal cual se denunció, está ocurriendo. Si uno se da cuenta, el desmantelamiento, la erradicación manual, la disminución de la capacidad ofensiva, la purga, el fijar ceses de fuego bilaterales, reducir la capacidad ofensiva, etcétera, etcétera, todo parecería que fuera para materializar ese ‘pacto de La Picota’. Mientras, los grupos armados ilegales han ido aumentando su presencia en el territorio, lo que les está permitiendo amenazar y cooptar a la población civil y muchas veces utilizarla para prácticamente intimidar a la Fuerza Pública, o llevarla a que cometa algún acto de violencia desproporcionada, que la coloque en situación de ser judicializada.
Pero no solamente eso, Presidente. La semana pasada se evidenció una división dentro del Gobierno, dividido entre los que sí querían prorrogar el cese del fuego bilateral y los que no. El Presidente apoyó a los primeros. Es que, cómo así, el señor ‘Iván Mordisco’, ha amenazado a Cali con hacer invivible la próxima COP16. Y nosotros insistiendo en ceses del fuego bilaterales…
Nunca he sido amigo de los ceses del fuego bilaterales, porque en nuestra Constitución está claro que la Fuerza Pública debe proteger la vida, honra, bienes, derechos y libertades de los ciudadanos en todo momento y lugar, y esa función constitucional nunca puede pararse. Los que tienen la obligación de suspender sus actividades criminales son los grupos armados que quieran someterse a la justicia. Y como se ha venido ofreciendo ese cese bilateral, se está aprovechado para que estos grupos se rearmen, hagan mayor presencia territorial. Se comete un gran error. Pero a mí me preocupa también, María Isabel, el desmantelamiento de la inteligencia.
El expresidente Iván Duque Márquez.
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Sobre eso estaba a punto de preguntarle…
Es que se ha ido centralizando toda la inteligencia en la Dirección Nacional de Inteligencia, pero es muy importante que el Ejército mantenga su inteligencia, la Policía, la Armada y la Fuerza Aérea las suyas, y que después hagan ejercicios de consolidación. Pero haber pasado toda la función estratégica de inteligencia a la DNI, no solamente debilita la Fuerza Pública, sino que abre un camino muy oscuro sobre el uso que se le da a esa misma inteligencia.
Lo mínimo que se dice y se sospecha es que se ha convertido en una inteligencia política que nutre al Gobierno espiando a la oposición, a magistrados, a periodistas, a gremios…
En voz baja se dice hasta que se está utilizando a la Unidad de Información y Análisis Financiero (Uiaf), a la Dian, a la UNP, para que hagan inteligencia contra los enemigos del Gobierno. Eso es muy grave y debe ser aclarado. Y lo que eran rumores pasó a ser una preocupación latente, por las denuncias públicas de algunos magistrados de la Corte Constitucional, que muestran la gravedad de esos usos indebidos de la inteligencia.
Compararlos con la Selección Colombia no solamente es ofensivo sino que también evidencia la intención constante del Gobierno de cambiar las cosas con narrativas.
Si un presidente se atreve a comparar a las primeras líneas, que fueron tan violentas, con la Selección Colombia, pues es evidente que esas primeras líneas van a tener abiertas las puertas en estos dos años que quedan de Gobierno…
Hay una actitud del Gobierno que es delirantemente cósmica y que trata de cambiar las proporciones y las evidencias de las cosas. La primera línea es un grupo terrorista, es un grupo criminal que atentó contra la infraestructura de nuestro país, contra el transporte público, que incendió sus estaciones, que intimidó a la ciudadanía; buscó bloquear el suministro de vacunas en medio de una pandemia. Ahora el Presidente está tratando de elevarlos a la categoría de héroes, porque le servían en ese momento a la causa que él emprendió de incendiar el país con fines electorales o electoreros. Pero claramente la justicia no solamente recogió muy buena evidencia, sino que además los jueces de la República fueron los que, luego de valorarla, mantuvieron sus dictámenes de llamar a estos señores como lo que son: criminales. Compararlos con la Selección Colombia no solamente es ofensivo sino que también evidencia la intención constante del Gobierno de cambiar las cosas con narrativas. Ahora a los terroristas los llaman revolucionarios, a los criminales de lesa humanidad les dan toda suerte de gabelas y salen a hacer uso de la libertad, mientras injustamente se persigue a personas que le han servido de manera denodada a Colombia.
Aunque siendo francos, por el comportamiento de algunos hinchas en Miami, en la final de la Copa América, sí parecían sacados o educados por las primeras líneas, ¿no?
Fue vergonzoso la verdad y le hace daño también a la imagen de nuestro país. Ojalá toda la evidencia de las cámaras y demás permita que algunos de esos vándalos puedan ser llevados a la justicia en los Estados Unidos. Eso obviamente a todos los colombianos nos duele. Pero también tenemos que ser muy claros y muy precisos en que la intención que tiene el Gobierno de reivindicar a las primeras líneas bajo la figura del heroísmo no la podemos permitir, porque significaría apoyar el uso de la fuerza para presionar a las instituciones de cara a las elecciones del 2026.
¿Cómo ve usted el próximo Congreso?
Creo que esta tercera legislatura va a estar marcada por una presión para sacar adelante reformas ideologizadas, nocivas para el país, como la laboral, hecha para satisfacer a la élite sindical y no para la generación constante de empleos formales, especialmente para los jóvenes. Vemos también el deseo de ideologizar la educación, los servicios públicos, la regulación de las tarifas de energía, etcétera. Y vemos también lo que va a ser una legislatura de alguna manera truculenta, porque van a tratar de presionar al Congreso para que sucumba ante la amenaza de una constituyente espuria, sin cumplir con los requisitos constitucionales. Pero esperamos que tanto el Congreso como las cortes ejerzan su responsabilidad histórica, defiendan su independencia y eviten que se dé este golpe a la institucionalidad que pretende dar Gustavo Petro.
Instalación del Congreso 20 julio del 2024.
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De Colombia vámonos para Venezuela, porque se ve muy complicada la situación electoral. Las detenciones y secuestros de opositores siguen imparables. Las encuestas señalan como favorito por un muy amplio margen sobre Maduro a Edmundo González, de la mano de la valiente María Corina Machado. Pero el presidente Maduro ha dicho que si no lo eligen a él, va a haber un baño de sangre en el país…
En Venezuela solamente hay dos caminos: el triunfo de la resistencia democrática, hoy incontrovertible al ver el fervor popular en contra de la dictadura y a favor del restablecimiento de la democracia; o el robo flagrante y violento de las elecciones por parte de la dictadura, que expondría internacionalmente al régimen de Maduro quizás al mayor número de sanciones y aislamiento que haya podido ver. Y lo preocupante es que la amenaza del baño de sangre busca justamente que las personas que hoy han manifestado esa intención incontrovertible de salir a las urnas empiecen a dudar. Eso, a todas luces, constituye un delito, porque es la intimidación del ciudadano de ejercer su libertad.
Y, finalmente, presidente, cuando lo llamé estaba en las selvas de Guyana. Me contó que con ese tema va a grabar documental para la National Geographic. Cuénteme sobre eso…
Trabajamos en lo que es la Iniciativa Concordia por la Amazonía, que pretende, con los gobiernos de los países amazónicos, que ampliemos las áreas protegidas. Queremos también desarrollar estrategias de conservación. Y fue muy importante que en Guyana lográramos, de la mano con el presidente Irfaan Ali, que su país se comprometiera a duplicar las áreas protegidas en los próximos 18 meses, fundamental para la preservación del bioma amazónico. Por otro lado, estamos trabajando con varias productoras cinematográficas para mostrar lo que fue la expansión del área protegida marina entre Colombia, Ecuador, Costa Rica y Panamá, que se convirtió en la más grande del mundo. Queremos que más países se sumen y que logremos que la mayoría de países que tienen costas se comprometan a que, antes del 2030, deben tener más del 30 % de sus aguas territoriales declaradas como áreas protegidas, para proteger la vida marina, la biodiversidad, y también reducir la presión que tiene sobre la generación de gases de efecto invernadero la destrucción de los arrecifes coralinos. Esas son las causas en las que estoy trabajando intensamente.
Mejor dicho, lo veo muy ocupado…
Eso sí le toca a uno, como me dijo un día Enrique Iglesias, el expresidente del BID: para mantenerse joven hay que tener más proyectos que recuerdos…
MARÍA ISABEL RUEDA
Especial para EL TIEMPO