Si bien la relación de las dos administraciones de Bogotá que han coincidido con el gobierno del presidente Gustavo Petro podía haber sido mejor, eso no ha sucedido. Y aunque han estado rodeadas de tensiones y desencuentros, siempre han sido respetuosas.
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Las tensiones se vivieron en especial durante la alcaldía de Claudia López, a pesar de que la Alianza Verde, el partido de la exmandataria, y personas de su gabinete se sumaron a la campaña Petro Presidente.
Cabe recordar que el Presidente conoce que los bogotanos le dieron la votación necesaria para que fuera elegido primer mandatario en mayo de 2022 -obtuvo 1’772.001 votos en primera vuelta y 2’255.941 en segunda vuelta- y por esa vía se convirtió en el mayor elector en Bogotá, una visión que cambió luego con la elección del alcalde Carlos Fernando Galán.
Galán obtuvo 1’497.596 votos (49,02%), con lo que superó ampliamente al candidato de la coalición del Pacto Histórico, el exsenador Gustavo Bolívar, quien quedó tercero (18,71%).
Y aunque la economía de la ciudad se ha visto afectada por la situación del país, sigue siendo la ciudad que más jalona el crecimiento de Colombia. Incluso, su recuperación es mejor que la del país.
Aun así, el Distrito por sí solo no puede financiar grandes proyectos de infraestructura de transporte masivo y de movilidad. Por eso, siempre ha acudido a los aportes del Gobierno Nacional, como en el caso del metro y las troncales de la 68, la Cali y la calle 13. Así que Distrito y Nación se necesitan.
Lo mismo podría decirse de la seguridad en la capital, que se ha visto impactada por las políticas y por lo que muchos han llamado la inacción del gobierno para combatir los grupos al margen de la ley.
La confrontación con la alcaldesa Claudia López
Si bien esa relación comenzó con mensajes de entendimiento, muy pronto aparecieron los choques y estos no sólo se volvieron frecuentes, sino que también fueron por redes sociales y en actos públicos. De hecho, aún queda en el recuerdo de los bogotanos cuando López acusó al ‘Gobierno del cambio’ de “obstaculizar” y “sabotear” a Bogotá.
Los choques no sólo se volvieron frecuentes, sino que también fueron públicos. De hecho, aún queda en el recuerdo de los bogotanos cuando López acusó al ‘Gobierno del cambio’ de “obstaculizar” y “sabotear” a Bogotá.
La mandataria se refería a la resistencia que encontraba con proyectos clave de la ciudad, en particular con la primera línea del metro, con el que Petro se ha mostrado inflexible para aceptar la construcción de una red férrea elevada y no subterránea, como quiso desde su alcaldía y fue la causa de la gran mayoría de confrontaciones en 2023.
Aun así, y a pesar de la incertidumbre y temores que genera el rechazo del primer mandatario al metro elevado, este megaproyecto ha recibido todos los giros pactados entre el Distrito y la Nación en el convenio de cofinanciación de 2019. El último de ellos, por 254.743 millones de pesos, fue hecho el pasado 31 de julio.
Lo mismo sucede con las transferencias de la Nación, que tienen como destino los sectores de educación, salud, movilidad, integración social, hábitat y cultura. Según cifras de la Secretaría de Hacienda, entre agosto de 2022 y junio de 2024 ascendieron a 12,95 billones de pesos, de las cuales 8,5 billones fueron por el sistema general de participación y 4,4 billones corresponde a otras transferencias.
Aunque hubo momentos en los que la alcaldesa y el jefe de Estado lograron cierto nivel de entendimiento, como con el Pacto de la Orinoquia, cuando los dos líderes viajaron en el mismo avión a San José del Guaviare, o incluso con la ciudadela educativa y del cuidado en predios que estaban destinados para la ALO Norte, o la construcción de una facultad de medicina en Bosa y Usme, muy pronto retornaron las tensiones.
En la lista de motivaciones de sus diferencias, o con el Presidente o alguno de sus ministros, también estuvieron el Regitram de Occidente, cuya licencia ambiental fue rechazada y al final del Gobierno decidió no exigir ese trámite a los sistemas férreos basados en energías limpias; la ampliación de la autopista Norte y de la 7a, también por decisiones de la Anla, así como el Regiotram del Norte, devuelto por el MinTransporte por no ser mixto: de carga y pasajeros.
Además de la Ptar Canoas, que aunque es una iniciativa vital para tratar las aguas residuales que se vierten al río Bogotá, después de 2 años no ha logrado el aval de la cartera de Hacienda, y la oposición a la región metropolitana Bogotá Cundinamarca que, a pesar del rechazo del gobierno, ha seguido adelante en su consolidación.
Las tensiones con Carlos Fernando Galán
Pero no fue solo un tema de que López y Petro no lograron alinear sus intereses y visiones de ciudad. También con el alcalde Galán, quien apenas lleva 7 meses y algunos días, las relaciones entre Distrito y Nación han mejorado, sin ser lo ideal. En su corto tiempo al frente de la ciudad, Galán ha sostenido varios encuentros con Petro. todos ellos han sido cordiales.
Sin embargo, también son diversas las ocasiones en las que el alcalde mayor ha salido a responder o a refutar públicamente al jefe de Estado. Los rifirrafe se han incrementado en las últimas semanas.
La principal causa, de nuevo, es la primera línea del metro. Hace menos de 10 días Galán le contestó a Petro, tras un mensaje en la red social X en el que el Presidente insistió en su idea de una línea subterránea, motivado por la interpretación errada de una concejal del Pacto Histórico, sobre un retraso grande en la obra del viaducto por donde rodarán los trenes.
El alcalde, con las cifras de avance del proyecto, le recordó al mandatario que el metro va en un 35,73 por ciento y que lo que había era una desviación del 9 por ciento (del 22 al 13 %) en la programación del viaducto, más no un retraso del 40 por ciento en la ejecución de la obra. Insistió en que en el 2028 estará operando.
Recordó al mandatario que el metro va en un 35,73 por ciento y que lo que había era una desviación del 9 por ciento (del 22 al 13 %) en la programación del viaducto
La última vez que Galán le contestó a Petro por el metro fue la semana pasada, luego de un mensaje en la red social X en el que el Presidente insistió en su idea de una línea subterránea, motivado por la interpretación de una concejal del Pacto Histórico, la coalición de izquierda que avaló la candidatura de Petro, sobre un supuesto retraso grande en la obra del viaducto.
El alcalde, con las cifras de avance del proyecto, le recordó al mandatario que el megaproyecto va en un 35,73 por ciento y que lo que había era una desviación del 9 por ciento (del 22 al 13 %) en la programación del viaducto, más no un retraso del 40 por ciento en la ejecución de dicha obra.
Este martes, los mensajes entre los dos mandatarios se volvieron a repetir. En alusión a los retrasos y mayores costos de la avenida 68, una troncal alimentadora del metro, el Presidente señaló en X que “la nación no puede sufragar los sobrecostos de las troncales de Transmilenio” y manifestó su idea de un sistema de tranvías.
Carlos Fernando Galán, por supuesto, respondió, en la misma red social, que demora más que las obras de la 68 “suspender todas las obras a la espera de un hipotético programa sin estudios, que se puede tomar, fácilmente, 8 a 10 años”.
El metro la principal causa de desencuentros
Darío Hidalgo, experto en movilidad y docente de la Universidad Javeriana, considera que el Gobierno del presidente Petro básicamente se ha limitado a cumplir los compromisos de sus antecesores, Juan Manuel Dantos e Iván Duque, como el convenio de cofinanciación de la primera línea del metro y las troncales de la 68 y Cali y la Calle 13, pero no ha habido proyectos nuevos.
Recuerda que el mandatario promovió, incluso, un estudio con la Sociedad Colombiana de Ingenieros para justificar el cambio del trazado del metro elevado, con tan mala suerte que el análisis de la SCI no lo favoreció, pues terminó revelando que tenían la misma rentabilidad social.
El docente universitario, igualmente, señala que otros proyectos como el Regiotram del Norte, el Regiotram del Norte, la ampliación de la Autonorte y de la 7a, la sustracción de una franja del humedal Tomas Van der Hammen, para permitir la prolongación de la Boyacá, y la construcción de la ALO Norte hasta límites con Chía, no han logrado avanzar en esta Presidencia.
Tampoco ha prosperado la intención del alcalde Galán de que el Gobierno Nacional le asigne recursos del orden de los 800.000 millones de pesos para ayudar a tapar en este 2024 el déficit de cerca de 3,1 billones de pesos del FET.
Tampoco ha prosperado la intención del alcalde Galán de que el Gobierno Nacional le asigne recursos del orden de los 800.000 millones de pesos para ayudar a tapar en este 2024 el déficit de cerca de 3,1 billones de pesos del FET, el fondo al que llegan los recursos para subsidiar la tarifa del sistema de transporte masivo. La excepción fueron los 660.000 millones asignados en 2023 para el mismo fin.
En la misma línea de Hidalgo se refiere el analista político y docente de la Javeriana Carlos Arias, para quien a Bogotá “no le ha ido bien” con Gustavo Petro y en la actual administración distrital le ha ido “aún peor”. Argumenta que con la derrota de su candidato a la alcaldía, el primer mandatario “advirtió la pérdida del caudal electoral más importante que tenía el progresismo en Colombia”.
A esto se suma, según Arias, que la “megalomanía del Presidente y su búsqueda incesante del conflicto y del caos para validar sus retóricas de buenos y malos, empresarios y trabajadores, elites y pueblo, han hecho que se haga un bloqueo sistemático al desarrollo de la ciudad”
Esto lo hace, agrega el docente, sin tener en cuenta que están en juego las próximas elecciones, la legitimidad de figuras políticas y la calidad de vida de los bogotanos.
Además de los proyectos actualmente estancados, Arias recuerda la suspensión de obras del Acueducto en tres humedales (Juan Amarillo, Córdoba y Jaboque) y la intervención de la Subred de Salud Centro Oriente, por decisiones de altos funcionarios de la Nación y que fueron concejales de Bogotá del Pacto o cercanos a esa coalición.
La lucha por mejorar la seguridad
En el tema de seguridad, el analista de la Javeriana cree que el repliegue estratégico de las FFMM y la Policía, en procura de facilitar espacios para la Paz Total, “puede haber dificultado el desmantelamiento” de bandas multicrimen como el Tren de Aragua.
Con esta opinión coincide el exconcejal y representante a la Cámara por Bogotá Andrés Forero (Centro Democrático), quien dice “no se ve al Presidente jugándosela con más policías”.
“En cierta forma, Bogotá no ha sido retribuida por el Presidente, quien en lugar de convertirse en facilitador, se ha vuelto un obstáculo”, insistió Forero, quien recordó que en el presupuesto de 2023 el mandatario pretendió tener discrecionalidad en la asignación de recursos para proyectos que estaban en construcción, como el metro, sobre el cual –dice- sobre el cual ha “aumentado los niveles de incertidumbre”.
Para el experto en seguridad Hugo Acero la relación del gobierno del Presidente con la alcaldía de Bogotá y, en general, con los demás alcaldes y gobernadores, está mediada por consideraciones ideológicas y cercanía política.
“En medio de esta situación quedan los comandantes locales de la Policía y las Fuerzas Militares, que tienen temores que desde Gobierno Nacional los vean con recelo si apoyan decididamente las propuestas y reclamos justos de los mandatarios locales”, señala Acero.
No obstante, hay que reconocer que durante el actual gobierno la administración distrital logró concretar con el Mindefensa la entrega de un terreno en La Picota para la construcción de la segunda cárcel distrital y en este 2024 recibió 300 policías.
“Si bien el gobierno le ha cumplido al alcalde con el incremento de unidades policiales, se siente el coletazo general de una situación de orden público compleja y el aumento de un delito que tiene repercusión nacional: la extorsión, que requiere de mayores esfuerzos desde el Gobierno Nacional para que las políticas locales sean efectivas”, señala Gabriel Cifuentes analista político.
En fin, ni Bogotá ni los dos alcaldes que han dirigido los destinos de la ciudad durante los últimos dos años la han tenido fácil con el presidente Gustavo Petro, con quien si bien han logrado relaciones respetuosas, no han obtrenido su apoyo para inciativas de la ciudad. No obstante, con esto ha quedado el sin sabor entre los bogotanos de que las tensiones y desacuerdos continuará y que no es mucho lo que el Distrito podría lograr en el Gobierno Nacional.
GUILLERMO REINOSO RODRÍGUEZ
Editor de Bogotá
En X: @guirei24