El Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses confirmó que los restos óseos hallados el 20 de septiembre pasado en zona rural de Belalcázar, Caldas, son los del sacerdote Darío Valencia Uribe, desaparecido en Pereira y asesinado el 25 de abril de este mismo año.
Conforme a los criterios de
Valencia, quien tenía 59 años y era oriundo de Risaralda (Caldas), era el párroco de la iglesia María Auxiliadora de la capital de Risaralda, y había ocupado cargos directivos en la Universidad Católica de Pereira y el Seminario Mayor.
El sacerdote fue asesinado por Julián Eduardo Cifuentes Gómez, quien confesó el crimen desde una cárcel de Francia, a donde huyó, a finales de abril, después de cometer el homicidio.
Cifuentes, quien era amigo del sacerdote desde hacer varios años, admitió el asesinato hace cerca de un mes a un fiscal especializado que viajó a Europa, en compañía de un agente del Gaula de la Policía, para interrogarlo.
Dio las coordenadas de donde botó el cuerpo
El confeso asesino, quien trabajaba en una estación de servicio de Pereira, reveló que asesinó al padre con cuatro disparos y ocultó su cadáver en una zona boscosa entre los departamentos de Risaralda y Caldas.
Cifuentes le entregó a la Fiscalía y al Gaula las coordenadas del lugar donde dejó el cuerpo del clérigo y su cuerpo fue hallado 149 días después de su desaparición.
Aunque Cifuentes fue capturado el 30 de abril en el aeropuerto Charles de Gaulle, de París, en cumplimiento de la circular azul que emanó la Interpol, las autoridades francesas debieron dejarlo en libertad, ante lo cual la Interpol debió expedir una circular roja para que lo recapturaran.
Esta es una noticia en desarrollo….
REDACCIÓN ÚLTIMAS NOTICIAS