Los jóvenes colombianos no solo participan de forma activa en el mercado crediticio tradicional, sino que lo hacen con disciplina y responsabilidad. Es una de las principales conclusiones del más reciente estudio de la central de riesgo TransUnion, que analizó el comportamiento de tres millones de consumidores entre los 18 y 30 años, responsables hoy del 20 por ciento del crédito tradicional del país.
El informe desvirtúa, según sus realizadores, varios mitos que por años han circulado sobre las nuevas generaciones y el manejo del endeudamiento. Entre estos, que no se interesan por los préstamos, que son poco leales con las entidades financieras, que presentan altos niveles de mora o que son excesivamente arriesgados. Los datos, en cambio, muestran una generación que usa, valora y cuida su historial crediticio.
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“Nuestra investigación demostró que los consumidores jóvenes en Colombia son un segmento valioso y cada vez más activo dentro del mercado crediticio formal. Contrario a las percepciones, valoran el crédito y manejan sus compromisos financieros de manera responsable”, señaló Virginia Olivella, directora de investigaciones y consultoría de TransUnion.
El estudio muestra que los jóvenes inician su vida crediticia muy temprano. A los 18 años, el 28 por ciento cuenta con una tarjeta de crédito, producto que sigue siendo el más popular entre este grupo. A medida que avanzan en edad, la participación aumenta de forma progresiva hasta llegar al 63 por ciento a los 30 años, una cifra incluso superior al promedio general del mercado (62 por ciento).
Además, los créditos de libre inversión consolidan su presencia en este segmento: más del 30 por ciento de los jóvenes tienen uno de estos productos, mientras que en la población total la cifra es del 29 por ciento. Esta tendencia refleja una combinación de apetito financiero, diversificación de productos y acceso saludable al crédito.
A los 20 años, cuatro de cada diez jóvenes ya manejan varios tipos de productos crediticios. Ese porcentaje sube al 57 por ciento a los 25 años, lo que confirma una madurez financiera temprana, advierte el estudio.
Buenas pagas
El comportamiento de pago de los jóvenes desmiente otro mito: el de la irresponsabilidad crediticia. Según TransUnion, aunque sus líneas de crédito aumentan con la edad y el riesgo, las tasas de utilización se mantienen estables, lo que evidencia un endeudamiento controlado y coherente con sus ingresos.
Algunos prefieren el uso de la tarjeta para controlar sus ahorros. Foto:iStock
“La utilización del crédito y los saldos promedio estuvieron bien alineados con el acceso al crédito basado en el riesgo, que creció con la edad a medida que mejoraban los perfiles y niveles de ingreso. Esto refuta la percepción de que los consumidores jóvenes son menos propensos a manejar el crédito de manera responsable”, explicó Olivella.
El estudio también señala que uno de cada tres jóvenes aumentó de manera significativa su puntaje crediticio en un año, resultado directo de un comportamiento financiero más ordenado.
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Apetito y lealtad crediticia
Otro hallazgo relevante es el alto interés por adquirir nuevos productos. Durante un período de seis meses, uno de cada tres adultos jóvenes contrató un nuevo crédito, principalmente de libre inversión o personal, lo que demuestra una dinámica activa dentro del sistema financiero.
Entre los consumidores de 21 años, el 8 por ciento adquirió un crédito personal, porcentaje que sube al 13 por ciento a los 30 años. Además, el 10 por ciento de los jóvenes de 30 años obtuvo una nueva tarjeta de crédito. En contraste, el interés en créditos de vivienda, vehículo o préstamos Fintech es mucho menor (menos del 3 por ciento).
Jóvenes han demostrado ser responsables con el manejo de sus créditos. Foto:iStock
En materia de fidelidad, la relación con las entidades tiende a evolucionar con la edad. A los 21 años, el 43 por ciento de los consumidores vuelve a su primera entidad prestamista cuando necesita un crédito adicional, pero a los 30 años esta tasa desciende al 30 por ciento, lo que sugiere que la experiencia los lleva a diversificar sus opciones y buscar mejores condiciones.
Menor mora que el promedio
Contrario a lo que muchos suponen, los jóvenes muestran mejor comportamiento en morosidad en los créditos de vivienda y vehículo, un desempeño similar en tarjetas de crédito y libre inversión, y resultados ligeramente peores en préstamos fintech.
Las cifras indican que, entre los titulares de tarjetas de riesgo medio de 21 años, el 15 por ciento de las nuevas cuentas presentaba más de 60 días de atraso después de un año, exactamente el mismo porcentaje que el promedio general.
Esta tendencia, sumada a la mejora de los puntajes de crédito, confirma que la educación financiera y el aprendizaje práctico están dando frutos en las nuevas generaciones.
Análisis muestra una generación educada financieramente, prudente y con capacidad de adaptación. Foto:iStock
En palabras del informe, los jóvenes “tienen mejor comportamiento que el mercado, excepto en fintech”, una categoría donde la mayor digitalización y rapidez de aprobación aún plantean desafíos para la gestión del riesgo.
Impulso controlado
Los hallazgos de TransUnion coinciden con una percepción más amplia sobre la relación de los jóvenes con las finanzas: no le temen al crédito, pero tampoco lo usan de forma impulsiva. El estudio muestra que, aunque son más propensos al riesgo que los consumidores mayores, mejoran sus puntajes y comportamiento a medida que envejecen, lo que refleja un aprendizaje continuo y una consolidación de sus hábitos financieros.
Para el sistema financiero, esto representa una oportunidad de inclusión y crecimiento. Este grupo no solo aporta dinamismo al crédito de consumo, sino que será el núcleo de los clientes futuros para productos más sofisticados, como hipotecarios o de inversión, advierten los realizadores del estudio.
De hecho, la propia TransUnion concluye que estos jóvenes “piensan que el crédito es importante, utilizan sus cupos de forma responsable, mejoran su perfil de riesgo con la edad y tienen un gran apetito por nuevas cuentas”.
El estudio de TransUnion ofrece un retrato distinto al estereotipo del joven inexperto o impaciente frente al dinero. Por el contrario, el análisis muestra una generación educada financieramente, prudente y con alta capacidad de adaptación.

