El ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, habló con EL TIEMPO a propósito de sus primeros 100 días en el gobierno del presidente Gustavo Petro. Aseguró que se debe insistir en el acuerdo nacional y destacó el avance de la agenda legislativa, donde se destaca la aprobación de la reforma laboral en su segundo de cuatro debates. “Un acuerdo nacional no se va a construir de la noche a la mañana, tenemos que insistir”, señaló.
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Hace unos días cumplió 100 días como ministro del Interior, ¿cuál es el balance hasta el momento?
Creo que se ha podido cumplir con la agenda de trabajo, que es lo fundamental. Desde el primer día señalamos con claridad la hoja de ruta de este Ministerio del Interior, construida con las instrucciones del señor Presidente de la República en las conversaciones que tuve antes de asumir. Todo va avanzando en la línea de lo que habíamos definido. Estamos trabajando en una agenda legislativa lo más concertada posible, tratando de consolidar unas reformas que sean sostenibles y duraderas en el tiempo. En segundo lugar, el compromiso fundamental de la aceleración de la implementación del acuerdo de paz. Llegamos esta semana de Nueva York, junto con el canciller Murillo estuvimos ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas exponiendo el plan de choque y la respuesta fue muy positiva. Y en tercer lugar, está la tarea del acuerdo nacional. en la cual llevamos ya un tiempo, aunque tuvimos el tropiezo de las decisiones del Consejo Nacional Electoral que han generado toda una controversia en el país.
Usted pone un tema muy importante y es el acuerdo nacional. Hace tres semanas formularon sus cinco puntos básicos, pero al mismo tiempo se siente que desde la Casa de Nariño van en contravía a su propuesta ¿qué ha pasado?
No, es que la oposición venga de la Casa de Nariño. Es la realidad nacional. Estamos polarizados, estamos radicalizados, el debate se ha vuelto difícil en Colombia. Hablar y escucharnos se ha vuelto difícil. Un acuerdo nacional no se va a construir de la noche a la mañana, tenemos que insistir en esos cinco puntos. Esto es de paciencia y persistencia. Miren que desde que se lanzó la idea del acuerdo nacional, las encuestas demuestran que el clima de optimismo en el país ha mejorado. Los colombianos debemos entender que podemos seguir debatiendo democracia, podemos seguir defendiendo con vehemencia incluso las ideas, pero que debemos ser capaces de encontrar unos puntos de consenso. Ya se han dado algunos: como el pacto por el crédito, que lidera Laura Sarabia y el ministro de Hacienda, hay acuerdos de tierras con indígenas y campesinos, estamos recuperando el control territorial en el Plateado y estamos generando consensos en el tema de seguridad.
Ya hay un documento del acuerdo nacional, pero no se ha visto a muchos partidos decir que se adhieren. ¿Qué es lo que va a pasar como tal con el acuerdo?
No se trata de que adhieran los partidos, se trata de escuchar sus opiniones. Ha habido una agenda muy intensa, entonces no ha habido tiempo suficiente para abordar estrictamente el acuerdo. Sin embargo, ha habido fuerzas políticas, no solamente del gobierno, partidos independientes, liberales, miembros de la U, que recibieron con beneplácito el acuerdo. También se ha dialogado con los gremios. Esto requiere tiempo. Y lo que va a pasar es, lo que dijimos desde un comienzo, una construcción permanente de un clima de diálogo y de tolerancia. Se construirá una garantía de estabilidad en el país y se hará un trabajo conjunto por recuperar una tranquilidad institucional. Aquí no se trata de un hito. Lo dijimos desde el primer día: no vamos a tener un acto en la Casa de Nariño en el que unos próceres de la patria estén firmando un papel. Eso no es un acuerdo nacional, y mucho menos es un acuerdo desde los territorios.
Usted habla de los cinco principios que ya formularon del acuerdo nacional, y que incluye respeto por las actuales reglas de juego ¿Qué pasará con esos puntos si no hay una buena respuesta desde los partidos? ¿Los cumplirá de todas maneras el Gobierno?
Esos puntos son una expresión de voluntad del gobierno y al mismo tiempo generan un marco de discusión, que es lo que queríamos. Igualmente estamos escuchando ideas. Por ejemplo, el Partido Conservador nos dijo que es muy importante trabajar el tema de seguridad. Tenemos pendiente una reunión con ellos para a ver qué ideas tienen sobre el tema. En los temas económicos hay diálogo permanente con los gremios para la reactivación de la economía y para el crédito barato. En la implementación de los PDET están trabajando mucha gente del sector privado, los gobernadores, los alcaldes. Es una voluntad del gobierno de construir colectivamente para la implementación y las garantías de unas elecciones libres. Yo creo que los resultados están a la vista, no en la firma de un papel.
En ese gran acuerdo usted hace unas propuestas que parecen contrarias a lo que plantea el presidente Petro. ¿Qué decirle a esa población que ve dobles mensajes?
No insistan en ponernos en posiciones distintas. Hasta aquí no hubiéramos llegado en el acuerdo nacional si no es por instrucciones del Presidente de la República. Estamos en esta tarea desde el 20 de julio. Esto no es nuevo. Obviamente en el camino surgen inconvenientes y surgen tropiezos. Por ejemplo, no se le puede pedir al gobierno que renuncie a su derecho a defenderse frente a acusaciones muy graves y exageradas. Esa defensa es natural y la han hecho todos los gobiernos. Obviamente en la medida en que avance este nuevo clima de acuerdo vamos a poder desactivar el lenguaje.
¿Les va a costar en esta consolidación del acuerdo el tema del CNE?
Ya lo había dicho anteriormente, decir que eso no afectó durante unos días el clima del acuerdo nacional es tapar el sol con una mano. Creo que las aguas están volviendo a su cauce. Hay que dejar que la investigación avance y se están recurriendo a las instancias legales a las que se tiene derecho. Hay que exigirle al Consejo Nacional Electoral que se garantice el debido proceso y el derecho a la defensa del Presidente. Es lo mínimo. Yo sigo creyendo que el CNE se equivocó, que se excedió en su competencia. Tiene toda la facultad y la competencia para investigar la campaña del Presidente, pero ninguna para investigar la conducta del mandatario con respecto a la campaña. El fuero es integral.
El presidente habló de golpe de Estado y eso terminó cayendo muy mal pues el gran acuerdo habla de respetar las institucionales. ¿Cómo tomar esa posición? ¿Usted también cree que se está ante un golpe de Estado?
Pues el presidente ha tenido antecedentes en su vida pública que lo llevan a tener una preocupación válida cuando se exceden las competencias que están señaladas en la Constitución. Fue el caso de la Procuraduría General de la Nación y las actuaciones en su contra cuando fue alcalde de Bogotá. Él tiene derecho a expresar legítimamente esas preocupaciones, independientemente de las interpretaciones que se hagan de esas decisiones. Yo lo que creo es que todos en Colombia debemos comprometernos en la defensa de la democracia, en la defensa de los mandatos populares y en la defensa de la institucionalidad.
Cambiando de tema, usted acaba de llegar de Nueva York pues estaba exponiendo el plan de choque para la implementación, ¿cómo les fue? ¿Qué recepción tuvo?
Nos fue mucho mejor de lo que esperábamos. El proceso de paz con las Farc tiene un respaldo internacional muy grande. Se reconoce la tenacidad de Colombia de estar buscando permanentemente la paz a pesar de las dificultades y se recibió muy bien este plan de acción concreta para implementar el acuerdo. Yo creo que a partir de la sesión de este Consejo de Seguridad vamos tener unos indicadores de gestión, una evaluación de lo que vamos avanzando frente a los seis puntos que se plantearon en el plan de acción de choque. Hay un gran compromiso de la comunidad internacional, tanto político como económico.
Para que la gente entienda mejor los seis puntos del documento que expuso ante el Consejo de Seguridad. ¿Qué es lo que viene con este plan?
La suscripción de unos pactos territoriales, que van a priorizar unas obras de inversión que realmente impacten los territorios y transformen las condiciones de vida. También viene el avance en materia de recuperación de seguridad para líderes sociales y para los excombatientes de las Farc. Necesitamos que haya unas condiciones de seguridad mayores que disminuyan el temor y el miedo que están sintiendo muchas comunidades en esas zonas por la persistencia de la violencia.
Hablando de ese tema de seguridad, ¿cómo va a ser esa traducción en los territorios, pues las zonas PDET son las mismas que están sufriendo el resurgir de la violencia?
Son las zonas históricamente afectadas por el conflicto, en las que se recicla la violencia siempre, desde hace 50 años, y que precisamente tenemos que transformar. Por eso es esa apuesta del acuerdo nacional para que incorporemos en lo pactado la transformación de esos territorios. Colombia nunca va a estar tranquila o en paz si no transformamos esas economías y no hacemos que el Estado tenga presencia. No podemos seguir pensando que vamos a estar tranquilos mientras crece la brecha entre el desarrollo de las cinco principales capitales del país y esos territorios azotados por la violencia. Las cifras del Banco Mundial demuestran que somos el tercer país más desigual del mundo y no podemos seguir pensando que eso es sostenible en el tiempo.
El tema legislativo es una de las principales tareas de su Ministerio, ¿está pudiendo conciliar esta labor con el tema de la implementación? Ya hay quejas desde el Pacto Histórico porque dicen que la agenda está un poco quedada…
¿Quedada en qué sentido? Yo creo que vamos avanzando muy bien. Primero, hay una agenda legislativa que viene de atrás y que no depende solo del Ministerio del Interior, que depende de los ministros que tienen sus respectivas reformas. Hemos venido acompañando. Y vuelvo e insisto, del afán no queda sino el cansancio. No se puede pretender atropellar y sacar las reformas a las malas. Ellos deben entender que no tienen mayorías absolutas. Hay que entender cuál es el Congreso que tenemos hoy: muchas bancadas y diversidad. Es un Congreso con en el cual hay que concertar. Y yo creo que hemos hecho una tarea excepcional en estos dos meses en ese sentido. Como ejemplo están la mesa técnica de salud y la concertación de la jurisdicción agraria. Tanto así que vamos a discutir esos proyectos. La agenda va avanzando a buen ritmo, sin prisa pero sin pausa y tratando de hacer la mayor concertación posible. Aquí el gobierno no quiere imponer ninguna mayoría a la fuerza para sacar adelante unas iniciativas. Reformas tan importantes como las reformas de la salud, la labora y la jurisdicción agraria no pueden ser el fruto simplemente de una bandera electoral de un gobierno sino un fruto colectivo del Congreso.
Hablando de esa reforma laboral, ha sido un logro ya sacarla de Cámara, pero se le quitaron muchos elementos en esa plenaria. Incluso el presidente expresó su molestia porque se eliminaron los contratos agrarios…
Esa es la democracia, ningún proyecto de un gobierno sale como entra. No sé cuál es la sorpresa. Se perdió el contrato agrícola pero hay muchos otros temas que se concertaron. Y yo podría decir hoy que sale una reforma laboral mucho más concertada y con más apoyo en el país, que es fundamental.
Pero, ¿eso que pasó en Cámara no demuestra que la tijera será peor en Senado, un lugar menos favorable al Ejecutivo?
El trabajo en Senado viene bien, se ha avanzado en el diálogo con los sectores y, en la medida en que nos vayamos escuchando y hablando, yo sé que se va a seguir avanzando. Confío en el criterio de los senadores. La reforma laboral hoy es imparable en Colombia. Y va a garantizar algo que es fundamental, que es devolverle a los trabajadores los derechos que hace 20 años se les quitaron y vamos avanzando en esa dirección.
Usted fijó un plazo para tramitar tanto laboral y salud hasta diciembre ¿Todavía estamos a tiempo para cumplir ese cronograma?
Tenemos tiempo suficiente para hacerlo, en la medida en que los debates van adquiriendo madurez, se van generando consensos y eso va facilitando avanzar más rápidamente en los trámites.
La oposición sigue diciendo que la reforma de la salud no ha sido conciliado y a eso se les ha sumado unos independientes que dicen que no los escucha. ¿Qué responderles?
No pueden decir eso cuando a los que más se les ha dado voz son a los del sector de la salud. Lo digo con toda sinceridad, el que salga y diga que no ha habido concertación y que el gobierno no ha escuchado, ya simplemente quiere molestar. No ha habido una reforma más discutida, lleva dos años. Además, miren los cambios que se están haciendo, Se está celebrando hasta una mesa técnica en la que los actores del sistema ya les plantearon a los ponentes unos cambios que se están estudiando. El que diga que no está siendo escuchado es porque se quedó con el disco rayado. Es un discurso de oposición que es válido, pero que no corresponde a la realidad.
O sea, no se cumple lo que dijo Guillermo Alfonso Jaramillo, que dijo en la radicación que era la misma propuesta de la exministra Corcho…
Salta a la vista que no es el mismo texto. Lo que hay es una mal interpretación de sus palabras en el sentido de que era una reforma a la salud, pero no es el mismo texto que se presentó en 2023. La mejor prueba es que ahora estamos concentrados es en debatir un texto de 49 artículos y se están abriendo los espacios para modificar aún más las cosas. Eso sí, yo cada vez que hablo más con actores del sistema me dicen: ‘hay que sacar la ley ya, es urgente, es urgente sacar la ley porque no podemos seguir en esta inestabilidad’.
Su gran bandera histórica ha sido la reforma política. ¿Cómo va ese tema? ¿Qué ha pasado?
Está comenzando el trámite y son ocho debates. Yo creo que la reforma aborda el tema estructural del mal funcionamiento del sistema político en Colombia que ha llevado a una ineficacia del Estado y que no podamos combatir la corrupción en el país. Este proyecto ataca esos factores fundamentales. El Congreso tiene que ser consciente de que no puede seguir dilatando el cambio de un sistema político que hoy no genera credibilidad y confianza en la ciudadanía. El propósito es recuperar la altura y recuperar la legitimidad de la política. Lo que esperamos es darle la primera vuelta de aquí a diciembre y que en enero y febrero, como parte del acuerdo nacional, hagamos una gran convocatoria a todos los partidos para que miremos qué es lo que se tiene que modificar. Hay gente que se resiste al cambio, pero debemos avanzar, así sea ir cambiando de forma gradual este sistema político.
¿Ve este Congreso renunciando a una lista abierta que le ha sido tan favorable?
Ya llevamos 22 años de lista abierta y varios intentos de reforma fallidos, yo mismo he sido protagonista de algunos de ellos. Creo que sería un suicidio del Congreso no entender lo que está pensando hoy la población colombiana del sistema político. El fortalecimiento de los partidos pasa necesariamente por una lista cerrada con democracia interna y con paridad de género. Y eso yo creo que es una apuesta en la que debemos construir consensos.
Una de las premisas de su proyecto es eliminar el origen político del CNE, pero ya en la ponencia de primer debate se vuelve a reinstalar la elección de los magistrados por parte del Congreso. ¿Qué va a hacer?
Seguiremos dialogando. Hay que insistir en quitar el origen político del CNE. Entiendo la reacción inicial del Congreso, pues también se ha visto que las funciones electorales le han hecho daño a las Cortes, las han politizado. Pero, es que la autoridad electoral elegida por el Congreso crea una institución que no tiene independencia y autonomía de los propios partidos. Toca ver cómo tener una fórmula que solucione este dilema.
Usted apenas lleva tres meses en el Gobierno, pero uno ve que al interior del gabinete se ha encontrado cierta estabilidad. ¿Qué es lo que está pasando?
Lo que he encontrado es unos compañeros de gabinete excepcionales y una gente muy bien intencionada que tiene un compromiso con la transformación del país. Estoy seguro que el balance final del gobierno Petro es que se darán los debates trascendentales que el país necesita y se lograrán unos importantes nuevos liderazgos. El saldo democrático de estos cuatro años serán muy positivos. Por eso debemos pensarnos como sociedad mucho más del 2026 y abordar esos temas que serán urgente como el de seguridad, el déficit fiscal y más. Por eso necesitamos esos grandes acuerdos. Hablan de un tema de tranquilidad, pero yo digo es que tenemos un gabinete concentrado en solucionar los problemas del país.
¿Estamos entonces ante el gabinete con el que se terminará este gobierno?
No lo sé, eso solo lo sabe el Presidente.
¿Cómo está su relación con el presidente Petro, al inicio se vio una mayor interlocución que ahora?
No he perdido ningún contacto. No sé quién pueda decir que nos hemos alejado cuando hay un trabajo permanente con el Presidente y una sintonía alrededor de los grandes temas que nos pusimos desde el comienzo. Eso sí, él tiene otras agendas y temas de los que soy respetuoso.
JUAN SEBASTIÁN LOMBO DELGADO
Periodista de Política