Desde el pasado 16 de junio la capital del departamento de Bolívar se ha convertido en el epicentro de una búsqueda desesperada: la de Ana Gabriela Posso Jiménez, una joven universitaria de apenas 18 años, cuyo rastro se desvaneció en circunstancias que día a día se tornan más enigmáticas.
El último contacto telefónico de Ana Gabriela con sus seres queridos fue el domingo 15 de junio de 2025. Ese día, habló con un primo que también vive en Cartagena.
Horas más tarde, hizo una videollamada a una de sus tías en Barranquilla. Según sus familiares, en el móvil comentó que estaba alegre, le estaba yendo bien en la universidad y en el trabajo.
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Gabriela, joven desaparecida en Cartagena Foto:Archivo particular
Nada en esa conversación presagiaba la angustia que se avecinaba para esta familia.
La mañana siguiente, el 16 de junio, la rutina se rompió.
Edgar Posso, padre de Ana Gabriela, le envió un mensaje de buenos días, rutinario, pero no hubo respuesta.
El 17 de junio, la preocupación escaló.
El padre volvió a escribir y a llamar. “Los mensajes le llegaron, los vio, pero no respondió”, afirmó el padre en diálogo con la radio local, con su voz cargada de impotencia.
Horas después el celular de Ana Gabriela se apagó.
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Los mensajes de WhatsApp destinatario dejaron de recibirse. Fue entonces cuando Edgar, presintiendo lo peor, contactó a las amigas de su hija en Cartagena, pero ninguna tenía idea de su paradero.
Lo real es que han transcurrido más de veinte días, una eternidad para su familia, que no se explica cómo una muchacha con una vida estructurada pudo desaparecer sin dejar la más mínima pista.
Pistas que profundizan las alertas
Cartagena de Indias. Foto:John Montaño / EL TIEMPO
Con la denuncia interpuesta ante la Sijín de la Policía, la familia y las autoridades comenzaron a rastrear los últimos pasos conocidos de Ana Gabriela.
El restaurante donde trabajaba fue la primera parada. La respuesta fue un nuevo golpe de incertidumbre:
“Nos dijeron que tenía aproximadamente cinco días de haber renunciado”, señala el padre de la joven.
Esta noticia, desconocida por su familia, añadió un manto de misterio sobre sus últimas decisiones.
“La pelada de manera voluntaria canceló semestre, entregó el apartamento y se fue”, señalaron fuentes de la Policía, tras entrevistas a personas cercanas a la joven, lo que le genera más dudas y alertas a sus seres queridos.
Según las autoridades, la joven se encontraría en otra ciudad.
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Ana Gabriela es estudiante en la Universidad de Cartagena, y había llegado a la capital de Bolívar buscando su propio camino.
La historia en Cartagena de una joven pujante
Desde muy pequeña, según relatan sus familiares, Gabriela había cultivado una marcada independencia. Vive sola en un modesto apartamento en el barrio Armenia de Cartagena, un lugar que ella misma había elegido para forjar su autonomía.
Para costearse su vida universitaria y su apartamento, Ana Gabriela alternaba sus estudios con el trabajo en un gastrobar en el sector turístico de Bocagrande, una faceta de su espíritu trabajador.
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La búsqueda en las calles
Ya hay un cartel de búsqueda de la Policía Nacional en el que describen a Ana Gabriela Posso Jiménez como una joven de tez trigueña, aproximadamente 1.60 metros de estatura, cabello rizado, largo y de color negro, y contextura media.
El aviso también señala: “Se desconocen las horas de desaparición. (…) Estaba estudiando en la Universidad de Cartagena. A partir de la fecha se desconoce su paradero, se desconoce qué prendas para la fecha vestía”.
Quien tenga alguna información sobre el paradero de Ana Gabriela Posso puede comunicarse a la Línea Única Nacional 123 o al 122 del CTI de la Fiscalía General de la Nación, o a los números 3008878505 y 122 de la Fiscalía.
La desaparición de Ana Gabriela Posso Jiménez no es un caso aislado en Cartagena.
La Alcaldía de la ciudad ha implementado el sistema Alerta Rosa, una plataforma digital para reportar y activar alertas sobre niñas, niños, adolescentes y mujeres desaparecidas, con el fin de agilizar la respuesta de las autoridades y la comunidad.
Actualmente, existen dos Alertas Rosas activas en la ciudad, que también claman por una pronta resolución:
• Mayerling Pérez: De 33 años, desaparecida desde el 17 de enero de 2025. Salió de su casa vestida con pantalón blanco, suéter negro y tenis. Las autoridades informaron que “un mototaxi amigo del barrio la dejó en la terminal de Cartagena”.
• Tatiana Hernández: De 23 años, desaparecida desde el 13 de abril de 2025. Vestía short, camisa blanca y chanclas. Fue vista por última vez saliendo del Hospital Naval y en los espolones ubicados en la avenida Santander, frente a las murallas.
Estos casos, sumados al de Ana Gabriela, ponen de manifiesto la urgente necesidad de fortalecer los mecanismos de búsqueda y la colaboración ciudadana para traer de vuelta a casa a quienes un día, de manera inexplicable, dejaron de estar.
La incertidumbre consume a las familias, y el reloj, implacable, sigue su marcha.
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