Desde la ventana de un articulado de TransMilenio, una persona grabó una escena que, aunque parezca insólita, ya es común en algunas zonas de Bogotá. En plena luz del día, un hombre sin ningún tipo de protección, arnés o herramienta especializada, escaló ágilmente un poste de alumbrado público hasta alcanzar la luminaria.
En cuestión de minutos, la desmontó y la bajó con calma, como si se tratara de un oficio legal. La imagen fue registrada en la frontera entre la localidad de Bosa y el municipio de Soacha, y se suma a una preocupante tendencia: el robo sistemático de luminarias en Bogotá.
El video llegó a manos del concejal Leandro Castellanos, quien denunció esta situación como parte de un problema mucho más amplio: el abandono del alumbrado en los escenarios deportivos de la ciudad.
En un comunicado emitido el 6 de julio de 2025, Castellanos advirtió que numerosos parques y canchas en localidades como Bosa, Kennedy, Los Mártires, Ciudad Bolívar y Suba permanecen en total oscuridad durante la noche, debido a que las luminarias están fundidas, vandalizadas o han sido retiradas sin reposición. “Lo que debería ser un lugar de encuentro y vida sana, se ha convertido en un foco de inseguridad y miedo. Sin luz, los parques son terreno fértil para el delito”, afirmó.
Según el concejal, la situación revela una falta de mantenimiento y gestión por parte de entidades como la Unidad Administrativa Especial de Servicios Públicos (UAESP) y el Instituto Distrital de Recreación y Deporte (IDRD). La ausencia de iluminación no solo impide el uso adecuado del espacio público, sino que expone a la ciudadanía a robos, agresiones y otros riesgos.
Castellanos hizo un llamado urgente para que se realice un censo de luminarias inoperantes y se actúe de inmediato en su reposición. También pidió la instalación de cámaras y vigilancia en los puntos más afectados.
Una frontera sin control
En los límites entre Bogotá y Soacha, el problema toma otra dimensión. El concejal reveló que en esa zona se ha vuelto frecuente el robo de luminarias a plena luz del día, en sectores donde la coordinación entre autoridades distritales y municipales es escasa o nula.
“Estos sujetos se suben como gatos a los postes y desmontan las luminarias como si fueran suyas. Mientras tanto, la comunidad queda en penumbras, y las entidades competentes no aparecen”, denunció Castellanos.
El video grabado desde el TransMilenio es una muestra clara de cómo opera este delito sin mayores consecuencias, mientras las zonas afectadas permanecen en el abandono.
Castellanos pidió a la Policía Metropolitana, a la Alcaldía de Bogotá y a la Alcaldía de Soacha que diseñen un plan conjunto de vigilancia, control territorial y mantenimiento del alumbrado público en estas zonas fronterizas, donde denuncia que la falta de articulación institucional está siendo aprovechada por el crimen.
CAROL MALAVER
SUBEDITORA BOGOTÁ
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