Llegó la hora definitiva para que el Congreso apruebe las reformas sociales del Gobierno: este es el panorama


Al gobierno del presidente Gustavo Petro le quedan 12 días hábiles para hacerse con su mayor victoria en el Congreso de la República o cosechar una nueva derrota. 

El 20 de junio termina la legislatura. Ese día, la reforma pensional debe estar aprobada en su cuarto y último debate, así como conciliada. Es una contrarreloj. No hay una palabra que defina mejor la situación en la que se encuentra el proyecto, que tendrá su debate definitivo en la plenaria de la Cámara de Representantes desde la siguiente semana.

Pero el Gobierno tiene una ventaja: consolidó una aplanadora y tendría los votos para que pase sin mayores problemas. Con el apoyo de las mayorías liberales, un buen número de la Alianza Verde, algunos conservadores, así como de las curules de paz, más Comunes y el propio Pacto Histórico, se podría estar hablando de más de 100 votos. Son suficientes para que se apruebe el articulado y contener cualquier intento de rompimiento de quorum, estrategia que funcionó muy bien en Senado para dilatar el debate, por lo que la aprobación en esa corporación fue con cuentagotas.

Esto, gracias a que en la ponencia que se radicó el miércoles se respetó el acuerdo alcanzado en Senado sobre el umbral para cotizar en Colpensiones de 2,3 salarios mínimos. Y aunque algunos del Pacto Histórico intentarán subir el umbral a 4, como lo pidió hace unas semanas el presidente Gustavo Petro, esto representaría un enorme riesgo para el futuro del proyecto, pues podría retrasar el debate y un solo día que se pierda podría significar el hundimiento de la iniciativa. Asimismo, se podría correr el riesgo de perder el apoyo de los liberales, conservadores y ‘la U’, donde si bien no hay consenso alrededor de los 2,3 salarios, prefieren esta cifra que la planteada por el jefe de Estado. 

Meter cinco mociones de censura para sabotear la reforma pensional, negándoles la posibilidad a los adultos mayores de tener pensión, es la jugada más vil, ruin, baja, burda que tienen el Centro Democrático y algunos de los que se llaman ‘independientes’

Ante la consolidación de esa aplanadora y descartada la estrategia de rompimiento de quorum, la oposición decidió buscar una nueva estrategia que ha sido cuestionada por el oficialismo: copar la agenda de la Cámara de Representantes para llevar al límite la reforma y así lograr que se hunda por falta de trámite.

Ya hay una avalancha de mociones de censura contra cinco ministros. La oposición radicó cuatro: Defensa, Minas y Energía, Igualdad e Interior.

“Estamos corriendo contra el tiempo. El presidente de la Cámara deberá ponerles fecha y hora a estas mociones citadas antes del 20 de junio y, por supuesto, esperamos que esto demore el debate de la pensional. Vamos a acudir a todas las herramientas que nos da la ley 5.ª para que esta reforma no pase en el Congreso”, dijo el representante uribista Óscar Villamizar. Asimismo, la llamada bancada independiente de la Cámara, de la que hacen parte Catherine Juvinao, Jennifer Pedraza, Daniel Carvalho, entre otros, presentó previamente una moción contra el ministro de Salud.

“Meter cinco mociones de censura para sabotear la reforma pensional, negándoles la posibilidad a los adultos mayores de tener pensión, es la jugada más vil, ruin, baja, burda que tienen el Centro Democrático y algunos de los que se llaman ‘independientes’ que develan cada vez más su rostro”, señaló el representante del Pacto Histórico David Racero.

Sobre el papel, de esos 12 días hábiles, cinco tendrían que ser usados para citar a las mociones de censura. Se debe restar, también, que el 12 de junio será la elección del Contralor, que se adelanta en conjuntas de Senado y Cámara, por lo que la reforma tendría solo seis días de discusión. Sin embargo, el Gobierno tiene una ventaja y es que la Cámara de Representantes es dirigida por el liberal Andrés Calle, aliado de la Casa de Nariño.

No se descarta que las mociones de censura no sean citadas dentro de esos 12 días, sino hacerlo después del 20 de junio, ya que para hacer control político se puede sesionar así la legislatura haya terminado. Calle tiene en sus manos buena parte del futuro de la iniciativa. Será el encargado de darle ritmo al debate y de citar hasta viernes, que tradicionalmente no son días de sesiones, pero teniendo en cuenta que se vienen dos lunes festivos habrá que acudir a todas las formas de lucha.

La otra agenda

Cuando se pensó que el Congreso podría paralizarse por el escándalo de la UNGRD, que salpicó a los presidentes de Senado y Cámara –son acusados de recibir plata para aprobar las reformas, no obstante que no hay pruebas–, se ha legislado y no solo alrededor de la agenda del Gobierno.

Por ejemplo, esta semana se aprobó la prohibición de las corridas de toros en cuarto debate, así como una ley que revive los días sin IVA y otra que fortalece a las cooperativas financieras para hacerles frente a los préstamos ‘gota a gota’.
Asimismo, la Cámara hundió en su último debate un cuestionado proyecto sobre seguridad vial que según la Andi y congresistas beneficiaba al megacontratista Euclides Torres, señalado financiador de la campaña presidencial de Gustavo Petro.

Esta semana también se hundió por falta de trámite la reforma constitucional con la que el Pacto Histórico y algunos opositores buscaban permitir el transfuguismo.
Pero hay otros proyectos en riesgo. La laboral, que ya se hundió una vez por falta de trámite, parece estar destinada una vez más al archivo. Si la Comisión VII de la Cámara no concluye el primer debate, el proyecto no seguirá con vida en la siguiente legislatura. Al parecer, el Gobierno la dejará quieta para gastar todo su capital político en la pensional.

Otra iniciativa oficial en riesgo es la estatutaria de educación, que lleva un mes estancada en Comisión I del Senado. Y hay expectativa por el proyecto que reduce el salario de los congresistas, que tiene un panorama complejo.



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