Las estafas del Soat, nadie está asegurado

En el ir y venir de este espacio de análisis ya estamos armando una verdadera galería, un muro de la infamia, de estafas, robos y delitos que ocurren por miles sin que ninguna autoridad, legislativa, ejecutiva, judicial, haya decidido meterse de lleno a buscar consensos y soluciones para proteger a millones de colombianos víctimas.

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De las estafas y extorsiones por WhatsApp, los ‘negocios milagrosos’ de inversiones que abunda en Facebook como publicidad, el reclutamiento de niños a través de TikTok, hoy les damos paso a las estafas con el Soat: según Fasecolda, del 2022 a la fecha se han presentado 14.392 casos de pólizas falsas que se vendieron a través de una página engañosa.

Es decir, los bandidos han logrado recaudar más de $ 7.000 millones con este delito que aún hoy, mientras lee este análisis, galopa vigoroso captando incautos. En días pasados tuve la oportunidad de coincidir con un buen amigo de la universidad, hoy en el mundo de los seguros, quien me reveló cómo a diario decenas de personas llaman al centro de contacto de su empresa a pedir ayuda ante un siniestro o evento, para reclamar cubrimiento de su Soat, y descubrir que no existe tal, que fue engañado, que le vendieron una póliza falsa y que no hay nada que hacer.

Las modalidades de estafas han venido evolucionando: ahora las industrias del crimen construyen sitios web que se ven ‘profesionales’, con nombres genéricos que suenan pomposos, en los cuales usurpan los logos y marcas de empresas de seguros desde donde captan a los incautos con tarifas algo menores que las del mercado y la promesa de emitir un Soat que, también hay que decir, a veces no es fácil encontrar o comprar.

Y claro, la culpa en gran parte la tenemos los usuarios: nos dejamos convencer de unos pesos menos, de una supuesta ‘facilidad’ en el momento de pagar, sin reparar si el portal o contacto en WhatsApp (sí, ¡la gente cae por el chat!) que dice ser un asesor de seguros existe, es legal.

Pero eso no exculpa, como en el mundo real, a las autoridades y al Estado de hacer lo suyo: perseguir, detectar y combatir el crimen. En este caso, al cibercrimen. Deberían existir las herramientas y la institucionalidad para que de manera activa las autoridades monitorearan, investigaran y capturaran a estas bandas dedicadas a las estafas de venta de Soat, pero no con operativos esporádicos sino como una política de ciberseguridad y ciberdefensa sólida y con objetivos de resultados operacionales claros.

La tecnología permite hacer trazabilidad y determinar el alcance de un cibercrimen para su efectiva gestión. Al menos que las autoridades cuenten con los ‘dientes’ para ordenar el cierre de esos portales dedicados a robar con el Soat.

No quiero dañarle su domingo, pero mejor vaya al Runt y confirme si su Soat existe, si tiene póliza. No vaya y sea que encuentre una amarga noticia.

JOSÉ CARLOS GARCÍA R.

Editor Multimedia

@JoseCarlosTecno



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