Junior ganó por poquito, pero ganó. Logró resolver un partido complicado contra Millonarios en Barranquilla, se impuso apenas 1-0, pero ese gol le dio algo de tranquilidad en el partido de ida de la Superliga. Con esa pequeña ventaja llegará a El Campìn, donde el próximo miércoles Millonarios intentará sacar su casta de local en busca del primer título del año.
Fue un partido muy parejo, muy equilibrado, con dos equipos que demostraron que la temporada recién arranca, que les falta rodaje tras la pretemporada. Con un Junior que busca acoplar sus nuevas fichas, y con un Millonarios que si bien tiene su equipo base, se mostró lejos del nivel que se le conoce.
El primer tiempo fue una disputa de muchas precauciones. Ninguno de los dos quería descuidarse, no querían regalar nada, no darle oportunidad a su rival.
Junior mostró algunas pinceladas de lo que quiere luego de ser campeón del último campeonato. Ahora con Víctor Cantillo y Yimmi Chara que como grandes refuerzos empiezan a insertarse en el esquema del equipo.

FOTOS JAIRO RENDÓN/AGENCIA KRONOS
Pero el primer tiempo se pasó sin alegrías, sin emociones, sin angustias. Fueron 45 minutos de demasiado estudio, sin acercamientos a los arcos.
El segundo tiempo fue otra cosa, fue más parecido a una final como la que se estaba jugando. Junior salió a la cancha con mayor decisión, con mayor claridad, con las piezas aceitadas. Fue entonces cuando empezaron a presentarse las primeras llegadas de peligro y las primeras intervenciones del arquero Álvaro Montero, como un remate que le sacó a Caicedo cuando la afición costeña ya gritaba el primer gol del partido.
Millonarios, que perdió por lesión a Luis Paredes, se fue quedando sin luces, sin claridad. La pelota poco le llegó a Leonardo Castro, sobre todo cuando abandonó la cancha Mackalister Silva.
Con el pasar de los minutos Junior se adueñó de las acciones, tejiendo, buscando, creando, en una búsqueda constante de Carlos Bacca, para que definiera.
Hasta que llegó la acción trascendental del partido, una jugada veloz, Pacheco entró al área, Quiñones no lo vio, no se percató de su aparición, lo derribó sin darse cuenta y de inmediato el árbitro Diego Ruiz decretó el penalti, cuando iban 73 minutos.
Bacca, el goleador, el artillero, el referente de Junior tomó la pelota entre sus manos, con su serenidad de goleador, acomodó el balón, miró a Montero, miró el arco , tomó carrera y acomodó la pelota a un costado, engañando al portero, y desató la euforia barranquillera con el grito de gol, el 1-0.
Junior lo merecía, Junior era el dueño de la pelota y las acciones, Junior se acercaba y ese gol, independientemente de las dudas en el penalti, fue justo ante un Millonarios que no despertaba en esa segunda parte.
Junior se animó, se llenó de aire, lanzó sus nuevos ataques, y muy rápido tuvo otro conato de festejo, esta vez por una mano en el área de Arias. Pero antes de la ejecución, el árbitro revisó el VAR y se percató de que no era mano sancionable. El partido siguió igual.
Millonarios al fin reaccionó, ya con el debut del atacante Santiago Giordana, lanzó sus jugadas ofensivas y en una de esas Leo Castro por poco anota el gol del empate. No se le dio. Luego Giordana remató y salvó el portero. Y eso fue todo. Millonarios perdió el juego de ida, pero quedó con mucha vida para el partido de vuelta.
PABLO ROMERO
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