Los temores en Colombia por una recesión en Estados Unidos – Sectores – Economía

Más allá del debate técnico que produjo esta semana el crecimiento negativo de Estados Unidos del segundo trimestre, de -0,9 por ciento en proyección anual, que para algunos indica una recesión técnica al sumársele al descenso del 1,6 por ciento del primer trimestre, la gran preocupación de los analistas ahora es cuál será la magnitud de una clara desaceleración no solo en la primera economía mundial, sino en la de Europa y China este año y el próximo, y los efectos para el resto de países.

Mientras que pasará al menos un mes para que el National Bureau of Economic Research (Oficina Nacional de Investigación Económica de ese país) determine de forma oficial si hay recesión o no en ese país, porque los indicadores laborales se ven saludables y el consumo se mantuvo fuerte en junio (el volumen gastado por los compradores creció por la inflación), los temores de los analistas ante una recesión global, liderada por Estados Unidos, siguen en aumento.

Pero también por los menores pronósticos para la zona euro y el estancamiento del gigante asiático, tanto en el 2022 como en el 2023 (ver infografía).

La más reciente encuesta de mitad de año del Natixis Center for Investor Insight, realizada a 34 expertos, arrojó que casi una cuarta parte (24 por ciento) cree que la recesión es inevitable, mientras que otro 64 por ciento ve la recesión como una clara posibilidad en los próximos seis meses.

Se trate de una recesión o no, lo cierto, para Munir Jalil, director de Investigaciones Económicas para la región Andina de la firma BTG Pactual, es que vendrá un periodo de menor crecimiento del primer socio comercial de Colombia, pero también de Europa y China, con múltiples efectos para un país emergente como Colombia.

Esta semana, el Fondo Monetario Internacional (FMI) fue claro al señalar que, debido a la subida de la inflación en el mundo y a la desaceleración en Estados Unidos y China, rebajó sus perspectivas de crecimiento para la economía global este año y del 2023, advirtiendo que la situación podría empeorar mucho.

“Las perspectivas se han oscurecido considerablemente desde abril”, dijo el economista jefe del FMI, Pierre-Olivier Gourinchas, al advertir que el mundo puede tambalearse pronto al borde de una recesión global, apenas solo dos años después de la última, originada en el covid-19.

Lo anterior porque al periodo de reactivación posterior a la pandemia le ha seguido una evolución “cada vez más sombría en 2022 a medida que los riesgos comenzaron a materializarse”, según el FMI, que considera cada vez más probable que se entre en recesión.

Previsiones de crecimiento

Previsiones de crecimiento del FMI

La sacudida que vendría

Si se llega a materializar esa recesión y la caída en la demanda norteamericana, y a esta se unen con fuerza Europa y China, esto haría que el fenómeno de menor consumo se traslade de forma fuerte al petróleo, principal producto de exportación de Colombia, que este año se ha visto favorecido con precios de hasta 123 dólares por barril a comienzos de marzo, y que si bien ha bajado desde junio, sigue en los niveles más altos desde el 2018.

Así, el economista explica que algunos analistas hablan de un precio del crudo que estaría bajando a 65 dólares o hasta los 55 dólares si llegase a manifestarse esa combinación de recesiones en los países y regiones más grandes, como es el caso de Europa, lo que indicaría que lo que hoy se vislumbra como una tormenta tropical podría convertirse más adelante en huracán.

Y explica que un factor que no hay que olvidar es que un crecimiento por debajo del 5 por ciento previsto para China (el FMI ahora ve que en 2022 crecerá 3,3 por ciento y en 2023 un 4,6 por ciento) es considerado malo y no se ve que vaya a mejorar.

Esto porque, según Munir Jalil, de BTG Pactual, ese país está en ese nivel por su política de cero covid, lo que sigue afectando los puertos y el comercio mundial, pero también su propia economía.

China sigue siendo la segunda economía del mundo y compra un volumen de bienes básicos muy importante. El hecho de que los esté esperando un crecimiento inferior al 5 por ciento este año se traduce en una demanda baja de esos productos básicos, y regiones como América Latina, en la que está Colombia, como productores de materias primas, reciben un impacto de menor demanda de estas”, precisa.

Y a este impacto se unirían, además, los canales de transmisión en el país del menor crecimiento de Estados Unidos. El primero es por la vía del comercio de bienes y servicios, que son los primeros que podrían verse afectados con menores ventas vía exportaciones de diferentes productos agrícolas e industriales, a raíz de una menor demanda de los consumidores en un entorno de recesión, o al menos de fuerte desaceleración. “Si tenemos a nuestro principal socio comercial demandando menos, eso no es favorable para el país”, señala.

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Otros impactos 

Entre tanto, otro frente de impacto para el país llegaría por el canal financiero, que no es otra cosa que un encarecimiento del acceso al crédito en los mercados internacionales para países emergentes y pequeños como Colombia, así como para las empresas que quieran buscar prestado afuera del país.

“Se puede hacer más difícil esa financiación para un país que tiene un déficit de cuenta corriente tan alto como el de Colombia, que este año se ubicaría en 6 por ciento del PIB, es decir, unos 19.000 millones de dólares que se necesita conseguir”, indica el analista.

Es decir, si Colombia requiriera más plata en un escenario de recesión, acceder a ella sería más complicado, pagando unas tasas de interés mucho más altas.

Por ejemplo, el jueves para un bono local de Colombia a 10 años la tasa estaba en niveles del 12,8 por ciento y para ese mismo bono en Estados Unidos era cercana al 2,7 por ciento, para una diferencia de 10 puntos porcentuales.

Igualmente, una recesión o mayor caída de la economía estadounidense afectaría a miles de colombianos que reciben remesas desde ese país. Lo anterior porque las ayudas que dio el gobierno de Joe Biden por la crisis del covid-19 terminaron el año pasado, y la capacidad financiera del Gobierno de EE. UU. para revivirlas es muy limitada porque las tasas de interés están subiendo y que vuelva a haber cheques para las familias, entre ellas las de miles de colombianos que mandan dólares al país, es un escenario poco probable.

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Los escenarios para el dólar y las acciones

Según BTG Pactual, bajo las actuales circunstancias, la proyección es que si no se confirma una recesión global muy fuerte, para fin de año la divisa debería rondar los 4.050 y 4.100 pesos. Pero si lo que se ve es un escenario donde se materializan todos estos miedos, el nivel de la divisa que la firma estima sube y oscila entre los 4.360 y 4.375 pesos e inclusive un poco más alto para fin de año.

Lo anterior por la decisión de los inversionistas de protegerse demandando dólares, moneda que sigue siendo el activo refugio por excelencia, seguido por los bonos del Tesoro de Estados Unidos.

En el mercado accionario, las bolsas externas han tenido una desvalorización muy fuerte, porque los resultados de las compañías no han sido los mejores en EE. UU. y, peor aún, las firmas están revisando a la baja los pronósticos de ventas. Si eso se confirma, esta desvalorización de acciones en ese país tendría un capítulo adicional, pero se requieren más datos sobre cómo viene la desaceleración o la recesión y qué tan fuertes serían.

“Los inversionistas son muy cautos y hasta no tener información acerca de por dónde pasó la tormenta o el huracán vuelven definitivamente a los activos refugio por naturaleza, como el dólar, y cuando ven que ya pasó y que pueden hacer un análisis mejor del daño que se causó, entonces ahí sí puede que se animen y eventualmente deben retornar a invertir en países como Colombia”, explica Munir Jalil, director de Investigaciones Económicas de BTG Pactual.

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